"ÉSTE ES EL RECIBO POR SU MARIDO... Y ÉSTE ES MI RECIBO POR SU RECIBO"
¿De qué va?
Una mosca es la culpable de cambiar el apellido del guerrillero Harry Tuttle por el de Buttle, convirtiéndolo en un sentenciado por el estado hasta la muerte. Es entonces cuando aparecerá Sam Lowry, el encargado de dar un talón a la familia de la víctima mientras hace buenas migas con el propio Tuttle.
Reparto
Jonathan Pryce es Sam Lowry
Robert De Niro es Harry Tuttle
Ian Holm es Mr. Kurtzmann
Bob Hoskins es Spoor
Katherine Helmond es Ida Lowry
Michael Palin es Jack Lint
Dirección
Terry Gilliam (12 Monos)
Impresiones
Posiblemente sea la ciencia-ficción, en todas sus variantes, la que ha presentado las utopías y distopías más interesantes de la historia, desde el universo post apocalíptico de Mad Max hasta el eternamente vigilado por el Gran Hermano de 1984 o los precogs de Minority Report. Una de las utopías más lúcidas del séptimo arte la ofrece Terry Gilliam en Brazil, una película que supone la primera muestra completa del imaginario particular del ex Monty Python, brillante y autor para algunos, pero a la vez odiado y ninguneado por otros. Todo lo que es Gilliam, y lo que será en trabajos posteriores, está presente en este filme.
Brazil presenta el choque de dos modos de entender una misma realidad, la distópica y la utópica, la primera a través de una sociedad deshumanizada y sumida en la más anodina burocracia en un ambiente profundamente anacrónico, en el que se juntan los coches de los años 50, los enormes edificios de los años 20 que parecen salidos del Metrópolis de Fritz Lang o los tubos neumáticos y las máquinas de teletipos como herramientas de comunicación, en un formidable trabajo de dirección artística de Norman Garwood.
La parte utópica del relato la pone el soñador Sam Lawry, un hombre aparentemente insignificante llamado a ser un hijo de la revolución, un idealista sumido en sus propios desvaríos oníricos en un mundo tan controlado que nadie se cuestiona la necesidad de un cambio. Un mundo que cuando comete un error, error que activa los engranajes del críptico argumento, elimina todas las pruebas sin mostrar el menor sentimiento por las vidas que cobra.
La cinta se beneficia no sólo de un guión enrevesado e inteligente y un diseño de producción magistrales, ambos nominados al Oscar, sino de un muestrario de personajes tan estrambóticos y caricaturizados como la encorsetada sociedad por la que se mueven, encarnados brillantemente por un reparto de lujo. Desde el protagonista, Jonathan Pryce, hasta secundarios como Bob Hoskins, Robert De Niro, Jim Broadbent, el también ex Monty Python Michael Palin o Ian Holm.
Brazil fue vilmente masacrada por crítica y público hace treinta años, pero el tiempo la ha puesto en su lugar como lo que es, una obra maestra convertida en película de culto que recoge todas las constantes del cine de Terry Gilliam, un Quijote que, a día de hoy, sigue luchando contra sus propios gigantes en una Meca del cine que odia pero a la que necesita para poder seguir haciendo las películas que quiere. En lo que a Sam Lawry se refiere, acaba absorbido por sus propios sueños, loco y tarareando esa “Aquarela do Brazil” que sirve a la vez como leit motiv para el fantástico score de Michael Kamen y como auténtico canto de libertad. Esperemos que a Gilliam no le gane definitivamente de esta manera la distopía, y algún día vuelva a regalarnos joyas como esta. Soñar es gratis. ★★★★★
Por Gerardo Medina
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.