¿De qué va?
El director y artista, Yann Arthus-Bertrand, pasó tres años recorriendo el mundo en
busca de testimonios reales, distintos y dispares. Todos con un punto en común: el ser
humano. El ser humano en sus formas y variantes. Hablar del sentido de éste
documental es, básicamente, hablar del trabajo realizado, no únicamente por su director,
sino también por un equipo de traductores, periodistas y cámaras que lo acompañaron
en el proceso.
Financiado por Goodplanet Foundation y Bettencourt Schueller Foundation, el
documental está dividido en tres capítulos de aproximadamente una hora y media cada
uno, y se basa en la recopilación de unas 2.000 entrevistas realizadas a personas
procedentes de 60 países. Cada una con su propia visión del día a día, y que
curiosamente, tan dispares como pueden ser sus respuestas, coinciden en muchas de
ellas. ¿Qué es la humanidad? ¿Qué implica la condición humana? Éste documental es
una mirada, a veces crítica, otras simplemente múltiple y meditada de quiénes somos a
través de las experiencias de otros. Yann Arthus-Bertrand recurre a una fotografía
exquisita, y a una muy brillante banda sonora de la mano del compositor Armand Amar
para trasladarnos preguntas cotidianas y universales que definen nuestra rutina, y
nuestra sociedad.
Dirección
Yann Arthus-Bertrand (Home)
Impresiones
PARTE I
Rostros. Somos rostros sobre un fondo oscuro. Miradas que no precisan de hablar.
Bastan las arrugas. Los párpados al cerrarse tras una pausa. Los ojos al desviarse, en
busca de un lugar donde ocultarse. Rostros jóvenes y cansados, otros algo más
envejecidos, pero exuberantes de jovialidad. Humanos. La raza humana domina el
mundo desde hace miles de años, y sin embargo, siglo tras siglo, jornada tras jornada,
aún nos preguntamos por el origen de nuestra existencia. De dónde procedemos, hacia
dónde vamos, por qué vivimos, o sencillamente, por qué vivimos como lo hacemos.
Dos humildes elementos cinematográficos componen éste documental. El primero son
rostros con voz propia sobre un croma negro que los iguala y elimina distracciones
varias. De ésta forma se resalta cada historia en primera persona, y las palabras juegan
únicamente con las expresiones faciales de los entrevistados. Ellos son los
protagonistas, pues cada uno de ellos es un reflejo minúsculo del conjunto de la
sociedad.
Por otro lado, grandiosas estampas del mundo, desde las extensas estepas de la
Mongolia olvidada, pasando por un día de mercado en algún país de Oriente Medio, y
muriendo en basureros kilométricos de algún país del África negra. Cada testimonio
pretende ser la reflexión a una sencilla pregunta. Cada paisaje, cada fotografía en la
distancia, un reflejo de la cotidianidad más compleja.
Belleza e impacto se dan continuamente la mano en éste ambicioso proyecto que quizás,
no cambie nuestras vidas, o quizás sí. Quizás, música, imagen y testimonio provoquen
la conciencia del espectador. Cinco son las grandes preguntas que en ésta primera
muestra se traen a escena:
• Qué es el amor. Quizás sea el mayor de todos los enigmas, pues lo rodea todo, lo
cambia todo…, el amor lo mueve todo. Para algunos fue un mensaje equivocado
en su niñez que los llevó a destrozar sus vidas, para otros la persona con la que
amanecen cada mañana. Quién sabe qué es el amor. Todo y nada. El principio y
el fin de nuestra existencia. El motor del mundo.
• Qué implicar ser mujer. La facilidad del mundo naciendo varón conlleva la
dificultad por ser mujer. Cada mujer en función del país, de la clase social, de la
etnia…, ha crecido envuelta en una tradición. Habría que esperar respuestas
contradictorias y lejanas, sin embargo descubrimos fuerza y coraje comunes
independientemente del origen de cada cual. Descubrimos que nada está
establecido, pues nada ha dejado de ser cuestionado. Romper con los juicios de
valor y el orden instaurado se convierte en estandarte de la mujer que lucha
desde su pequeño hogar, desde su familia, por dar valor a sus vidas.
