Katie y Robbie viven en un nuevo barrio, pero sus vecinos y familiares comenzarán a experimentar nuevos sucesos paranormales en la nueva casa donde residen ahora.
Reparto
Katie Featherstone es Katie
Brady Allen es Robbie
Katrhyn Newton es Alex
Matt Shively es Ben
Dirección
Henry Joost, Ariel Schulman (Paranormal Activity 3)
Impresiones
Si algo demostraba Paranormal Activity 3 era que la franquicia no necesitaba tirar de una secuela directa para funcionar perfectamente. Era mucho más atractivo el viaje al pasado que proponía desde su condición de precuela VHS, y lo explotaba de manera eficiente. Y si algo demuestra su continuación es que la saga poco tiene por ofrecer si se realiza una secuela propiamente dicha, que es muy fácil caer en los esquemas de la primera parte sin aportar frescura y originalidad a la franquicia.
Porque a pesar de contar con los mismos directores y el mismo guionista, esta nueva entrega no funciona tan bien como sus predecesoras. Básicamente por narrar lo que ocurre tras las dos primeras, aunque trasladando la acción al año 2011, con el pequeño Hunter y su tía Katie en paradero aún desconocido. Una familia, sin aparente relación inicial con los sucesos de entregas anteriores, empezará a vivir en sus propias carnes una serie de sucesos paranormales, que evidentemente acabarán encontrándose con la historia que ya conocemos. La dirección es efectiva y tiene ideas tan ingeniosas como utilizar el Kinect y la visión nocturna como detectores de entes paranormales, además de poseer escenas que consiguen poner los vellos de punta, especialmente las protagonizadas por el pequeño y siniestro Brady Allen, que acercan la propuesta a otras como La profecía, pero en general la sensación que deja es la de aportar ya muy poco a la historia principal. Además, desde su guión se permite el lujo de añadir nuevas incógnitas y líneas argumentales que dejan más preguntas innecesarias que respuestas, y que huelen a intento de alargar más si cabe la saga.
Estamos ante
la más facilona y floja de cuantas se han realizado de
Paranormal Activity, una nueva entrega que llegó, cómo no, un año después de la anterior, y que dejó tan mal sabor de boca que su rentabilidad fue en picado, sin por ello dejar de ser un éxito. Una película en la que, por primera vez en la franquicia,
el uso del found footage resulta forzado en cuanto sus personajes avanzan con los móviles en las manos como si los necesitasen para guiarse por la casa. Y aún así, un título que se deja ver y que, una vez más, te deja el miedo en el cuerpo. Difícil salir al pasillo a oscuras de noche, y más difícil conciliar el sueño tras verla sin que te sobresalte cualquier sonido ambiental. Eso es terror.
★★★★★1/2
Por Gerardo Medina
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.