CONTORNO
Chiyo le cuenta a Will cómo conoció a Hannibal. Era asistente de su tía, y mientras Lecter aprendía las enseñanzas de Lady Murasaki, ella a su vez servía como alumna en la distancia. "Hannibal es como un cachorro que crece y se acaba convirtiendo en felino". Según ella, estaba destinada a conocerle y con respecto a Will, es aun más clara: "Si no le matas, tienes miedo a convertirte en él". Will afirma, pero ella recalca que hay otras formas sin necesidad de usar la violencia. Mientras toman el aire en la parte exterior del último vagón, Will descubre que ella sabía perfectamente donde estaba Lecter desde el primer momento, en Florencia. Se aproxima un acercamiento que termina en beso y es entonces cuando ella responde: "Hay otros modos de influencia sin usar la violencia... pero la violencia es lo que entiendes", tras eso, lo lanza del vagón y Will cae quedando trastornado, en las vías, mientras el tren se aleja. Siguiendo con sus constantes visiones, vuelve a ver al ciervo que sigue su paso en la misma dirección de Chiyo, así que él se levanta y camina como puede.
Jack lanza las cenizas de su mujer en las aguas de Florencia, lugar donde la conoció. Hace lo mismo con su anillo y luego cena con el inspector Pazzi, quien le hace ver que no ha informado a la policía porque quiere asegurarse que a quien busca es realmente Il Mostro. Más tarde descubriremos que ésto no es del todo cierto, ya que tras un encuentro con Hannibal en el papel del Doctor Fell -momento repleto de suspense porque ambos se conocen y se vuelven a ver cara a cara- éste llama a un teléfono donde se alertaba sobre Lecter y al que ofrecían una recompensa. Esto lo lleva a una conversación vía ordenador con Mason Verger, quien le ofrece tres millones si lo entrega vivo. Pero Alana sabe de sobra que Hannibal lo matará. Ella ha sido la clave para encontrarlo, ya que unos recibos en una tienda de Florencia con compras en efectivo de vino refinado y trufas blancas han sido suficientes para echarle el guante.
Así, con todo dispuesto, Pazzi se reencuentra con Lecter en la sala de restauración y para hablarle en su terreno, le trae una reliquia del pasado de los Pazzi, antiguos humillados que murieron como Juan Bautista. Éste la analiza con entusiasmo mientras deja en la mesa la manzana y el cuchillo con el que estaba cortándola. Hannibal también le tiene un "regalo", una tabla con parte de la historia Pazzi, donde algunos morían por orden del tirano sacando sus tripas en vida. Cuando el inspector trata de coger el cuchillo de su víctima, Hannibal se adelanta y lo duerme con un poco de formol. Al despertar, encontramos a Pazzi amordazado en una carretilla mientras el caníbal lo interroga, aunque mucho no le falta para averiguar que Verger está detrás de todo. El teléfono de Pazzi suena y no duda en responder el mismo y saludar a Alana, dando por hecho su inminente muerte. "¿Qué opina? ¿Tripas dentro o fuera?" él mismo decide, fuera, así que lo lanza por una ventana y queda colgado de una soga que ha improvisado con un cable mientras sus intestinos caen al vacío. Ante semejante postal -muy fiel a la novela- aparece en escena Jack, que ha acudido en vista de la tardanza de Pazzi mientras lo esperaba en su casa.
Jack interviene y para ello se toma el gusto de poner música, quitarse la chaqueta y los zapatos para pillar por la espalda al caníbal. Y así ocurre, ya que la paliza que le da es de órdago. Lo estrella contra varias vitrinas, le clava un gancho en la pierna, le aplasta un brazo con una rueda y vuelve a hacer uso del gancho para acabar lo que ha empezado y que tanto placer le da. "¿Cómo te sentirás cuando me haya ido?" Pregunta Lecter. "Vivo" Responde Jack. Hannibal cae por la ventana pero amortigua la caída agarrándose al fallecido Pazzi. Herido y como puede huye del lugar ante la mirada de Jack.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.