HARDHOME
Obnubilado me hallo ante tal majestuosidad que ha supuesto un guantazo en la cara de proporciones gigantescas que no han hecho otra cosa más que hacer circular la sangre por el cuerpo tras ver unos episodios algo lentos pero que iban hilando poco a poco lo que ocurriría en el tramo final de la quinta temporada. Esto hacía que viésemos la serie con gusto pero también con algo de desgana. Claro está, sabemos que lo mejor se lo guardan para el final, y por regla general, la hostia la pegan en el episodio nueve; ésta vez no ha sido así sino que se han adelantado, lo cual nos hace pensar que pueden ocurrir más cosas interesantes que están por venir, aunque dudo que tengan el nivel de espectáculo que ofrece Hardhome, es decir Casa Austera, un lugar donde los salvajes tienen refugio al borde del mar. Pero antes de entrar en la materia sanguinolenta de la historia, vamos a resumir brevemente los otros actos que han ido ocurriendo en éste octavo episodio.
Empezamos con Arya, quien ha comenzado su entrenamiento ante la duda de la joven rubia hacia la confianza de su maestro, Jaqen. La joven Stark se mezcla entre el pueblo con el nombre de Lanna, una vendedora de ostras que tiene en su punto de mira a un cobrador de impuestos. El "juego" consistirá en seguirlo de cerca hasta que llegue la hora de darle un "regalo" con forma de pequeño recipiente de cristal con un líquido del que intuimos que no hay nada bueno en su interior.
Sansa, por su parte, vuelve a hablar con Theon, quien insiste en llamarse Hediondo ya que todo lo que había del Greyjoy fue cortado en trozos por Ramsay. La discusión se hace más intensa cuando la Stark le recuerda que por su culpa, tanto Bran como Rickon fueron asesinados. Hediondo confiesa y le dice que no los encontró, que los cuerpos eran de dos niños de un granjero cercano. Ante la sorpresa, Hediondo se marcha veloz. Mientras tanto, los Bolton preparan su estrategia ante el ejército de Stannis. Roose opina que es mejor esperar, ya que con la nieve, muchos moriran de frío y esto acabará por provocar un amotinamiento de los hombres. Ramsay, por su parte, opina que no hace falta un ejército precisamente, sino veinte "buenos hombres"...
Cersei sigue en su celda. Cada día, una mujer le ofrece un trago de agua a cambio de su confesión, pero la Lannister sigue terca y desea la muerte de su opresora con ansia viva. Uno de sus "fieles" se acerca a ella y le comunica que Tommen está encerrado en sus aposentos. Le recuerda que su condena es clara, entre muchas cosas destaca la fornicación y la muerte del rey Robert Baratheon, no obstante, le recuerda que hay un modo de salir, la confesión. Ella vuelve a estallar y recuerda que le dio todo al gorrión supremo, pero el hombre se despide con un "Adiós mi reina. Aún queda trabajo".
Empieza el tomate de forma directa en Meereen. Tyrion y Daenerys hablan sobre su futuro. ¿Qué le impide no matar al que fuera familia del exterminador de su padre? Tyrion es claro, asesinó a su padre y es el señalado por "matar" a su madre al nacer. Fue mano del rey de un joven que disfrutaba asesinando. Le ofrece ser su consejero, así que como última prueba, la Targaryen le pregunta sobre el futuro de Jorah. ¿Debería matarlo? Tyrion le hace ver que es un hombre enamorado de ella y su amor lo ha cegado, pero no lo mataría. Con eso, es echado de la ciudad nuevamente. Pero Jorah, aunque dolido y mirándose nuevamente el brazo por su contaminación con los hombres de piedra, decide volver al comerciante que lo compró para que lo haga luchar en el "gran reñidero" y así obtener el perdón de la Targaryen, o bien caer en el intento. El Lannister y la reina hablan sobre su pasado, presente y futuro. Le dice que los mecanismos de una rueda están en las casas principales de poniente, los Tyrell, Lannister, Stark... sin embargo, ella es el carro que lleva la rueda y decidirá ponerle fin destrozándolos. Así que decide tener a Tyrion en su bando como consejero para tener lo que tanto anhela.
