A FEAST OF FRIENDS
Y al cuarto día, Constantine resucitó de entre los muertos. Si el capítulo anterior suponía una leve mejoría sobre el renqueante inicio de la serie, este le da un gran golpe de efecto y nos ofrece al 100% la esencia de nuestro antihéroe favorito. No sólo vemos pasear ante nuestros ojos al cínico, bastardo, mentiroso, amoral y, en el fondo, paladín del Bien que conocemos, sino que además viene acompañado por una sorprendente cantidad de mala leche, sangre y trazas de gore. Tampoco es que sea "Posesión infernal" en este sentido, pero para una cadena pública se desata mucho más de lo que era previsible (o al menos de lo que nos había ofrecido hasta ahora).
El capítulo nos presenta a Gary Lester, compañero de andanzas de John en su juventud y experto en liarla parda en su enfrentamiento con el mundo paranormal. En esta ocasión, será el responsable involuntario de que el peligroso demonio Mnemoth quede suelto por Atlanta y comience a sembrar el caos en la ciudad. Nadie parece capaz de detenerlo, y su hambre parece no tener fin, de forma literal. Si no hay comida a mano, bueno es un pezado crudo de carne humana. Su "modus operandi" consiste en poseer a una víctima y hacerle comer todo cuanto encuentra a su paso para intentar saciar un apetito infinito, hasta que el poseído se consume y el demonio salta a la siguiente víctima. Los entomofóbicos lo pasarán muy mal, ya que la forma en la que se evidencian las posesiones es de lo más escabrosa, como un enjambre de asquerosos escarabajos voladores que penetran en el cuerpo de su víctima a través de la boca y lo abandonan de la misma forma dejando al cadáver seco como una pasa. Este aspecto está muy bien realizado y llega a dar bastante grima.
Tras un infructuoso primer intento de atrapar a Mnemoth en un recipiente labrado con el Sello de Salomón, Constantine recurrirá entonces a otro viejo amigo, Nommo, un chamán africano que conoce al demonio y guiará a John en la búsqueda de información para acabar con tan diabólico enemigo. Una escena genial en la que quedará patente el humor negrísimo de Constantine, así como que no le hace ascos a los alucinógenos de cualquier tipo, y en la que para descubrir la verdad tendrá que ver a través de los ojos de Nommo. Literalmente. Finalmente podrá contemplar cómo la manera de atrapar al demonio pasa por encerrarlo en un recipiente humano, el único que puede contenerlo, debiendo labrar sobre él unas runas de forma precisa con un cuchillo ritual especial (un Kusa).
Para obtener el Kusa John recurrirá a Gary, con lo que descubrimos nuevos datos del pasado que ambos comparten. Un exorcismo que empezó casi como un juego y que casi acaba con su vida, además de terminar con una amiga muy especial de Constantine arrastrada al infierno. Desde entonces, Gary ha emprendido un largo camino de adicciones a todo tipo de drogas para olvidar. Por desgracia para él, se revelan las verdaderas intenciones de Constantine, que no son otras que ayudarlo en su duro camino a la redención haciendo que se convierta en el recipiente del demonio, cosa que aceptará para terminar dando sentido a una vida vacía. En un final durísimo, John logrará engañar a Mnemoth para que posea el cuerpo de su amigo mientras él talla las runas en un ritual de sangre y dolor. Un destino lleno de sufrimiento sólo salvable a través de una muerte liberadora. Se evidencia la eterna maldición de Constantine que, al sufrir los reproches de Zed por haber utilizado a su amigo le espeta friamente: "Te dije que la gente a mi alrededor muere. Si no puedes asumirlo, entonces vete". Un final amargo muy fiel al personaje, en el que Constantine vela el sufrimiento de su amigo lleno de impotencia con la única presencia de Manny, cuya angelical figura sigue estando presente sólo para recordarnos que la "Oscuridad creciente" sigue su camino implacable y algún día se tendrá que desarrollar.
En general, un buen capítulo con escenas muy impactantes, mucho humor negro y un Constantine muy bien desarrollado sobre cuyo pasado y deudas pendientes vamos profundizando poco a poco. Y sobre todo, un final perfecto que se aleja de los habituales "happy endings" y es muy fiel a la esencia del personaje. Pese a que las tramas a largo plazo siguen en stand by, si la serie sigue transitando por estos tortuosos caminos merecerá la pena seguir dándole una oportunidad.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).