"-¿ESTÁ TOCANDO LA PUERTA?
-SÍ, COMO SI HUBIERA UN POLTERGEIST O UN ESPÍRITU MALIGNO QUE QUIERE MOSTRAR QUE ESTÁ ENFADADO Y HACE SONIDOS PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA"
¿De qué va?
Haruka regresa a Japón tras un viaje por San Diego. Indirectamente la extraña entidad de los sucesos ocurridos en aquel lugar la acompaña, dejando patente su presencia en la casa.
Reparto
Aoi Nakamura es Koichi Yamano
Noriko Aoyama es Haruka Yamano
Impresiones
Últimamente nos asedian infinidad de remakes venidos de Hollywood, tanto de películas ya antiguas o de cintas de otros países a las que los americanos quieren sacarles el jugo. Pero ellos no son los únicos que echan una mirada a tiempos pasados, ni que otean el horizonte en busca de joyas extranjeras que explotar. Los asiáticos, sin ir más lejos, tienen un buen historial de remakes a sus espaldas. Han intercambiado los roles amorosos en su propia Ghost, han cambiado el Lejano Oeste por el Lejano Oriente en su particular versión de El bueno, el feo y el malo, e incluso se han atrevido a meterle mano a El padrino.
El taquillazo de Oren Peli con Paranormal Activity no pasó inadvertido en Japón, donde antes de que se estrenase la secuela oficial de aquel éxito, no dudaron en realizar su propia versión con personajes de ojos rasgados. La vendieron como una secuela, tal y como reza el número en su título, y en Latinoamérica la trataron como una precuela titulada “Paranormal Activity 0: El origen”. Y podría decirse que sí, Paranormal Activity 2: Tokyo Night es una segunda parte nipona, o si lo prefieren, un spin-off situado en la Tierra del Sol Naciente. Se inventa un final para la original y a partir de ahí traslada la maldición a un hogar en el que la joven Haruka empezará a experimentar sucesos paranormales bajo la atenta mirada, y la cámara, de su hermano Koichi.
Sin embargo, que su impostada condición de segunda parte no distraiga a nadie de lo que realmente es esta película. Se trata de un pseudo remake, en tanto que coge varias ideas de su “predecesora” y las repite sin cortarse un pelo. Así, cambian una tabla de ouija ardiente por una cruz de madera, a la pareja por dos hermanos, y hasta tenemos a un personaje siendo lanzado a cámara en el acto final. ¿Dónde está lo novedoso? Quizá en una sesión de exorcismo bastante hilarante por ridícula, y en la división en dos de la pantalla para mostrar lo que ocurre en dos habitaciones a la vez. Pero hasta el recurso de la multicámara fue explotado con inteligencia en la secuela oficial de la franquicia.
Por lo demás, consigue dar algún que otro susto en un par de escenas, básicamente porque la original ya lo hacía, y si repites recursos puedes volver a conseguirlo. Con el terror tan efectivo que manejan los japoneses, y no han sabido darle una vuelta de tuerca a la saga. Eso sí, entretiene durante noventa minutos, pero sin perdurar en absoluto en la memoria una vez vista. Tranquilos, que esta vez terminar su visionado y salir de nuestro cuarto a oscuras, en mitad de la noche, no debería suponernos problema alguno. ★★★★★
Por Gerardo Medina
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.