"SU NOMBRE ES FREDDY KRUEGER. ERA UN ASESINO DE NIÑOS ANTES DE MORIR, Y DESPUÉS DE MORIR... BUENO, SE CONVIRTIÓ EN ALGO PEOR"
¿De qué va?
Han pasado varios años y Nancy se ha convertido en una psiquiatra del sueño. Freddy Krueger sigue vigente y se aparece en los chicos que ella ayuda, por lo que la joven doctora tratará de hacer una terapia en grupo para vencerle.
Reparto
Heather Langenkamp es Nancy Thompson
Robert Englund es Freddy Krueger
Patricia Arquette es Kristen Parker
Laurence Fishburne es Max
John Saxon es Thompson
Dirección
Chuck Russell (El terror no tiene forma)
Impresiones
Aunque Pesadilla en Elm Street no nació con vocación de continuidad, Wes Craven sí que concibió una posible trama para una secuela, que luego acabó siendo desechada por New Line Cinema en beneficio de una segunda parte que, a pesar de convertirse en un éxito comercial, no acabó siendo demasiado bien recibida por crítica y público. Por tanto, para no repetir la sensación dejada por aquella relativa decepción, la productora acabó volviendo a la esencia de la franquicia, a ese asesino sobrenatural que se cobraba a sus víctimas a través de sus pesadillas.
Así, Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño, acierta ya de entrada partiendo de una historia original del propio Craven, quien también ejerce como productor de la cinta. Una historia que, además, olvida todo lo ocurrido en la segunda entrega, a excepción de detalles como el nombre del pueblo que, al fin y al cabo, fueron idea del director en un comienzo. El argumento nos trae de vuelta a Nancy, que años después de los hechos ocurridos en la primera Pesadilla se ha convertido en una psiquiatra experta en desórdenes del sueño, y que llega a una institución mental en la que un grupo de jóvenes están teniendo sueños colectivos con un mismo ser que amenaza con arrebatarles la vida.
No son pocos los aciertos de esta película. A nivel argumental, por un lado, la excelente baza que suponen los sueños compartidos y lo bien que la explota, con escenas tan memorables como la de la hipnosis de grupo, si bien pierde el rumbo hacia el tramo final, con el previsible desenlace onírico, donde aún así vemos un divertido homenaje a Ray Harryhausen. Por el otro, la ampliación de la mitología de la saga, explicando el siniestro origen del asesino y su infancia, o el pasado de la casa número 1428 de la calle Elm.
Una entrega que recupera el eje argumental de la saga, pero que también se beneficia de un equipo técnico y artístico de altura. A la dirección encontramos a un debutante Chuck Russell, que un año después brindaría la excelente El terror no tiene forma y posteriormente se convertiría en un eficiente artesano de la industria, con productos como La máscara o Eraser, ayudado en el guión por su compañero Frank Darabont. A la banda sonora, todo a un clásico, Angelo Badalamenti, que compone un score que avanza a la par de la locura del film, si bien se sigue echando de menos el tema central de Charles Berstein. Y ante la cámara, además de los regresos de Heather Langenkamp y John Saxon, que recuperan los roles de padre e hija de la primera, podemos disfrutar de unos jóvenes Patricia Arquette –en realidad, la verdadera protagonista- y Laurence Fishburne, así como del cameo de Zsa Zsa Gabor interpretándose a sí misma.
Y para coronar la propuesta, la vuelta a las muertes originales y al sentido del humor, con un excelente trabajo de maquillaje y efectos visuales –en sus filas contaba con Greg Cannom, que posteriormente ganaría el Oscar por Drácula y El curioso caso de Benjamin Button-, así como asistir al primer desnudo de la serie de películas. Un inteligente ejercicio de terror que devuelve la saga a sus orígenes, que coquetea con la serie B sin dejar de ser un producto de primera liga, y que ayuda a edificar aún más un mito del celuloide que en sucesivas secuelas iría ganando en protagonismo e hilaridad. ★★★★★
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.