Tras un capítulo un tanto ramplón (Kevin Smith, por lo que más quieras, la próxima temporada elige un poco mejor el episodio que quieras dirigir, prenda) la serie coge velocidad de Match-3 para encarar la recta final de la temporada.
Un cierre que, a menos que se venga abajo en el capítulo final, se antoja tan cargado de ritmo, emoción y sorpresas como la temporada anterior. Evidentemente, volvemos a tener a Barry en plenitud de su poder y lleno de confianza tras hacer las paces con su pasado y recibir los parabienes de la mismísima
Fuerza de la velocidad. Tal vez demasiada confianza... Además, lo que ya se apuntaba hace unos capítulos de forma sutil (la visión de Zoom como un reflejo deformado de Barry)
termina de explotar en un final inesperado que nos deja con la boca abierta.
Las cosas parecen verse de un color más claro para el equipo de Star Labs. Por una parte, Barry ha vuelto y está en plenas condiciones. Por otra parte, Caitlin aparece también en el laboratorio. Ha hecho su elección y Hunter Zolomon, fiel ha su palabra, la ha devuelto vivita y coleando con sus amigos... aunque con la prestación de que ha gastado todas sus vidas y se ha convertido en un objetivo más.
Sin embargo, múltiples problemas con el sello de Tierra-2 se desatan en Central City. La horda de metahumanos de Zoom campa a sus anchas por la ciudad sembrando el caos y llevando la "palabra de Zoom" a todos los rincones. Todo un
"metapocalipsis" que se cierne sobre los pobres mortales a un paso de repetir la situación de rendición a los deseos del villano de su homónima de la Tierra alternativa. Sólo Flash puede detenerlos, y de hecho lo da todo de forma espectacular, deteniendo a villanos por toda la ciudad con un ritmo vertiginoso. Un aura de confianza brutal lo rodea, preocupando a sus aliados sobremanera, ya que sentirse invencible está bien pero puede llevarle a situaciones muy comprometidas.
Esto es, una línea muy fina separa la audacia del suicidio y Barry parece dispuesto a traspasarla sin demasiados miramientos.
Sin embargo, con tanto metahumano suelto ni siquiera el renovado poder y el optimismo inquebrantable de Flash pueden ser suficientes como para lograr detenerlos a todos y salir victorioso del envite...
contando además con que Zoom sigue toda la confrontación como si de un espectáculo servido para su disfrute se tratase. Dado que sus subordinados parecen no dar la talla al enfrentarse a su némesis, Zolomon opta por reclutar a una vieja conocida a quien encarga una misión especial: destruir las instalaciones de Mercury Labs.
Este arma secreta es alguien capaz de causar cierto efecto psicológico en el equipo de héroes. Nada menos que Black Siren, el doppelgänger maligno de la fallecida Canario Negro (Laurel Lance), capaz de emitir ondas sonoras con efectos de lo más destructivos. El primer encontronazo de Flash y Black Siren deja claras dos cosas: que la confianza extrema de Barry es capaz de ponerle a las puertas de la muerte y que Wally West está dispuesto a adoptar su papel de héroe
teen incluso sin poderes salvando el culo al velocista cuando peor pintaba la cosa. Parece que están intentando darle fondo al personaje (al igual que a Jesse Wells como pieza científica del equipo) antes de su casi seguro salto al
metahumanismo.
Otro de los puntos álgidos del episodio es un cara a cara entre Zoom y Flash que curiosamente (y eso es lo que hace a esta serie tan especial) no se desarrolla a base de
yoyas sino de retórica.
Zolomon intenta en su locura convencer a Barry de que no son sino dos caras de la misma moneda. Barry podría haberse convertido en Zoom si en lugar de ser acogido por una familia adoptiva idílica hubiera dado con sus huesos en ese orfanato salido de una pesadilla de Roald Dahl. Y viceversa. Parece que Barry se ha convertido en su proyecto personal para demostrarse a sí mismo que es
malo porque el mundo le hizo así. De ahí que no le haya dado matarile aún.
Su objetivo es que su enemigo llegue a abrazar la oscuridad que ha acabado por consumirlo. Zoom demuestra que le tiene tomada la medida a Flash al evitar el enfrentamiento directo demostrándole que siempre tendrá un as en la manga y una ventaja.
Por muy veloz que sea, Flash no puede estar en dos sitios a la vez, y siempre primará la salvación de los inocentes por encima de la captura del villano. Un edificio derruido y listos. Mientras tanto, la parte científica del equipo consigue una solución al conflicto metahumano usando la diferente frecuencia vibratoria entre ambos mundos. Así pues,
crean un artilugio que, unido a la velocidad de Flash, es capaz de dejar turulatos a todos aquellos que vibran a una frecuencia diferente a la de nuestra Tierra.
De esta forma tenemos final de auténtico vértigo.
Mientras Flash se prepara para correr como nunca y crear un muro alrededor de la ciudad para que la onda expansiva rebote una y otra vez en su interior, Caitlin y Cisco deberán ingeniárselas para contener la fuerza destructiva desatada de Black Siren. Esto nos dará una escena muy divertida en la que los dos científicos se hacen pasar por sus identidades de Tierra-2 (Reverb y Killer Frost) para entretener a la villana mientras el plan toma forma. Finalmente, todo sale según lo previsto y el barrido acaba con todo metahumano viviente de Tierra-2 (incluido el sacrificio
no mortal de Harrison Wells para que su hija no caiga también en el intento) excepto a Zoom, que consigue escapar creando un portal a su mundo. No se van a dar a basto en la trena a meter a gente. Toca celebración familiar final, con todos felices y comiendo perdices... o no.
Porque Zoom regresa empeñado en hacer ver a Barry que no son tan diferentes. ¿Cómo? Haciéndole vivir el mismo trauma que le dio origen, esto es, matando a su padre ante sus propios ojos y sin poder hacer nada por evitarlo. Poco ha durado la paz de espíritu.
Una muerte brutal e inesperada que nos deja boquiabiertos y expectantes ante un final de temporada que se antoja brutal. Más que nada porque además del finalazo y las incógnitas que aún están en el aire (como la identidad del
Hombre de la máscara de hierro y su papel en todo este embrollo)
se suman las visiones de Cisco de una Tierra-2 a punto de partirse por la mitad... literalmente. La cosa está que arde...
Por Antonio Santos