La planificación del capítulo también es tan sorprendente como efectiva. Si el último episodio nos dejaba un cliffhanger de tamaño galáctico con un agujero negro (o singularidad espacio-temporal) dispuesto a barrer toda nuestra realidad a su paso, la temporada se abre con Flash peleando contra el dúo Capitán Frío-Ola de calor como si nada hubiera pasado. ¿Qué demonios ocurre aquí? Todo parece esclarecerse cuando aparecen en escena aliados tales como el mismísimo Harrison Wells levantándose de su silla o el finado Eddie Thawne. Se trata de una ensoñación que nos enfrenta contra la dura realidad: Barry ha decidido actuar en solitario para no poner el peligro a sus amigos y compañeros. Las repercusiones del enfrentamiento contra la singularidad parecen haber hecho mella en nuestros protagonistas. De esta forma, Star Labs ha quedado sólo bajo la jurisdicción de Barry mientras Cisco ha entrado a formar parte del CCPD desarrollando defensas anti-metahumanos y Caitlin se ha ido a Mercury Labs y lleva largo tiempo sin contactar con sus compañeros. En paralelo, Central City ha declarado un día festivo dedicado a Flash, su salvador, y organiza un homenaje en el que le entregará las llaves de la ciudad; homenaje que Barry rechaza por activa y por pasiva por mucho que Joe e Iris le hagan ver su importancia de cara a una ciudad que necesita no sólo sentirse protegida sino poder mostrar su agradecimiento a su héroe.
Todo se aclara en un flashback que vuelve al momento en el que Flash salta de forma casi suicida a intentar contrarrestar el efecto de absorción de la singularidad con su velocidad. Sin embargo, el verdadero héroe de la función acabará siendo Firestorm.
La velocidad de Flash sólo consigue aminorar el efecto del agujero negro, pero no cerrarlo. Para ello el doctor Stein tendrá una idea: separar las dos personalidades que conforman a Firestorm en el foco de la singularidad de forma que la energía resultante de la fisión selle el agujero. El plan tiene éxito, pero por desgracia sólo el doctor Stein saldrá indemne. Ronnie acaba desaparecido, devorado por la singularidad, presuntamente muerto. Presuntamente, claro está, porque apostaría mi mano izquierda a que vuelve a aparecer próximamente y no estaba muerto, estaba de parranda por otra dimensión. Mientras tanto, no es mala opción que el personaje de Firestorm se tome unas vacaciones, ya que un elemento de tanto poder corre el peligro de ejercer de
Deux ex machina para solucionar según qué entuertos. Ya tendrá su oportunidad. Además, nos deja a quien va a ejercer de sustituto de Wells como mente pensante científica del equipo de soporte de nuestro héroe, el doctor Stein.
De esta forma, la trama central del capítulo estará centrada en la forma de reunir a todas las partes separadas tras el trágico acontecimiento en un proceso de aceptación de la pérdida y redención final, asumiendo la tragedia como una opción de Ronnie de la que ninguno de los supervivientes es culpable. Para llegar a este resultado nada mejor que hacer frente común contra un nuevo metahumano que busca desesperadamente a Flash con el objetivo de acabar con su vida.
En esta ocasión no se trata de un villano cualquiera, sino de uno de los (anti)héroes clásicos de la editorial que responde al nombre de Atom Smasher. Una mala bestia capaz de absorber radiación para aumentar su masa y su tamaño, convirtiéndose en un ser casi invulnerable, aunque con poca cabeza y propenso a la rabia descontrolada. Aunque al final el equipo consigue acabar con él por sobreexposición a la energía de un reactor nuclear, tampoco creo que haya muerto. Pese a ser un personaje secundario, tiene demasiado potencial como para reducirlo a un enemigo de un capítulo. Apostaría a que volvemos a saber de él.
El capítulo nos deja también muchos otros detalles, como acostumbra.
Por un lado, quien ha lanzado a Atom Smasher contra Flash responde a nombre de Zoom, prometiéndole "devolverlo a su hogar" como contraprestación. Esta simple frase tiene muchas connotaciones. Por una parte, el misterioso origen de Atom Smasher, ajeno totalmente al accidente del acelerador de partículas. Por otra, en los cómics el profesor Zoom no es sino la identidad tras el Flash Reverso.
Suena a viajes espacio-temporales y a que tenemos nuevo antagonista principal para esta temporada. En paralelo, Wells deja un último testamento confesando el asesinato de la madre de Barry y legándole Star Labs. Un gran final para un gran villano, que en sus 15 años de
"prisión" en nuestra época no ha conseguido odiar a Barry y reconoce así la victoria de su contrincante. Este hecho conlleva la salida de prisión de Henry y, por tanto, la liberación mental de Barry al conseguir su objetivo de exculpar a su padre. Por tanto, el
leit motiv de esta temporada se convierte en una hoja en blanco que iremos rellenando poco a poco. Aunque lo cierto es que la forma de
librarse del pobre Henry tras tanto sufrimiento es un tanto peregrina. Complementando a todos estos detalles, se dejan caer nuevos indicios de las capacidades metahumanas latentes de Cisco, quien vuelve a ser el eje de los grandes momentos de humor del episodio, como esa hilarante
"flashseñal".
En definitiva, un buen arranque para una temporada que se antoja bastante prometedora, que cuenta con el broche de oro de la sorprendente aparición final de Jay Garrick, el Flash clásico de la Edad de Oro de DC. Los límites del tiempo y el espacio nos esperan.
Por Antonio Santos