Orson Welles decía sobre
Joan Fontaine que estaba "limitada a dos expresiones y ya". No puedo sino dar la razón al maestro, pero... ¡que dos expresiones!. Que
Joan Fontaine fue una gran actriz no cabe la menor duda alguna. Quiero pensar que
Welles se refería mucho más al registro de la actriz que a su propio talento, y es que la
Natalie Portman del cine clásico tuvo un registro bastante limitado. Hizo principalmente papeles de chica ingenua o sufrida, principalmente por un hombre y las circunstancias que la rodeaban. Dramas románticos, para entendernos.
Rebecca, Suspicion, Jane Eyre, son un claro ejemplo de lo que digo. Solo podría callarme con
Ivy (
Sam Wood, 1947), pero nos estamos desviando del asunto. La idea era hablar de una de esas películas por las que podríamos decir que la preciosa
Joan Fontaine se vio encasillada en los papeles dramáticos.... pero qué películas.
Carta de una desconocida es
una cinta a la que no le han afectado los años. Una historia preciosa con una protagonista única hacen de este film un intento más que decente de joya cinematográfica. ¿Y por qué digo "intento"? Tras la trama os lo cuento.
Viena, principios del siglo XX. Stefan Brand es un músico caído en desgracia que acaba de ser retado a duelo. Tiene unas pocas horas para prepararse, por lo que pide a su criado que le haga el equipaje para huir. Entonces ve una carta en el aparador y comienza a leerla. Es una carta de una mujer, una mujer a la que aparentemente no conoce, una mujer desconocida. En la misma, la protagonista, Lisa, comienza a relatar lo que supuso Stefan para ella a lo largo de su vida. Como desde que lo conoció siendo apenas una jovencita al vivir en el mismo edificio se enamoró profundamente de él. Ella empezó a estudiar la historia y cultura relacionada con la música, aprendió a bailar... empezó a comportarse como la perfecta futura esposa para él. Era su sueño. Pero este se rompió al contraer matrimonio su madre con un hombre de negocios que la obliga a trasladarse a Minks. Allí ha de rechazar propuestas de matrimonio. El corazón de la muchacha es del músico, aunque este no tenga ni idea. Todo lo contrario, impulsado por su fama de chico prodigio de la música, Stefan lleva una vida libertina y de excesos, lo que compagina con su música, y para nada conoce la existencia de Lisa. Esta decide volver a Viena para tratar de encontrarse con él. Encuentra un buen trabajo, y cada noche va hasta la puerta de su casa para tratar de cruzarse con él, hasta que una noche lo consigue.
Ambos viven una noche mágica en la que no hacen más que conocerse el uno al otro, acabando en el dormitorio de él. Este ha de partir unas semanas a Milán, pero le promete volver con ella, etc... No es así. Sola, y embarazada de Stefan, presenciamos un salto en el tiempo en el que Lisa se ha casado con un aristócrata que la idolatra y que no tienen en cuenta el pasado de su esposa. Hasta que una noche Stefan y Lisa vuelven a encontrarse. Él no la recuerda, pero acude a ella instantáneamente para seducirla como ha hecho con otras tantas mujeres. El marido de Lisa sabe que ella va a acudir a él, ya que su corazón es propiedad del músico. Ella manda a su hijo al colegio donde morirá de Tifus. Lisa se reunirá con Stefan que sigue sin reconocerla, convenciéndola que a pesar de su amor hacia él, este no va a corresponderla más que a cualquier otra, por lo que se marcha, muriendo poco tiempo después también de tifus, justo a tiempo para enviarle la carta.
Stefan termina la carta sobrecogido por las lineas que acaba de leer. Ya es demasiado tarde, la hora del duelo ha llegado. Su contrincante es el marido de Lisa. Stefan parte a su destino.
Esta es la trama de la película, adaptación de la novela de 1922 de Stefan Zweig que bien sufre algunos cambios que creo son la principal razón de que esta película no pueda llegar a ser considerada como la obra maestra que merecería. De haber seguido al pie de la letra la novela nos habríamos encontrado con una cinta mucho más dramática y hasta cierto punto polémica. Podemos afirmar que la censura habría destrozado la historia con una Joan Fontaine prostituta para mantener al hijo de ambos, y sin embargo ahí está Anne Baxter con El Filo de la Navaja, dos años anterior a esta cinta.
Lo que si podemos afirmar es que Max Ophüls firma una de las mejores películas de su carrera con la protagonista perfecta. La historia no hace más que mostrar el terrible drama interior de Lisa, víctima de un amor puro y profundo que la llevará a realizar duros y constantes sacrificios buscando el amor correspondido de un hombre que representa todo lo contrario. Ambos son víctimas, aunque una más que otro.
Además de esto, podemos decir que Ophüls contó con un buen presupuesto para realizar unos decorados magníficos de la Viena de principios de siglo entre los que podemos apreciar a lo lejos incluso la famosa noria. Una magnífica fotografía, ayudada por los decorados, y unos movimientos de cámara exquisitos entre los que destacaban perfectos encuadres y discretos travellings, acompañada por una magnífica banda sonora entre la que encontramos piezas clásicas de Mozart o Wagner, hacen de Carta de una desconocida, una película que ha influido en gran número de directores. Sin ir más lejos, el propio Kubrick mencionó en un par de ocasiones la importancia de la misma.
Lo que pudo ser y no llegó a ser. A pesar de ello sigue siendo algo, y es, uno de las mejores dramas románticos de la historia del cine clásico.
Calificación: 8/10
Por José Mayo
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.