• El valor del trabajo. Todo gira en torno al trabajo. Entorno a una vida digna en la
que cada individuo pueda vivir honradamente del sudor de su frente. En un
mundo donde todo es comerciable, incluyendo las vidas humanas, el trabajo para
vivir se convierte para millones de personas en una forma de mal subsistir.
Alguien grita: quién nos mira, quién se preocupa de nosotros. ¿Qué día dejamos
de tener control sobre nuestras vidas para dejarnos arrastrar por una rutina
mediocre que ofrece trabajos mediocres?
• El valor del dinero. El valor de los bienes. Pasar de no tener nada a poseerlo
todo, y viceversa. Pues todos aspiramos a vivir una “buena vida”. Pero, ¿qué es
una buena vida? Para demasiada gente, simplemente comer cada día. “Some of
the most generous people I know have no money”. Porque todos somos
cómplices del sistema que nos rige. Porque no hay peor arma que la ignorancia.
•
El valor de la dignidad. Nuestros valores cotidianos casi nunca se cuestionan,
pues nos basamos en ellos y a ellos nos debemos pero, ¿qué sucede si esos
valores nunca fueron justos? ¿qué ocurre si todo vendido como correcto es un
espejismo mal construido? Una vez más, la sociedad consumista se pone en tela
de juicio, bajo la voz de serias reflexiones que no dejan indiferente a nadie.
Vivir siendo condicionadas por otros. Vivir sin dar amor. Vivir en lo fácil del no
preguntar. Vivir comprando y tirando.
“You can´t buy life. Life just goes by…., and it´s
terrible to waste your life losing your freedom”.
PARTE II
Imaginad que el mundo es una gran piscina. Imaginad que estáis dentro de esa gran piscina. Muy cerca unos de otros. Casi sin espacio. Alguien suelta un codazo, otro protesta desde lejos por la falta de movilidad o porque el agua de la zona donde se encuentra está más turbia. Quizás sea exagerado afirmar que el globo terráqueo es una gran piscina de olas, pero si muchas zonas de nuestro planeta, como las grandes urbes,que se han convertido en ésta gran piscina insalubre y agobiante que se deja mecer por las mismas olas día tras día.
Somos soldados de las armas y la violencia, el dinero y la uniformidad. Marchamos. Hacia un horizonte que ya nos han marcado. Marchamos hacia la tormenta que alguien ha provocado al otro lado de una mesa. Marchamos y alimentamos la ira, la venganza, y la vergüenza der ser el horror del mundo y nuestro propio verdugo. La tormenta crece y crece con cada pequeña acción. La marcha no se detiene. Es hermosa, colorida y homogénea. Todos nos vemos envueltos en ella, sin miedo en la sangre ni conciencia de individuo. Sin embargo, no somos una masa homogénea, ni somos inmunes al miedo.
Una reflexión sobre la vida, conlleva una reflexión sobre la muerte. Y es la muerte en todas sus formas las abre ésta segunda entrega del documental
Human.
• La muerte. A los niños se la mostramos como un esqueleto con capucha negra. La muerte es el contrapunto de la vida. Es el final que alcanzaremos todos…, pero algunos son arrastrados a ella simplemente porque un arma les arrebató la posibilidad de envejecer. Las enfermedades asesinan. Las hambrunas asesinan. Los accidentes diarios asesinan. La guerra asesina. Los seres humanos asesinan. “Es un historia interminable”.Quizás sea la parte más impactante de ésta segunda entrega, pues la muerte, entendida como arma de destrucción y miedo no es una fuerza exclusiva de la madre tierra, es también algo intrínseco en la raza humana tras cientos de miles de años. Guerra tras guerra, genocidio tras genocidio, venganza tras venganza. Una mujer nos dice: “El perdón es la libertad, la paz. Cuando se purifican los corazones, se purifica todo, acaba la destrucción”.
