"CIRCULA UNA LEYENDA POR ESTE SITIO. UN ASESINO ENTERRADO, PERO NO MUERTO. UNA MALDICIÓN EN CRYSTAL LAKE. LA MALDICIÓN DE JASON VOORHES. DICEN QUE MURIÓ SIENDO UN NIÑO, PERO CONTINÚA VOLVIENDO. POCOS SON LOS QUE LE HAN VISTO CON VIDA. ALGUNOS HAN INTENTADO DETENERLE. NO PUEDEN. LA GENTE OLVIDA QUE ESTÁ AHÍ ABAJO... ESPERANDO"
¿De qué va?
Tina tiene poderes de telequinésis y por error, hace escapar de su cautiverio a Jason, quien había acabado en el fondo del lago. Tras éste error, se desatará la carnicería de nuevo.
Reparto
Lar Park-Lincoln es Tina Shepard
John Otrin es John Shepard
William Butler es Michael
Terry Kisser es el Doctor Crews
Kane Hodder es Jason
Director
John Carl Buechler (Torok, el Troll)
Impresiones
A estas alturas de la saga, Jason ya se había convertido por derecho propio en el amo de los asesinos cinematográficos de los ochenta, con permiso de su rival Freddy. Su nombre era sinónimo de rentabilidad para la Paramount, una rentabilidad potenciada por la aparición del VHS, que convertiría al señor Voorhees en uno de los reyes del videoclub para fanáticos del subgénero. Y aunque la batalla con su archienemigo en las taquillas tardaría quince años en llegar, en esta séptima entrega asistimos a otro enfrentamiento mítico. Porque Viernes 13. Parte VII: La película –un ridículo título concedido en España, aunque el original, La nueva sangre, poco tiene que ver con la trama- viene a ser una especie de Carrie vs Jason, con una antagonista que posee los mismos poderes que el personaje creado por Stephen King.
Ahí tenemos a nuestro héroe –o villano en esta ocasión-, ya totalmente zombificado y cada vez más putrefacto, combatiendo contra una chica con poderes telequinéticos, encarnada por la recién llegada de House II, aún más alucinante, Lar Park-Lincoln, que le revive por error de esa tumba bajo el lago a la que le condenó Tommy Jarvis. En la cabaña de al lado, cómo no, un grupo de jóvenes para que Jason se lo pase bien por el camino, o con todo aquel que se cruce en su camino.
La premisa es sugerente si olvidamos que ya las anteriores partían de la idea de buscar un antagonista a Jason. Más allá de eso, la película ofrece más de lo mismo. Comienza con un resumen de sus predecesoras, para rellenar metraje y poner al público en situación, y prosigue abrazando completamente el slasher ochentero, violento, sin concesiones al humor negro y gamberro de la sexta película. Por supuesto, al estilo Jason: con desnudos, adolescentes idiotas a los que deseas ver muertos, y con agujeros de guión que van desde el salido de tono acto final con el padre resucitado o las poco claras intenciones del psiquiatra, interpretado por Terry Kiser, habitual de la pequeña pantalla y que poco después encarnaría uno de sus papeles más recordados, el fiambre de Este muerto está muy vivo.
Tras la cámara encontramos a John Carl Buechler, todo un especialista en el campo de los efectos visuales y de maquillaje, que dejaría su impronta en Ghoulies, Re-Animator, Pesadilla en Elm Street o Indiana Jones y la última cruzada, y que se luce en esta ocasión con el aspecto zombi de Jason, interpretado por primera vez por el especialista Kane Hodder, que ya no colgaría la máscara hasta el remake. La Paramount pidió a Buechler un entretenimiento para seguidores de la franquicia, que ya aquí mostraba síntomas de repetirse a sí misma. Pero cumple con su cometido de entretener durante su desarrollo y no volverse demasiado estúpida. Para fans irredentos y confesos, y que sin demasiadas exigencias. ★★★★★
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.