Y ahora sí, llegamos a Casa Austera, con Jon y Tormund a la espera de lograr un consenso que los ayude a unir sus fuerzas para luchar con los caminantes blancos. Describir lo que viene a continuación durante veinte minutos puede suponer una lectura fácil e imaginativa, pero hay pocas palabras para describir tanta espectacularidad. Aun así haremos el intento pero esto es mejor verlo con los ojos inyectados en sangre, sí, nos daremos palmadas en el pecho en son de justicia por haber esperando tanto para ver algo así. La entrada de Jon y Tormund no será bien hallada cuando el "señor de los huesos", supuesto líder de la región, les hace ver que no quieren contacto con los cuervos. Tormund no se lo piensa al saber de la importancia de su viaje y coge su vara para matarlo estrellando su cabeza en el barro hasta rompérsela. Todos quedan quietos y tienen seguidamente una reunión con los líderes. Jon da su discurso, no pide que sean amigos, todos han perdido hombres, solo quieren unidad para luchar contra los caminantes blancos y para ello han traído armas, dagas de vidriagón con las que aseguran la caída de los temerosos enemigos. Cuando parece que hay consenso, les dicen que no confían en él por ser un guardia de la noche, pero sí en Tormund, y si el pelirrojo confía en él, lo seguirán. No obstante, hay un thennita que no aprueba tal cosa, así que el grupo se divide.
Unos cinco mil hombres se dirigen a los barcos mientras el resto se queda, pero de repente un ruido lejano comienza a hacerse grande. De las montañas heladas una nube tempestuosa comienza a bajar sobre ellos. Cierran las puertas temiéndose lo peor, dejando hombres fuera. Se escuchan gritos de dolor y auxilio y de repente se hace el silencio. El thennita se acerca a mirar por un resquicio y de repente hordas de esqueletos y muertos atacan. En lo más alto, los caminantes blancos observan con tranquilidad. Comienza una lucha salvaje y sangrienta mientras muchos se retiran en barcos y otros quedan por su honor. Jon y Tormund toman las armas, e incluso uno de los gigantes aparece para defender a los suyos en lo que supone una de las escenas más espectaculares de la serie. El thennita y Jon se adentran en la casa que arde y allí aparece un caminante blanco que no duda en matar al primero con tan solo un golpe, mientras Jon busca una daga de vidriagón sin éxito. Es lanzado contra la pared, contra el suelo, y cuando está a punto de morir, saca a "garra", su espada y logra parar el golpe. Ambos quedan sorprendidos y Jon acentúa el combate dándole muerte al caminante haciendolo estallar en hielo. ¿Cómo ha sido posible? Es la pregunta que todos nos haremos. Seguramente se deba al acero Valyrio, una forja olvidada y que solo unas pocas de casas tienen como herencia. La de Jon es la clave, y ahora que lo sabe, los caminantes pueden empezar a temer... o no. Decimos esto porque cuando parece que la calma ha llegado, de las montañas se lanzan hordas de muertos al vacío estampándose literalmente contra el suelo, donde un hombre se habría hecho añicos. La sorpresa llega cuando estos se levantan para continuar la lucha con los pocos hombres que quedan en pie. Jon, Tormund y unos pocos se retiran al mar, incluido el gigante al que no le hacen falta más que sus pies para llegar al otro lado. Más alejados, en la barca, observan a un caminante que se acerca y que levanta sus brazos poco a poco para levantar a todos los caídos de nuevo, incluyendo a los salvajes, ampliando de ésta forma su ejército ante la atónita mirada del resto.
Sí amigos, estamos ante un episodio que deja pequeña la cabalgada hacia el muro de la temporada anterior. Uno de esos capítulos que dejan boquiabiertos al personal dando por hecho que la serie va por buenos cauces y más ahora que se están separando abiertamente de los escritos de George R.R. Martin, lo cual es de agradecer. Me quito el sombrero y lo mejor es que quedan dos episodios donde seguramente habrá espectáculo, probablemente no con la misma intensidad de éste octavo, pero sí que aguardamos expectante nuevas vías ahora que Daenerys tiene su consejero, se acerca el juicio Lannister, Arya ha comenzado su entrenamiento y Sansa ha descubierto que su familia no está del todo extinta. La semana que viene más, mientras tanto voy a darme un respiro ante semejante inyección de adrenalina.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.