• Porque juntos construimos. Damos forma al mundo que nos rodea, lo modificamos y mejoramos con la misma capacidad con la que podemos destruirlo. “¿Por qué nos matamos, no odiamos? ¿Por qué diferentes etnias no pueden llevarse bien unas con otras? ¿Por qué todos piensan que su estilo de vida es mejor, o su religión es mejor o su ideología es mejor?” Una sencilla pregunta, entorno a una palabra de significado aún más sencillo: El odio. Si dedicáramos más tiempo a amarnos que a odiarnos, no existirían muros. No existiría el odio.
• La homosexualidad es, junto con
el racismo o la xenofobia uno de esos grandes muros a derribar. Juzgar, rechazar o matar por amar de distinto modo. De qué sirven las etiquetas, o los cánones de conducta considerados durante generaciones como correctos cuando dichos estamentos violan el más básico de los derechos humanos: la libertad de expresión, la libertad de amar a quién queramos, sea hombre o mujer. “No me juzgues por ser gay, sino por cómo doy amor, por cómo soy, no a quién amo”.
• ¿La familia lo es todo? Es la gran cuestión. Hay familias que abandonan, familias que te matan poco a poco tus esperanzas, familias que te repudian por ser distinto o retar sus normas…, pero también hay familias que dan la vida y te empujan a continuar en el camino de los retos diarios. Una anciana, sin hijos, se pregunta por qué no creó una familia cuando aún era joven. Entonces comienza a llorar. No. La familia son todas esas personas que te han rodeado a lo largo de tu vida, tenga o no tu sangre, hayan sido escogidas o no. La familia son los padres que te quieren, los hermanos que te sostienen y te hacen rabiar, los amigos fraguados a lo largo de la vida, los compañeros de trabajo y aventuras, la persona con la que decides compartir tus planes de futuro… La familia es cada individuo que conforma tu vida y hace que no te sientas solos cuando la muerte se acerca.
• Dios puede que esté en alguna parte. Quién sabe. Todos nos hemos preguntado alguna vez qué hay más allá o qué será de nuestra alma cuando nos hayamos ido. La oscuridad nos asusta. La nada nos asusta. Porque la religión surgió cuando no supimos explicar porque los cuerpos dejaban de respirar. Cuando el origen del todo y el devenir del mundo a menudo parecen mera fortuna. Qué dejamos atrás tras pasar a mejor vida. Somos huesos y polvo, historias compartidas que pueden borrarse en la distancia, tras el paso de varias generaciones. Aferrarse al recuerdo para no caer en el olvido. Para no ser una más, un anónimo, o quizás asumir eso, que somos anónimos.
Vida y muerte. Guerra y paz. Homosexual o heterosexual. Familias rotas o unidas. Creyente o ateo. El gran círculo que nos conforma se muestra siempre más y más frondoso a medida que intentemos entenderlo y sin embargo, a cada paso que damos un rayo más nos marca el camino del conocimiento a través de las experiencias personales.
PARTE III
En ésta última entrega las emociones son algo más manejables. Aún contamos con una puesta en escena brutal, donde paisaje y música transportan al espectador a lugares lejanos en distancia y cultura. Sin embargo,
la fuerza de sus declaraciones ha perdido algo de fuelle y éste pequeño detalle hace de ésta parte algo más lenta.
El inicio es tan sorprendente como cualquier otro. Se nos presenta una gran extensión de terreno verde e inundado. Una gran plantación del sudeste asiático poblada por aquellos que la trabajan. El agua, ese bien común que tanto escasea y que tan necesario es para la vida. Al agua le siguen otras necesidades de primera mano como son la comida o un techo bajo el que dormir. Pero
la felicidad es muy subjetiva, y en los estados de bienestar, tener un plato caliente de comida todos los días o poder tener un techo bajo el que guarecerse no es suficiente. La electricidad o el gas se han vuelto necesidades primarias. Necesidades que más del 80% de la población mundial apenas puede disfrutar, pues el reparto de recursos no es equitativo. Con ésta primera escena a cerca de las necesidades primarias de cada individuo abre el tercer y último capítulo de la saga `Human´.
