WAITING FOR THE MAN
Final de temporada y, muy en consonancia con lo que ha sido el resto de la serie, de lo más decepcionante. ¿Terminamos la temporada (y la serie) atando cabos y profundizando por fin en los detalles que se han ido dejando a lo largo del año? ¿Para qué, pudiendo tener otra trama autoconclusiva que, fiel a la progresiva pérdida de ideas desde los más que reseñables episodios 7 al 9, resulta insípida, tediosa y carente de chispa? Pues eso, una nueva oportunidad perdida de recuperar audiencia y mostrar unos mínimos mimbres de cara a su renovación por parte de otra cadena.
Tampoco incidiremos mucho en la trama del episodio porque es básicamente un rollo patatero como un castillo y no hay por dónde cogerlo. Volvemos a un escenario con el potencia del Nueva Orleans para no sacarle ningún partido. Volvemos a meter personajes en el argumento sin ningún tipo de lógica ni sentido, y que nada aportan a la trama episódica ni a la global. Vamos, una pena. El "caso del día" se centra en una niña fugada de las faldas de su madre que de pronto aparece en uno de esos ambientes enrarecidos llenos de carruseles polvorientos y demás parafernalia como si saliera a dar un paseo por el parque y se cruza con tres niñas que llevan marcada a fuego la palabra "Peligro" y, sin embargo, la engatusan para que las acompañe a un tétrica casa ruinosa para casarse con un hombre llamado... "El Hombre". Así con ese nombre y esa capacidad de atracción debe tratarse de todo un Christian Grey, por lo menos, ¿no? Pues no, es el típico gañanazo sucio y descuidado de la américa profunda. Una joyita. ¿Tiene algún poder paranormal? No. ¿Está imbuido de magia negra potenciada por la famosa (y esquiva) Oscuridad Creciente? Tampoco. Mata a niñas las noches de luna llena, y sus espíritus permanecen vivos y engatusan a nuevas niñas, y punto. En la investigación harán equipo Constantine, Zed y Corrigan, que huele a chamusquina paranormal en el caso y, a falta de Mulder y Scully, ha recabado la ayuda de sus antiguos aliados.
Sin embargo, no todo va a ser un camino de rosas para detener al asesino. En la investigación (¡ja, ja!) se cruza también Papa Midnite porque La Santería (otro concepto del que no se ha llegado a sacar partido) ha puesto precio a la cabeza de Constantine y quiere cobrar la recompensa en forma de recuperar el espíritu de su hermana de las fosas infernales. Total, que Constantine se deshace del hechicero vudú gracias a uno de sus trucos mágicos (la única escena digna con que cuenta el episodio) y el trío protagonista llegará a tiempo de salvar a la chica antes de que su "futuro marido" le corte la garganta. Y chimpún. Ojo, que la historia podía haber dado más de sí, pero es que tanto la ambientación como el guión son pésimos. Bueno, también tenemos una subtrama con Zed, que cada vez que Corrigan le hace manitas tiene visiones del policía muerto y no sabe si decírselo o no... o si influiría en algo hacérselo saber. Su amiguete Manny le dirá básicamente que haga lo que quiera, así que finalmente la chica se lo cuenta. Corrigan tampoco es que se ponga nervioso, más bien le vale para tirarle los tejos a Zed y robarle un beso, hecho del que es testigo un Constantine muerto de celos. Un encuentro final de John con Manny para tener la típica escena final de "qué bien lo estamos haciendo", "que se vaya preparando la Oscuridad Creciente esta" y se acabó lo que se daba. Bueno, no. Para dejar la trama abierta, lo mejor es inventarse un epílogo que no tiene ningún sentido en el que Manny libera a Midnite de la policía para hacerle saber que... ¡es el propio ángel quien lidera a La Santería! ¡Oh, qué sorpresa más bien traída! Una tontería supina que no cuadra en absoluto con el resto de la temporada y que sólo sirve para tener un final abierto de cara a una posible renovación. Hasta el final de Los Serrano tenía más sentido.
En definitiva, muchas más sombras que luces en una temporada que no ha sabido encontrar un camino y una forma de enganchar a la audiencia. Tras un inicio potente, pronto se vio que el carácter episódico que se le quería dar poco bien le iba a hacer a la serie, como a la postre ha ocurrido. Tras un amago de reconducir la situación en los citados capítulos 7 a 9, potenciando por fin las tramas a medio largo plazo y profundizando en los conceptos de La Santería y la Oscuridad Creciente que iban sobrevolando la serie sin pasar de meras excusas, todo demostró no ser más que un espejismo en un tramo final de temporada aburrido, insípido y carente de interés. No es de extrañar que ninguna cadena se haya animado a renovar la serie. Hay un claro problema de concepto difícil de solucionar a no ser que se le hubiera dado un giro de 180 grados. Una pena, porque el personaje de Constantine estaba bastante bien perfilado, con esa mezcla de socarronería, cinismo a prueba de bomba y un fondo de bondad oculto bajo muchas capas de hijoputismo. Sin embargo, los guiones y el planteamiento no han estado ni mucho menos a la altura de un personaje y un material gráfico con tanto potencial.
Y lo peor es que la historia tiene todos los visos para repetirse. Otro icono de la línea Vértigo de DC Cómics, la versión de Lucifer tan increíblemente planteada por Neil Gaiman en su imprescindible serie The Sandman y posteriormente desarrollada de forma magnífica por Mike Carey en su propia serie, pronto contará con versión televisiva. Sin embargo, por lo visto en el trailer parece que nos espera otra trama episódica de índole policial&sobrenatural de lo más cutre y ramplona y que nada tiene que ver con los originales conceptos planteados en el material de partida. Está claro que nos empeñamos una y otra vez en tropezar en la misma piedra.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).