"¡SOY EL JINETE NOCTURNO!"
¿De qué va?
Tras la persecución y muerte de un miembro de una violenta banda de motoristas, éstos se cobrarán su venganza eliminando policías y a todo aquel que se encuentren por delante. Por suerte, el patrullero Max, al volante de su Interceptor V8, les plantará cara.
Reparto
Mel Gibson es Max
Hugh Keays-Byrne es Cortauñas
Steven Bisley es Jim "el ganso"
Joanne Samuel es Jessie
Dirección
George Miller (El aceite de la vida)
Impresiones
Formado en la carrera de medicina, George Miller aprovechó sus ingresos para producir y dirigir Mad Max, conocida en España con el sobrenombre de "salvajes de autopista". Con apenas trescientos cincuenta mil dólares, realizó lo que se convertiría en una obra de culto, por supuesto con los años ya que en su momento fue un fracaso anunciado salvo en su estreno en Australia, donde cosechó muchísimos premios y críticas favorables. En Estados Unidos no fue así, de hecho, se vieron obligados a redoblar la película ya que sus protagonistas tenían un acento demasiado australiano, sobre todo Mel Gibson.
Gibson, quien contaba con veintiún años por entonces, fue elegido tras una disputa en un bar, y no cabe duda que sería ésta la película que lanzaría su carrera al estrellato aunque en Estados Unidos tardó algo más en darse a conocer ya que los trailers mostrados allí, omitían sus escenas, incluso en la segunda parte. Aunque se le ha criticado por poca expresividad en sus comienzos, su papel le viene como anillo al dedo al tomar el rol de un patrullero con el mejor vehículo para dar caza a los delincuentes. Su coche, denominado como el Interceptor V8, será pieza clave en ésta historia repleta de persecuciones.

Aunque su argumento no tiene nada de excepcional y probablemente su metraje sea excesivo para lo que cuenta aunque no sobrepase la hora y media, no cabe duda que está muy bien tratada aun contando con un presupuesto tan bajo. Logró obtener nueve millones de beneficio y ésto logró que Miller realizara posteriormente la película que quería hacer realmente. Con su corto presupuesto, hizo lo que pudo, incluso ofreciendo una camioneta que él tenía para destrozarla en una de las primeras escenas. En Mad Max, Salvajes de autopista, aunque no se explica (en la segunda parte si), se nos presenta un mundo absorbido por el caos, donde el pillaje y el robo de combustible era el medio de vida. Para luchar en su contra, existian pequeñas patrullas policiales intentando mantener el orden y aquí es donde entran en juego algunos personajes que merecen mención.
En primer lugar, los tres fuertes del cuerpo de patrulleros, con un robusto jefe que no duda en quitarse la camiseta en sus momentos de relax o un compañero motero al que apodan "el ganso", el cual es un personaje inolvidable, y finalmente Max, quien probablemente sea el que ofrece una personalidad más normal hasta que le tocan lo suyo y estalla en busca de venganza. Seguidamente, el grupo de villanos como conjunto es un reflejo de lo que veremos en las continuaciones de la saga, es decir, gente sin escrúpulos, de malos modos y con una locura implícita que los define como seres despreciables que disfrutan haciendo daño. En el caso de los moteros de ésta película, denominados como "salvajes" según el sobrenombre dado en España, son precisamente eso, unos chalados sin alma capaces de plantar cara a un madre con su bebé o a una persona mayor desvalida.
Mad Max, Salvajes de autopista es una película de culto, y como tal, logró esa etiqueta con el tiempo. La razón es clara, a raíz de ella, y sobre todo de la segunda parte, comenzaron a salir decenas de cintas de serie B imitando su historia y sobre todo el estilo. Y es que ésta película es una serie B en toda regla, pero con estilo. Las escenas de persecución son perfectas y la violencia que muestra es evidente pero sin llegar al exceso al no mostrar sangre, no le hace falta.
La banda sonora la realiza Brian May, pero no nos confundamos con el guitarrista de Queen. Es un compositor australiano con trabajos como Desaparecido en combate. Emplea muy bien la orquesta, aunque se perfeccionaría en la segunda parte y da una clase de cómo componer creando suspense y a la vez hacer una partitura repleta de acción para los momentos de persecución.
Probablemente ésta película a día de hoy, para alguien que no la haya visto anteriormente, puede resultar poco original, de hecho su trama es así de sencilla y básica, pero asentó un estilo y forma que marcaría un antes y un después e iría a mejor (al menos con la segunda entrega). Simplemente por eso, hay que darle la oportunidad y disfrutar de su velocidad y algunas escenas inolvidables como la última donde encontramos a un Max reconvertido en un hombre lleno de sed de venganza. No es una obra maestra, pero hay que verla y se disfruta muchísimo. ★★★★★1/2
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.