Vanessa está tumbada en el sofá mientras habla sobre cosas incomprensibles. Sir Malcom le pregunta sorprendido pues la que habla no parece ella sino Mina, por las cosas que le cuenta, sobre todo cuando acaba con la coletilla “padre”. Su tono se va volviendo más sarcástico y comienza a narrar cosas del pasado relacionadas con él. Por momentos, el tono cambia cuando malhumorada pregunta por todas las mujeres con las que se ha acostado durante sus viajes. El poder se desata con la furia, las tazas vuelan, los libros y pergaminos pasan de un lado a otro y la habitación comienza a dar vueltas. Aparece Sembene ya que Sir Malcom queda aterrorizado y le da dos guantazos que la dejan completamente aturdida, por lo que la posesión acaba por momentos.
Ya en su habitación, hacen llamar al doctor Frankenstein. Éste le hace un examen físico y observa que su pulso es irregular. A base de preguntas trata de averiguar lo que ocurrió en el piso de abajo y a que lugar va cuando ella deja de ser Vanessa, pero no encuentra respuesta, sin embargo poco a poco lo va engatusando de forma que el propio doctor se asusta. Mas tarde, le comunica a Sir Malcom que tras ella hay cierto problema psicosexual. Mientras sigue su parlamento, de la mesa de cartas comienzan a salir cientos de arañas y poco después se produce un grito de dolor de la habitación de Vanessa
Ethan acude a la llamada de Sir Malcom y entra en la habitación. Allí encuentra a Vanessa, de rodillas al pie de la cama, poseída y sollozando con dolor. Ella le pide disculpas y le avisa que no es ella misma la que habla a veces. Él la coge de la mano con suavidad y ella lo agradece. Entonces le pregunta directamente por Dorian Gray con un “quien se folló a quien”. La posesión regresa y ataca directamente a Sir Malcom. La cogen entre todos y el doctor logra sedarla hasta que se calma.
En una reunión entre hombres, Sir Malcom declara que un egiptólogo sugirió que Vanessa podría ser la encarnación de la diosa Amonet. El plan es no dejarla sola, sino mostrarle confianza, saber que no la dejarán. Sir Malcom lo sabe porque en las últimas palabras que citó Vanessa en árabe, dijo “déjame morir”. De esta forma, su posesión la atormenta durante días, y ellos no se alejan de la habitación sino que la cuidan incesantemente aunque les cueste el sueño en lo que supone una escena hermosa bajo una banda sonora impecable repleta de cuerdas.
Ha pasado una semana y parece que Vanessa está más calmada. Le pide un vaso de agua a Ethan. Están solos en la habitación. Ella le dice que siente su mal como si le arañara en su interior, que ha perdido la fe, pero que le gustaría tener cerca a un cura debido a su creencia católica. “No me deje herir a nadie” Le pide ella. “Cuando llegue el momento, míreme a los ojos y apriete el gatillo” Le insiste. Pero entonces Ethan no parece ser él sino el mismo demonio encarnado nuevamente, como hizo con la forma de Sir Malcom. “Quiero que seas la madre del mal. Quiero que dirijas la oscuridad conmigo. Juntos conquistaremos a Dios. Le derribaremos de su trono sangriento y mandaremos en su lugar” Le responde cuando ella trata de averiguar qué es lo que quiere realmente. De ésta forma, ella echa la cabeza en su pecho y se declara de ésta forma un pacto entre ellos.
Sir Malcom y Ethan hablan sobre África y el porqué de su insistencia por ir. Dice que quiere volver para traer el cuerpo de su hija de regreso aunque el pistolero no cree sus palabras. Vanessa vuelve a gritar y la encuentran con un brazo ensangrentado, rallando una pared y marcando sus venas por todo el cuerpo hasta que parece sellarse una marca en su pecho. Deciden atarla para evitar que se mate. Ethan le dice a Frankenstein que piensa que Sir Malcom quiere mantener a Vanessa con vida por alguna otra cosa que no les han contado. Sospecha de él y compara a la poseída con los indios reinsertados en la sociedad. El doctor mira a través de la ventana y comprueba como su criatura sigue fuera esperándole. Es entonces cuando éste le pide un favor a Ethan, que lo enseñe a disparar.
Ethan y Sembene mantienen una interesante conversación sobre el pasado y las creencias. Cuando el pistolero le pregunta si cree en dios, el otro le responde “Creo en todo”, visto lo visto. Sir Malcom está en la habitación y despierta a Vanessa. Le dice que está en una situación entre dos mundos y le increpa para que encuentre a Mina. Ella llora por su crueldad pero él insiste “Encuéntrala”. Ethan lo saca de allí y todos discuten con él. Unos hablan de traer un cura para el exorcismo, otros, que la dejen morir pero Ethan le amenaza que si se entera que la ha usado para su antojo, él acabará matándolo.
En una escena entre el doctor y Sir Malcom, éste último declara que ha perdido toda la decencia que le quedaba desde su pasado en África y la muerte de su hijo. En ese momento llega el cura pero les comunica que no puede ejercer un exorcismo porque está prohibido. Les dice que solo hará su deber como tal aplicando la extremaunción. Cuando entra en la habitación, recula y trata de marcharse pero se lo impiden y le acercan una silla cerca de la cama. Justo entonces procede la mejor escena de la temporada cuando una vez más Vanessa regresa poseida, ataca al padre Matthews mordiéndole en la cara y salta al techo para lanzarse a Sir Malcom. Cuando Ethan la coge con fuerza para controlarla, estallan los cristales de las ventanas. En ese preciso momento la empuja contra la pared mientras le apunta con su arma. Vanessa le pide que lo mate y éste mueve el arma hacia su corazón. Seguidamente besa su medalla y comienza por sorpresa para los espectadores a hablar en latín. La va acercando poco a poco a la frente de ella mientras grita más intensamente y logra que pierda el conocimiento. La escena nos pondrá los vellos de punta no sólo por la sorpresa sino por la intensidad de la misma. Tras ésto, Ethan se marcha, como un héroe a nuestros ojos, una pieza en el puzzle que nos quedaba por resolver y un sitio clave en el grupo. Pocos días después y parece que curada por el momento, Vanessa se levanta y le comunica a Sir Malcom lo que él quería: sabe donde está Mina.
Final de vértigo en el penúltimo episodio de la temporada, el cual firma con acierto y nos deja expectantes. Nuevamente, resplandece Eva Green en un papel muy complejo al mostrar diferentes personalidades al hacer uso de la posesión de su personaje. Nos quitamos el sombrero y en ésta ocasión con más aplauso general tras el impresionante final.
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.