Conforme avanzan las secuencias, se entra en materia más delicada. Pilares que rigen el mundo y lo modifican a su antojo. Valores que nosotros marcamos a diario, y que no siempre cuestionamos. El día a día de cada una de las personas que habita la Tierra hace de ésta el lugar que es.
• La educación es la base de cualquier desarrollo. Sin la escritura no se podría transmitir el conocimiento, ni se podría desarrollar el intelecto humano. Saber leer y escribir es un derecho universal, pero son pocos los que pueden acceder a él y muchas las repercusiones negativas de dicha realidad. Un hombre se lamenta por haber carecido de la oportunidad de ir a la escuela. Un granjero se siente orgulloso de que su hijo, al fin graduado, ahora tenga la oportunidad de acceder a una vida mejor lejos del campo y sus esfuerzos. Pero, ¿realmente es necesario estudiar para alcanzar un estatus mejor? Es la gran farsa. Somos demasiados en el mundo, y no todos pueden aspirar a una vida mejor pero, si favorecemos una educación que dé a todos la posibilidad de hacer del mundo un lugar mejor, entonces la educación está cumpliendo su cometido.
• La enfermedad. ¿Amarías a una persona con alguna discapacidad física? ¿o mental? ¿Tendrías un hijo con Síndrome de Down? Nadie nos lo queremos cuestionar, pero son situaciones que pueden tocarnos y pocos los que están dispuestos a seguir a delante a pesar de todo. Amar, independientemente de los defectos, independientemente de las deficiencias del otro, es el mayor de los sacrificios, y posiblemente la mayor de las virtudes. Ahondar en éstas cuestiones ayudaría a derribar tabúes sociales que delimitan a las personas que sufren éste tipo de enfermedades, y por tanto, su consecuente marginación por parte de una sociedad que busca la perfección.
• La tierra. La tierra tal cual. Ese terreno sobre el que se asientan nuestras ciudades, barrios y casas. Sobre el que se cultiva y de la cual comemos. Si matamos a la madre tierra, o la gente que la trabaja, ¿sobre qué nos asentaremos? El agricultor humilde que se mata a trabajar el campo sólo quiere que respeten su trozo de terreno. Que no le expolien. Que le dejen vivir dignamente de la tierra que cultiva con esmero y amor. Para las multinacionales se ceban con el pequeño agricultor, y fomentan un sistema de compra venta de productos que devalúa el valor de los alimentos y ahoga al que los planta.
• La inmigración es el punto fuerte de ésta tercera entrega. Miles y millones de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa del hambre, las guerras y los desastres naturales. Ya no son ciudadanos de su país, pero tampoco de aquel a que consiguen llegar con vida. Nadie los quiere. Son extranjeros sin papeles que se juegan lo poco que tienen por un futuro mejor lejos de todo lo que aman. Más de la mitad perece en el intento, y pocos son los que, una vez alcanzan la costa de los llamados países del ´primer mundo` ven que sus expectativas de mejor se cumplan. Una realidad fomentada por las políticas de desigualdad, guerra y manipulación de unos pocos estados que manejan los hilos desde despachos alfombrados.
• La vida y su sentido. Es difuso. Un chico joven, de apenas 30 años calculo dice: “Mi mayor miedo es no ser un ser humano. No ser nada. Por qué estoy aquí. Qué significado tiene todo. Tengo la impresión de que hay una dinámica universal y si no soy parte de ella me puede destrozar. Yo quiero formar parte de la humanidad”. Quizás, no imparta a dónde vamos, o si la dirección es la correcta o no. Ni muchos menos ir hacia lo que creemos que es correcto, y dejar lo malo a un lado. Quizás la pregunta sea por qué voy. Por qué hago lo que hago, aunque la decisión nos lleve por a errar, no importa, hay que errar para formar parte de esa ´dinámica universal`.
El mensaje final con el que despido ésta serie documental aparece en los créditos. Es un consejo muy común, muy recalcado pero vital de repetir. “No dejes de sonreír, la sonrisa es el mensaje universal que entendemos todos” y es al terminar éste viaje, lo que queda dibujado en nuestro rostro.
★★★★★1/2
Por Olalla Negrete