POWER OUTAGE
Tras el pequeño tropezón del capítulo anterior que le hizo perder algo de velocidad vuelve el Flash divertido y enérgico que tan buenos ratos nos ha hecho pasar desde que comenzó la temporada. Un paralelismo tan acorde a una de las tramas del capítulo actual que da incluso que pensar que la intrascendencia del episodio anterior estaba premeditada. Lo iremos viendo a lo largo de la reseña.
El inicio del episodio es tan absolutamente fresco, divertido y desprejuiciado que parece imbuido por el espíritu del cómic de la Edad de plata, con un punto absurdo y presentando a un Barry que está tan a gusto en su nuevo trabajo de héroe que está incluso comenzando a acomodarse y tomárselo como un hobbie. Cosa que no sentará nada bien a un pobre atracador con un ojo fatal para sus víctimas, y aún peor a Harrison Wells, que se consume viendo como su pupilo dista mucho de esforzarse tanto como sería conveniente por sacar más partido a sus habilidades. Los misterios sobre este personaje van creciendo, al igual que su personalidad va tomando un grado de ambigüedad cada vez mayor. Va quedando claro que su relación con Barry se aleja cada vez más de la típica maestro/aprendiz. Más bien parece que se trata de un experimento científico, un sujeto al que ir estudiando e influyendo en su evolución; y que parece tener una importancia crucial en ese futuro al que Wells se asoma gracias a su IA Gideon. Por desgracia no tiene la sensual voz de Scarlett Johansson, así que de momento no me pido uno por Navidad.
La placentera y heroica vida de Barry sufrirá un duro revés al toparse con un nuevo meta-humano que le llevará a una situación inesperada. Se trata de Farooq, más conocido como Backout, a quien la ola del acelerador de partículas lo convierte en una especie de vampiro de energía. Su hambre de electricidad no tiene límite, hasta el punto de causar la muerte accidental de sus dos mejores amigos. Una carga en su conciencia que le llevará a buscar venganza contra quien responsabiliza por su estado: el doctor Wells. En su confrontación con Flash descubrirá que no sólo es capaz de absorver la energía eléctrica, sino también la "fuerza de la velocidad" de Barry, dejando a éste sin poderes. Algo que posteriormente se demuestra más bien un problema de confianza que de naturaleza, ya que el ADN de Barry sigue intacto y, por tanto, debería ser capaz de volver a generar su poder. Tras un asalto al laboratorio, Wells tratará de proteger a sus chicos liberando a Tony Woodward. Cosa que sólo sirve para retrasar a Blackout, ya que finalmente Tony descubrirá que se ha metido en su última pelea. La preocupación de Wells crece exponencialmente cuando Gideon le muestra que ya no hay noticias de Flash en el futuro. La cosa se pone negra.
Además, las noticias de la comisaría tampoco son halagüeñas. William Tockman, el Rey Reloj (visto en Arrow), aprovechará un apagón ocasionado por Blackout para hacerse con un arma y tomar como rehenes a un grupo en el que se encuentran Joe West, Iris y Eddie. La situación de tensión se irá complicando hasta saldarse con Eddie herido gravemente. Sin embargo, Iris se aprovechará de la debilidad del villano (su amor por la familia, lo que le ha llevado a traspasar la línea) para salvar la situación. Tal vez la parte más previsible y con menos interés del capítulo, sostenida por el carisma a prueba de bombas de Robert Knepper, que sigue clavando al villano.
Mientras tanto, Wells intentará una última opción: sacrificarse para salvar al resto, ofreciéndose a Farooq para que obtenga su venganza a cambio de dejar a sus chicos en paz, y demostrando por primera vez las secuelas del accidente en su conciencia, ya que el recuerdo de todas las víctimas lo persigue. Esto, junto con la impotencia de no poder hacer nada para salvar a los rehenes de la comisaría, desencadenará una reacción emocional en Barry que hace que conecte al 100% por primera vez con sus poderes, salvando a Wells y provocando que Blackout sufra una sobrecarga mortal al tratar de absorver de nuevo su poder. La cantidad de energía que genera es tal que Farooq es incapaz de controlarla, lo que lleva al nacimiento de un nuevo Flash mucho más poderoso y concienciado, así como a que Wells descubra que Barry es mucho más fuerte cuando se preocupa por los demás... lo que no le impide recoger a escondidas una muestra de la sangre de Blackout, lo único que hasta ahora ha podido anular los poderes de Flash.
Por tanto, como comentaba al principio, podemos ver un curioso paralelismo entre la historia y el desarrollo de los dos últimos capítulos. Al igual que la actitud acomodada de Barry, hemos pasado de un capítulo intrascendente y con el piloto automático puesto a una vuelta de tuerca que hace que este siguiente episodio recargue las pilas ofreciendo un plus de diversión, ritmo, secretos y misterios por resolver que le da a la serie un nuevo empujón de energía. Flash está más fuerte que nunca y dispuesto a dejar de lado su aprendizaje a trompicones para enfrentarse a nuevos y más peligrosos retos. Como Huevo de pascua, a los conocedores del Universo DC se nos cae la baba con la lista de nombres que Wells cita como víctimas del accidente: Ralph Dibny (Elongated man), Will Everett (Amazing Man), Al Rothstein (Atom Smasher), Bea Da Costa (Fire), Grant Emerson (Damage) y, por supuesto, Ronnie Raimond (el prometido de Caitlin y futuro Firestorm). Posibles nuevos invitados a una fiesta que se promete movidita.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).