"-¿NO PODRÍAS TELETRANSPORTARNOS O ALGO ASÍ?
-¿TELETRANSPORTARNOS?"
¿De qué va?
Año 2455. La tierra es un lugar inhabitable. Un equipo de exploradores aterriza con su nave con funestas consecuencias, ya que Jason regresa a la vida...
Reparto
Jeff Geddis es Johnson
Lexa Doig es Rowan
Jonathan Potts es Lowe
David Cronenberg es Wimmer
Kane Hodder es Jason
Dirección
James Isaac (House III)
Impresiones
Aunque la saga Viernes 13 ya había descendido irremediablemente a los infiernos junto a su personaje principal por culpa de la novena entrega, New Line Cinema seguía pensando que el producto era rentable incluso ocho años después. En aquellos tiempos en los que el DVD era considerado material puntero de contrabando, y en vista de que el crossover se hacía de rogar, igual era hora de afilar el machete y traer a su dueño al nuevo siglo… y más allá. Así, Jason X lleva al personaje al año 2455, a una superficie terrestre inhabitable a la que ha ido a parar tras quedar congelado cuatro siglos atrás. Un equipo de pobres incautos que explora el planeta acabará trasladándole a su nave espacial rumbo a una estación, con funestas consecuencias. Porque Jason es indestructible, y no tardará en volver a la vida.
Jason X venía avalada con casi el doble de presupuesto que su predecesora, pero eso no significa que su resultado final sea mejor a nivel técnico y artístico. Su puesta en escena es lamentable, no hay atisbo de dirección de actores, el decorado de la nave es de cartón piedra –sólo la fotografía ayuda ligeramente a que resulte eficiente-, los efectos visuales son enormemente deficientes, y su realización se acerca más a la de una película para televisión. Y sin embargo, resulta muy superior a las peores partes de la franquicia. Porque es un producto consciente de que es de tercera categoría, y tiene el enorme acierto de no tomarse nada en serio a sí misma. El humor y el afán por entretener sin concesiones que desprende son la mejor baza con la que juega este cruce entre Alien y la ciencia-ficción televisiva –hay algún chiste hacia Star Trek-, que coquetea a la vez con clásicos tan dispares como Moontrap, Saturno 3 o Terminator, y en general con toda la ciencia-ficción de serie B de los 70 y 80.
Producida de nuevo por Sean S. Cunningham, y con una banda sonora de Harry Manfredini que potencia aún más su condición de scifi casposo, Jason X no se corta tampoco a la hora de parodiar a la propia franquicia, ya sea a través de los pezones postizos del robot, de ese Crystal Lake holográfico en el que se recogen todos los tópicos juveniles que han venido caracterizando a la serie de películas durante los anteriores veinte años, o jugando con los avances del futuro que presenta, que consiguen crear muertes originales y divertidas basadas en las ideas de la criogenización, la regeneración de miembros y la realidad virtual.
Dirigida por James Isaac, que anteriormente había colaborado en proyectos de David Cronenberg, -el propio cineasta canadiense realiza un divertido cameo acabando ensartado por el propio Jason- y que en 1989 fue director de la segunda secuela apócrifa de House, una casa alucinante, la cinta se convierte en la más delirante y bizarra de todas las protagonizadas por el personaje. Un divertimento totalmente disfrutable que no deja de ser una mala película. Pero tan conscientemente mala que resulta buena. ★★★★★
Por Gerardo Medina
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.