Sinopsis
El secreto: su nombre es Tilo y nació en la India. Ahora es una mujer sin edad que regenta una pequeña tienda de especias en Oakland. Es capaz de leer los anhelos humanos y de encontrar la hierba que cura los males del cuerpo y el alma.
La tentación: él es joven y apuesto, pero en sus gestos se refleja la desesperación profunda de quien busca y no encuentra.
La magia: él y ella, un hombre y una mujer que descubren juntos un nuevo placer.
Reseña
La India posee una fragancia única, un contraste de olores intenso y exótico compuesto por las tradiciones milenarias cuyo perfume ha sobrevivido durante siglos a los cambios demográficos, sociales y políticos del país a través de las especias. El tilo, la cúrcuma, la canela, la alholva, el hinojo, el jengibre o la pimienta no solo sirven para aderezar nuestros platos aportándole un sabor tan diferente como la tierra de la que proceden; además de alimentar los cuerpos, también nutren sus almas. Existen tanta variedad de especias como de personas, cada una posee su propio nombre y personalidad, así como una historia que la mayoría tienden a interpretar como simples leyendas de un pueblo supersticioso; hermosas de contar entre familiares y amigos en la intimidad de nuestras cocinas como una forma inocente de aderezar nuestras veladas, pero imposibles de creer a la realidad de nuestras vidas cotidianas. Sin embargo, existe una pequeña tienda de Oakland, San Francisco, donde las especias todavía conservan su ancestral poder para influir en el destino de las personas. Allí, guardadas celosamente entre recipientes de tantas formas y colores como el preciado producto que contienen, Tilo es su protectora y, al mismo tiempo, su prisionera.
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La autora |
Tilo es la responsable de su cuidado y vigilancia; la única capaz de hablar con ellas e interpretar su desconocido idioma; quien escoge la más adecuada para cada comprador de su pequeña tienda, sabiendo lo que realmente necesita…Tilo es una señora de las especias.
«La señora de las especias» es una novela mestiza en la que se combinan las leyendas indias tradicionales con elementos de la novela romántica occidental consiguiendo la unión literaria de ambas culturas a través de sus páginas. Chitra Banerjee Divakaruni nos describe, empleando la prosa lírica y de gran riqueza visual que caracterizan a los relatos de su país, una historia llena de misticismo, drama y, sobre todo, amor.
La autora india yuxtapone un mundo mágico con la realidad cotidiana, trasladando al lector a un escenario en el que los gestos más triviales, como adquirir los ingredientes necesarios para la cena, adquieren un significado fantástico mediante la intermediación de la enigmática Tilo. Sus ancianas manos nos transmiten el sabor oculto de una sociedad tan antigua como el propio mundo, siendo las especias el nexo entre los dioses y los mortales, con un poder igual de caprichoso que solo podía ser controlado por aquellas mujeres, quienes sacrificaron a la belleza, la juventud, la libertad o el amor para servir a su pueblo allí donde sufrieran. Y es que el aroma de las especias es capaz de atravesar océanos, incluso continentes para transmitir los recuerdos del país abandonado.
En «La señora de las especias» Chitra Banerjee Divakaruni no narra exclusivamente una fantasía orientada al lector adulto, porque su novela posee un interesante análisis sobre los problemas de los emigrantes, ante el conflicto de ser fiel a sus costumbres originales y la necesidad de integrarse en la nueva sociedad a la que ahora pertenecen. O intentan pese al rechazo y al odio que sufren a diario. La reflexión personal de Chitra Banerjee Divakaruni acerca de esta cuestión es uno de los aspectos más interesantes de la novela, pues el resto posee grandes paralelismos con otras novelas representativas del realismo mágico como «Chocolat» (Joanne Harris) o «Como agua para chocolate» (Laura Esquivel). Adviértase que «La señora de las especias» empieza cada capítulo dedicándolo a una especia concreta, un aspecto muy similar a la novela mexicana que comenzaba con una receta de cocina para enlazarlo con el contenido posterior de la historia. El conjunto de estas similitudes afecta a la originalidad del eje narrativo central de la novela; en especial tras la aparición de Cuervo y el romance entre ambos personajes que, aunque representan un frustrado intento de la autora por ilustrar las dificultades derivadas de la convivencia entre ambas culturas a consecuencia de los prejuicios sociales, acaba por derivar en una historia de amor repleta de tópicos occidentales.
El convencionalismo de la trama principal se contrapone con el riesgo de la autora al cuestionar directamente costumbres tan arraigadas en la sociedad india como los matrimonios concertados, la violencia de género o la diferencia entre castas. No obstante, la narración en primera persona acaba perjudicando el relato, pues Tilo demuestra ser una mujer caprichosa, soberbia e inmadura, dotando al relato de un tono excesivamente infantil que resulta incoherente con las escenas descritas, así como los diálogos intercambiados con los personajes secundarios, quienes se expresan de forma más coloquial y creíble. De hecho, podemos apreciar una evolución en el pensamiento de la mayoría de los personajes, excepto en la propia protagonista hasta prácticamente las últimas hojas. La humildad que adquiere al final de la novela no resulta convincente, y más ante la incapacidad de empatizar con Tilo a consecuencia, precisamente, de esa actitud durante gran parte de la novela.
Es posible que si Chitra Banerjee Divakaruni hubiese prescindido del romance con Cuervo, haciendo que Tilo quebrantase las leyes por la necesidad de ayudar a sus amigos y conocidos antes que cautivar al atractivo norteamericano, la novela hubiese adquirido una madurez necesaria para equipararse a sus homólogas europeas y sudamericanas. O precisamente, ese deseo de emular el estilo occidental acaba corrompiendo la esencia de la que se nutría la novela durante los primeros capítulos.
A pesar de que «La señora de las especias» nos ofrece un despliegue de color, aroma y sabores tan variado como las especias, auténticas protagonistas de la novela, los excesos de la autora al intentar conseguir un equilibrio entre Oriente y Occidente, decantándose por el segundo, así como el rechazo hacia la protagonista acaban perjudicando a la novela hasta convertirla en un estereotipado romance. Al fin y al cabo, si aderezamos demasiado nuestros platos, acabamos eclipsando el sabor original de los ingredientes, siendo incapaces de discernirlos y provocando la sobresaturación de nuestros sentidos.
Lo Mejor: El trasfondo social de la novela que describe los problemas sufridos por los emigrantes y las diferencias culturales, así como sus conflictos personajes en tierra extranjera. La yuxtaposición entre el misticismo de las especies contraponiéndolo con la cotidianidad de nuestras vidas diarias, creando un escenario mágico y exótico.
Lo Peor: Los paralelismos con otras novelas de realismo mágico. La personalidad de la protagonista provoca rechazo y, a pesar de adquirir cierta humildad asumiendo la responsabilidad de sus actos durante los últimos capítulos, este cambio requería de una evolución previa. Los estereotipos en el romance entre Tilo y Cuervo, completamente innecesarios y que adquiere un protagonismo excesivo frente a las subtramas, más atractivas y coherentes con la temática principal. El tono excesivamente infantil de la narración en algunos fragmentos, sobrepasándose en el lirismo de la prosa a fin de amular las leyendas tradicionales indias.
Por MariCarmen Horcas
Título:La señora de las especias; 336 págs.
Autor: Chitra Banerjee Divakaruni
Editorial: Zeta Bolsillo, 2013
ISBN: 9788498728040