"QUIERO JUGAR A UN JUEGO"
¿De qué va?
Adam se despierta encadenado a una tubería en un perdido, enorme y mugriento cuarto de baño. Junto a él, despierta otro individuo encadenado, el Dr. Lawrence Gordon. Entre los dos, se encuentra un hombre muerto. Ninguno de los dos sabe cómo ha llegado hasta allí. Sin embargo, cada uno tiene una cinta de cassette en la que hay grabadas unas instrucciones para participar en un macabro juego. El Dr. Gordon ha de matar a Adam en un plazo de ocho horas. A través de una serie de flashbacks, el Dr. Gordon descubre que tanto él como Adam han sido víctimas del llamado “Asesino del Puzzle”, y de que disponen de un tiempo muy limitado para resolver el rompecabezas que se les ha propuesto de forma obligada.
Reparto
Leigh Whannell es Adam Faulkner
Cary Elwes es Lawrence Gordon
Danny Glover es David Tapp
Ken Leung es Steven Sing
Dirección
James Wan (Insidious)
Impresiones
El film que dio a conocer a James Wan, un cineasta con una pericia visual que hay que tener muy en cuenta. No hay una sola película de este director que a título personal me haya defraudado, ni una. Joyitas de la talla de Silencio desde el mal, Sentencia de muerte, Insidious, Insidious: Capítulo 2 y Expediente Warren son claros ejemplos, junto con la atronadora y desmadrada Fast and Furious 7, a la que tenemos que prestarle atención. Saw, partiendo de una idea planteada en un cortometraje de 2003 también dirigido por Wan y escrito por Leigh Whannell, supuso el inicio de una saga y la renovación del género de terror a mediados de la primera década del siglo XXI, introduciendo de lleno entre los espectadores el concepto recuperado del torture-porn, el cual no ha hecho más que atraer a aficionados ávidos de emociones fuertes y provocar el rechazo de los más puritanos sin que estos últimos se paren a pensar que hay mucho más aparte de las gráficas torturas de las que somos aterrados testigos.
Esta primera Saw mantiene el interés durante todo el metraje, no sólo gracias a un guión repleto de giros de principio a fin, sino debido a su concepción como un thriller que sigue las pautas estilísticas marcadas por otros títulos previos, llevándolas al extremo y transformándolas en suyas. Por este motivo, Saw ha adquirido con el paso del tiempo una personalidad propia perfectamente definida, pese a que recurre al típico diseño truculento de la escena del crimen puesto de moda por Seven y por todos los productos derivativos que intentaron aprovechar el filón con mayor o menor fortuna (Resurrección, Siniestro, El coleccionista de huesos, Postmortem).
¿Qué hace, por tanto, que esta película me parezca tan apreciable? La historia de James Wan y Leigh Whannell convertida en guión por éste último, en el que se da una estupenda y muy acertada combinación de thriller con terror y gore. Y, lo más importante, que capta la atención prácticamente desde el primer fotograma, dosificando el suspense, la acción y la aparición de las diferentes trampas de Puzzle de una manera muy cercana a la perfección. La información que se va dando a lo largo del metraje es reveladora en su mayoría, haciendo para ello un uso maestro del flashback y habiendo muy pocos momentos muertos en los que realmente no pase nada. Cada acción tiene su significado y nada se deja al azar. La impresión que me ha quedado tras ver el film es que hay mucho trabajo sobre el papel y que sus creadores se han esforzado con el fin de idear algo novedoso, dejando la historia cerrada en esta primera entrega pero a la vez con mil y una posibilidades de continuarla.
A nivel interpretativo, voy a ser claro, la cinta es justa y sin grandes alardes. En general, la plantilla es correcta pero le falta algo de garra. Destaco, eso sí, la presencia de actores veteranos como Danny Glover y Cary Elwes, que hacen el mejor trabajo, así como de la guapa Dina Meyer.
Otros dos puntos fuertes de la película es la definitoria banda sonora parida por Charlie Clouser, que ha puesto música a toda la saga, desde la primera hasta la séptima entrega y, cómo no, los soberbios efectos de maquillaje, desagradables y realistas.
Por otro lado, merece mención especial la idea que se tiene en esta película del diseño de interiores. La falta de luz en los edificios es algo a lo que se recurre con frecuencia, encontrándonos siempre en pasillos oscuros, tétricos y amenazantes, en los que te puede asaltar una figura siniestra en cualquier momento y no precisamente con buenas intenciones. En este sentido, toda la secuencia concerniente al secuestro de Adam me parece terrorífica.
En resumidas cuentas, considero
Saw como
una obra indispensable en el cine de terror moderno, a pesar de que su razón de ser tire más bien hacia el gore y el thriller, siendo esta primera entrega la más comedida de todas en cuanto a sangre y vísceras. Aunque hay que aclarar que no por ello vamos a dejar de encontrarnos un buen puñado de escenas escabrosas no aptas para todos los paladares. Como punto destacable, me quedo con
el prólogo, cargado de tensión, y el desenlace, totalmente desgarrador, sin menospreciar por supuesto toda la parte central de este brillante puzzle.
Saw supuso una bienvenida renovación del género terrorífico con una propuesta original y se atrevió nuevamente a llevar el gore a las salas, aunque a muchos les molestase.
★★★★★
Por Pablo Rodríguez
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.