"DÉ POR HECHO QUE MI OBRA CONTINUARÁ. ¿CREE QUE HA TERMINADO PORQUE ESTOY MUERTO? NO SE HA ACABADO. EL JUEGO NO HA HECHO MÁS QUE EMPEZAR"
¿De qué va?
Jigsaw y su aprendiz Amanda están muertos. Tras hacerse público el macabro asesinato de la detective Kerry, los agentes del FBI, Strahm y Pérez, llegan a la ciudad para ayudar al veterano detective Hoffman, con el objetivo de resolver el juego rompecabezas que Jigsaw puso en marcha antes de su muerte. Sin embargo, cuando el Comandante Rigg, de la brigada especial SWAT, es secuestrado y obligado a participar en dicho juego, contará con noventa minutos exactos para triunfar en una serie de trampas dementes y salvar a un viejo amigo o enfrentar las consecuencias mortales...
Reparto
Tobin Bell es John Kramer/Puzzle
Costas Mandylor es Mark Hoffman
Scott Patterson es Peter Strahm
Betsy Russell es Jill Tuck
Dirección
Darren Lynn Bousman (Repo! The Genetic Opera)
Impresiones
Mira que puede ser difícil elaborar una secuela, y más aún una cuarta entrega de una saga que ya ha patinado en la tercera. Sin embargo, qué buen resultado se puede obtener si se emplea un libreto escrito por unos retorcidos Patrick Melton y Marcus Dunstan, quienes toman el relevo como guionistas de la franquicia. ¿Que, pese a los agujeros de guión dejados por la trilogía original, ésta se podría haber quedado cerrada perfectamente y dificultaba la realización de una nueva entrega? De acuerdo, pero Saw IV reinventa la saga y supone un reinicio, continuación y precuela de las otras tres películas de la serie, tomando como base para su existencia el jugar con el propio espectador. Como reza la frase promocional, caerás en la trampa…
La trama nos puede dar una idea errónea de lo que vamos a presenciar. Sí, de acuerdo, hay más juegos macabros y todo es más de lo mismo pero renovado, como bien he dicho al principio, al encerrar en sus entrañas un buen puñado de interesantes giros argumentales que impiden el decaer del interés. Poco tiene que hacer el impersonal director, eso sí, para que la cosa funcione todo depende del entramado creado por el dúo de guionistas, que demuestran saberse de memoria la trilogía inicial para así poder expandir su universo de una manera llamativa y desconcertante. Ojo, llegados a este punto se asume que el espectador va a poner de su parte cediendo por completo ante la inverosimilitud de la propuesta, ya sea por lo enrevesado de la trama, la planificación milimétrica de los hechos de la que Puzzle es capaz a pesar de estar muerto o por la ingeniería de las trampas, cada vez más surrealistas. Por ende, las mayores virtudes de Saw IV, su complejidad y tempo, son a la vez su mayor lastre y, en bastantes ocasiones, se nota que todo está ocurriendo porque lo dice el guión. He aquí donde están los principales fallos de un guión genial que, no obstante, no es perfecto, haciendo que queden en el aire preguntas sin respuesta. Respuestas que, desgraciadamente, no llegarán al finalizar la saga.
Pero, ¿había alguna mejor opción de prolongar la historia? Lo dudo. Por otro lado, hay que tener en cuenta que quien haya llegado hasta aquí es porque ha querido, por lo que ver esta cuarta parte no tiene sentido sin haber visto las otras tres, al ir dirigida a un público ya muy específico. En este sentido, Saw IV es honesta con su público y se puede permitir el lujo de ignorar los gritos de agonía por parte del sector más puritano de la crítica y de los espectadores.
Con todo esto, ¿por qué valoro tanto esta cuarta parte? Porque consigue hacérmelo pasar bien pasándolo mal y todo lo que se supone tiene que ser Saw se multiplica aquí por cien. El aire de película policíaca se sigue manteniendo, pero las trampas son cada vez más sanguinarias, hay más violencia, más gore gráfico (el inicio con la autopsia de John es espectacular), la trama sigue siendo policíaca pero cada vez más delirante y además se remarca el componente precuela, narrándonos interesantes pasajes acerca de la vida anterior de Puzzle y sus motivaciones. Tobin Bell vuelve a ponerse en la piel de John Kramer, ofreciendo una interpretación estupenda de una pobre alma en pena que ve como todo su mundo se desmorona antes de convertirse finalmente en Puzzle. Además, Saw IV ofrece un mensaje bastante desesperanzador acerca de la codicia, el ojo por ojo y el egoísmo.
Por otra parte, esta cuarta entrega es una película bastante tramposa, en más de un sentido. De hecho, creo que es la más tramposa de todas. Llegados al sobresaliente desenlace, comprobamos además la inteligente labor de los guionistas al devolver la cinta a su arranque y provocar que sean necesarias más secuelas que terminen de cerrar la historia.
En resumidas cuentas, llegar a una cuarta parte y alcanzar unas cotas de calidad como las aquí mostradas no es algo que se suela ver con demasiada frecuencia.
El juego continúa… ★★★★★
Por Pablo Rodríguez
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.