"AGU, PASE LO QUE PASE, DIOS NOS PONE A PRUEBA. TENEMOS QUE SER FUERTES"
¿De qué va?
Agu es un humilde niño criado en una buena familia africana. Sin embargo, estalla una guerra civil que acaba por dejarlo solo en plena selva a merced de un sanguinario comandante que tiene como soldados a un ejército de niños y adolescentes.
Reparto
Abraham Attah es Agu
Idris Elba es el Comandante
Emmanuel Nii Adom Quaye es Strika
Dirección
Cari Joji Fukunaga (Jane Eyre, True Detective)
Impresiones
La nueva cinta de Fukunaga supone la incursión por primera vez de Netflix en el largometraje y por tanto, no ha estado exenta de polémica en vista de su estreno directo tanto en cine como en el canal privado. Beasts of No Nation fue una historia que Fukunaga escribió hace siete años y como lleva demostrando en sus anteriores trabajos, ejerce de guionista, productor, director y se encarga de la fotografía. Todo un genio que nos brinda ahora una historia incómoda, de esas que nos hacen tragar saliva por lo que estamos viendo, por su maldita realidad.
La historia nos narra la vida de Agu, un niño africano que tiene la suerte de haberse criado en una buena familia. Su padre es profesor, su madre una trabajadora que se encarga de las labores y de enseñarle en sus ratos libres. Como un niño que es, juega con sus amigos, la imaginación es su mayor don y mientras el ejército nigeriano protege la región, ocurre la tragedia. El pequeño Agu, interpretado magistralmente por el jovencito Abraham Attah, es quien ejerce de narrador y nos cuenta lo que sus ojos ven con una carga emocional que impresiona.

Si esto es así, es debido a la guerra. Y la cinta lo deja bien claro. No es más que la triste, cruel y real historia de los niños que deben aprender a ser hombres en cuestión de horas. Unos pasos agigantados enfocados en el dolor y el odio, ayudados por un constante lavado de cerebro al que deben sumirse si quieren permanecer vivos. Es ahí cuando entra en escena el gran Idris Elba en el papel del comandante que los inunda de ritos y cantos para la motivación de su sanguinario ejército, encabezado por adolescentes y sobre todo niños que han sido abandonados, perdidos o han quedado solos por la muerte de sus familias. Un trauma que los hará perder la cabeza o bien tendrán que dejarse llevar por el son de las balas y la sangre caída.
Algunas escenas son simplemente horribles, pero son ciertas. Un niño en ese estado, debe aprender a matar sin rencor y es precisamente en ese momento cuando nos damos cuenta que ésto no es una simple película, es una dolorosa y amarga verdad que Fukunaga plasma sin tapujos e incluso salvajemente mientras cae sangre a la cámara, para que nos cercioremos que no hay nada de ficción en su obra. "Dios, he matado a un hombre. Es el peor pecado, pero también he mentido. Es lo que debemos hacer" Nos dice Agu. Es lo que deben hacer éstos niños adiestrados como guerreros sin nación.
Idris Elba -quien también produce la cinta- tiene en su mano una labor complicada de la que sale airoso. Un comandante que aspira a lo más alto, que aunque parezca que mira por los suyos, su mayor preocupación reside en la venganza personal, en conseguir una silla que lo corone como amo y señor. Pero no es tarea fácil pues debe rendir cuentas al comandante supremo.

Luego tenemos la excelente mano del director en la fotografía,
cambiando en momentos claves la paleta de colores para mostrarnos campos amarillentos tornados en rojo y cielos grises mutando a azul claro. Excelentes planos secuencias en ciertos momentos que no hacen más que mostrar que
Fukunaga es un artista en todos los sentidos y le gusta tenerlo todo absolutamente milimetrado. Por otra parte, la partitura de
Dan Romer, quien ya compuso anteriormente otra cinta sobre "bestias" y con cierto símil a ésta en
Bestias del sur salvaje, nos sorprende y engatusa con una partitura totalmente ecléctica, sintetizada y tremendamente reflexiva que aviva aun más la narrativa del joven Agu y su sentir. Una maravilla que cuadra a la perfección con cada dolorosa escena. Un sufrimiento necesario de enseñar en las escuelas. Sí, es
una película que todo el mundo debería ver y concienciarse de lo que ocurre no muy lejos de nosotros.
Dolorosa por ser la historia de un niño que es el manifiesto de miles. Agu era una excepción. Tenía suerte porque se crió en una buena familia, pero es solo una gota en medio del mar. La gran mayoría de los que caen ahí, acaban perdidos, como sus compañeros, que sienten la "necesidad" de combatir porque no han aprendido nada en sus vidas, porque no tienen otra cosa. Sin embargo, siempre hay esperanza, tal y como lo reflejan las últimas palabras del pequeño Agu, palabras que nos harán llorar a lágrima viva cuando vivamos su contexto, cuando nos metamos en su piel, en su sufrimiento, en ese niño que habla como un hombre, un hombre que tuvo que aprender a dejar de ser un niño para abandonar las televisiones imaginarias y coger un arma para matar. "He visto cosas horribles. He hecho cosas horribles. Y si hablo contigo me pondré triste. Y tu también te pondrás triste. En esta vida solo quiero ser feliz. Si ahora te lo cuento todo, creerás que soy una especie de bestia o de diablo. Soy las dos cosas. Pero también tuve una madre, un padre, unos hermanos, hace tiempo... y me querían" ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.