"PARA ENFRENTARSE MEJOR AL ENEMIGO, ANTES HAY QUE CONOCERLO BIEN"
¿De qué va?
Dos estudiantes de Pekín son enviados a Mongolia. Una vez allí se verán envueltos en la rotura del ciclo de la vida, con las manadas de lobos acechando a aquellos que se han llevado sus provisiones para el invierno y han matado a sus cachorros. Uno de los estudiantes decidirá coger a una de las crías para poder estudiarlas.
Reparto
Shaofeng Feng es Chen Zhen
Shawn Dou es Yang Ke
Ankhnyam Ragchaa es Gasma
Dirección
Jean-Jacques Annaud (El Oso)
Impresiones
El último trabajo del director de El nombre de la rosa es un proyecto producido entre China y Francia y realizado en los parajes de Mongolia, los cuales ofrecen una visual hermosa que fácilmente se convierte en uno de los legítimos protagonistas de ésta obra. El último lobo (Wolf Totem) vuelve a poner al cineasta en las bases de la vida animal tal y como nos maravilló en la magnífica El Oso. Si bien la cinta del año 1988 era todo un ejercicio visual casi a modo documental donde los animales trabajaban a las mil maravillas para mostrar una complicidad única entre adulto y cachorro, con escenas alucinantes como la del puma o la huida de los humanos -por mencionar un par-, es probable que esperemos algo similar en ésta solo que con manadas de lobos.
Sin embargo, El último lobo, aun siendo muy entretenida y manifestándose como cinta ideal para toda la familia en fin de semana, carece de algo importante que sí poseía El Oso, y es la conexión entre animal-humano o bien animal-animal. Hay poco cariño en esas escenas que mostraban complicidad anteriormente. En éste caso, el protagonista, Chen Zhen (Shaofeng Feng), se queda con una cría para poder comprender al "enemigo", pero ese crecimiento no propone ninguna manifestación de amor-odio en la que el espectador sienta alguna emoción. Ese es el mayor problema de la película, ya que el resto se puede decir que cumple, aunque no cabe duda que es su segundo tramo el que de verdad interesa al entrar materia. Sin embargo, no me gustaría saltar otro pequeño punto negativo al que no le encuentro comprensión por parte del cineasta, y es esa historia de amor entre el protagonista y una de las chicas viudas de la aldea. Una proposición de amor que no conecta, que salta de buenas a primeras sin sentido y que parece estar de forma obligada por querer incluir romanticismo a una historia que no le hace ninguna falta. Sin embargo, la cinta es toda una declaración de intenciones en el aspecto político, de eso no hay duda alguna, y puede que por esto, el tiro le haya salido por la culata a Annaud en vez de centrarse en la relación animal-hombre.
Queda muy lejos de la calidad de El Oso -la comparo por ser fuente directa de Annaud- pero no cabe duda que tiene aspectos positivos con escenas sobrecogedoras que conjugan una realización excelente y complicada, aunque probablemente sea mi ojo, pero he notado alguna que otra escena digitalizada, sobre todo en algunos planos de lobos en los que se percibe demasiada perfección, pero ésto puede ser cosa mía y tampoco son abundantes esos momentos. Sobresalen las escenas en las que la manada actúa. Ese momento estratégico de acorralamiento a las gacelas, el ataque a los caballos o el momento del corral de ovejas son simplemente una labor excelente que nos mantiene pegados a la pantalla, y solo por eso merece la pena disfrutar de ella.
Junto a la maestría de algunas de sus escenas -lástima del resto-, hay que destacar la partitura del tristemente fallecido James Horner, una de sus últimas piezas en la que no falta su sello personal -parabará- pero que aporta una suculenta y magistral banda sonora repleta de emociones y varios leitmotivs brillantes, al igual que su melódico tema principal de apertura que suena en diversos momentos. Aunque reconozco que no es de mis compositores predilectos, he de decir que en ésta ocasión me ha enamorado por completo y ésto no hace más que incrementar el interés por su trayectoria -repleta de obras maestras- ante trabajos tan fantásticos como éste.
Su versión 3D
Jean-Jacques Annaud se llama a sí mismo "revolucionario" del nuevo 3D -que tiemble James Cameron- aunque no se muy bien a qué se debe éste comentario. Sin embargo, El último lobo ofrece una visual magistral. Aunque no abundan los "saltos hacia la pantalla", contiene unas imágenes brillantes donde podemos ver a detalle los fondos de sus formidables paisajes. Pero son las escenas de los rostros de los lobos en primera plana donde nos quedaremos con la boca abierta al notar a la perfección su morro casi saliendo de la pantalla. Sin lugar a dudas, es una ocasión perfecta para disfrutar de El último lobo en éste formato porque ésto incrementará su disfrute, aunque no su valor. ★★★★★1/2
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.