"LA ÚNICA PERSONA QUE LE CONOCÍA ERA SU MADRE. NUNCA FUE A LA ESCUELA Y NUNCA TUVO AMIGOS. JASON NO CONOCÍA EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE, AL MENOS HASTA AQUELLA HORRIBLE NOCHE. DEBIÓ VER COMO MATABAN A SU MADRE, Y TODO PORQUE ELLA LE QUERÍA. ¿ACASO NO ES LA RAZÓN DE SU VENGANZA?"
¿De qué va?
Años después de la masacre en Crystal Lake, un grupo de jóvenes se aventura en un campamento cercano sin hacer caso de las advertencias. El resultado es que se encontrarán con algo que nunca podrán olvidar.
Reparto
Amy Steel es Ginny
Adrienne King es Alice
John Furey es Paul
Kirsten Baker es Terry
Warrington Gillette es Jason
Director
Steve Miner (Mandíbulas)
Impresiones
En el libro “Crystal Lake Memories: The Complete History of Friday the 13th”, el escritor Peter Bracke contaba que, tras el éxito del primer Viernes 13, la Paramount quería una entrega anual de la franquicia, vendiendo el mismo producto pero con diferencias. Ni el guionista de aquella, Victor Miller, ni su director, Sean S. Cunningham, ni tan siquiera el mago de los efectos Tom Savini, estuvieron de acuerdo. Ellos preferían explotar la idea de una entrega anual distinta cada vez, donde lo único en común fuera la conmemoración de la fecha del título. Nunca llegaremos a saber qué habría salido de este proyecto frustrado, pero sí que conocemos todo lo que vino a continuación, una serie de películas que se extiende hasta nuestros días.
Ni Savini, ni Cunningham ni Miller repitieron en la secuela, estrenada justo un año después de la original. La acción comienza con la superviviente de ésta, Alice, siendo asesinada por un hombre de identidad desconocida dos meses después de la tragedia, en una escena pre créditos quizá demasiado alargada a base de flashbacks de su predecesora. Un comienzo que sirve como plantilla de futuras secuelas y otras películas, como Hostel 2. A continuación saltamos cinco años en el tiempo, con Jason como un eco del pasado, y con un nuevo grupo de jóvenes a los que masacrar, aunque esta vez en un campamento vecino.
El resultado final es más de lo mismo a pesar de mejorar algunos aspectos, como la actriz principal, encarnada por una Amy Steel que resulta más creíble que Adrienne King, quien ya nos deja claro en la escena inicial sus escasas dotes interpretativas. Además hay más desnudos –el mejor, el de Kristen Baker en el lago-, un final que juega también a producir desconcierto en el espectador, y la atmosférica banda sonora de Harry Manfredini. No obstante, todo con el piloto automático activado, sin el efecto sorpresa y con una dirección efectiva por parte del productor ascendido a director Steve Miner, pero nada transgresora y muy similar a la de su colega Cunningham.
Las muertes no consiguen el mismo impacto a pesar del efectivo trabajo de maquillaje, la sensación de suspense no está tan bien conseguida, y el guión supone una repetición de los mismos esquemas y presenta un conjunto de incongruencias que hacen que el conjunto se resienta demasiado. La más importante de ellas, la relativa a la gran vuelta de tuerca de la historia, la inclusión del propio Jason en la trama como villano principal. La explicación de que nunca murió y que ya como adulto se encargará de vengar la muerte de su madre –Betsy Palmer hace algún cameo puntual poco destacable- echa por tierra todo el acto final de aquel taquillazo sorpresa del año anterior.
Y aún así, aunque sea una secuela muy inferior a la original, el film se deja ver con comodidad, y supone un punto de inflexión crucial para la franquicia. Sin ella no tendríamos a Jason Voorhees, aunque en esta ocasión sea el hombre del saco y recuerde más al asesino de The Town That Dreaded Sundown. Aún habría que esperar otro año más para verle con su característica máscara de hockey y su machete, para que este icono del género quedase grabado en nuestras retinas para siempre. ★★★★★
Por Gerardo Medina
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.