"EN EL TRULLO, EL NEGRO ERES TÚ, NO YO"
¿De qué va?
Danny Vinyard ha seguido los pasos de su hermano Derek y ahora forma parte de un grupo neonazi. El director de su instituto está preocupado por él y tratará de ayudarlo con la colaboración de su hermano, que acaba de salir de la cárcel. Para ello le pedirá un trabajo, denominado Historia Americana X.
Reparto
Edward Norton es Derek Vinyard
Edward Furlong es Danny Vinyard
Stacy Keach es Cameron Alexander
Fairuza Balk es Stacey
Elliot Gould es Murray
Avery Brooks es Bob Sweeney
Ethan Suplee es Seth Ryan
Dirección
Tony Kaye (Detachment)
Impresiones
No cabe duda que a día de hoy, American History X sigue siendo una película brillante por varios factores. Independientemente de los problemas de grabación de los que hablaremos a continuación, ésta cinta ha de ser vista en las escuelas e institutos para análisis y comprensión de los jóvenes de hoy día, quienes viven en una sociedad cada vez más conflictiva y violenta. Hay que hacer un esfuerzo por inculcar valores que por desgracia se han perdido y a veces una película puede cambiarnos nuestra forma de pensar al saber que lo que vemos es una muestra sobrecogedora de realidad absoluta. El racismo y los violentos grupos extremistas son la principal baza de ésta historia donde principalmente nos muestra a un joven que formaba parte de la banda como skinhead, y que tras estar en prisión y saborear amargamente la realidad entre rejas, razona y piensa en lo que se ha perdido de la vida al estar absorbido por esa pequeña sociedad racista en la que estaba. Mientras está entre rejas, su hermano menor se mete en la banda y a nuestros ojos y los de su familia, sabemos que es una perdición sin salida. Derek sale de la cárcel, completamente arrepentido y reformado y quiere zanjar en seco toda relación con el grupo y ayudar a su hermano a salir de allí a toda costa. Básicamente ésta es la trama de la cinta, pero lo mejor es visionarla para entrar en conciencia sobre lo que nos cuenta, que como ya he dicho es absolutamente cruda pero, por desgracia, realista.
Si nos metemos de lleno en la realización, no cabe duda que Edward Norton está impecable y vivía un momento dorado tras haber realizado anteriormente su primera intervención en la gran pantalla de forma redonda con Las dos caras de la verdad. En American History X se encumbró en lo más alto pues quita el hipo por su doble papel, y digo doble porque su personaje tiene dos tornas claras con un antes y un después evidente que el director nos muestra en forma de flashback en blanco y negro y en color en el tiempo actual. Dos caras opuestas cuando ejerce del skinhead más peligroso, completamente tatuado y sin dudar en dar la muerte más violenta en lo que es una de las escenas más escabrosas en la que un bordillo tiene protagonismo. Escabrosa y a su vez sensata al no mostrarnos con detalle el resultado, cosa que no hace falta. De ahí pasa a ser un hombre completamente reformado, compungido por su anterior vida, y eso se refleja a la perfección en su rostro, de ahí que Norton sea la gran estrella de la obra y afirmamos que está sensacional. Su hermano en la ficción es Edward Furlong, el mítico John Connor de Terminator 2. Complementa a la perfección con Norton al mostrarse realizado en el grupo, habiendo mamado de la fuente directa, su hermano, al que adora y lo tiene como mayor referente. Por último me gustaría recordar el papel del mítico Stacy Keach en el papel del líder del grupo radical, el cual se vuelve totalmente detestable para el espectador por el hocicamiento en sus primitivas ideas.
Una idea que desprende claramente el film es que todas esas ideas extremistas tienen un origen. En la familia Vinyard nacen de forma leve con los pensamientos del cabeza de familia en el pasado, quien no veía bien la igualdad de razas en su propio trabajo. Todo lo que comienza por un comentario acaba por formar una idea equivocada en las mentes de sus hijos que acaba incrementándose con el asesinato del progenitor y de ésta forma se desencadena el resto, por lo que hay que valorar cómo tratamos a los demás desde la crianza de nuestros pequeños, que son esponjas de todo lo que ven y escuchan.
No obstante, y volviendo a la realización, fue el director quien más sufrió.
Tony Kaye se vio envuelto en una doble disputa con el estudio. Por una parte, tuvo varios encontronazos con el propio
Edward Norton, quien se convirtió en una persona muy conflictiva, siendo su carácter lo más comentado incluso a día de hoy, lo cual lo ha llevado a la perdición en varias ocasiones hasta el extremo de pasar una racha de sequía por no querer contar con el. Por fortuna ha recuperado su calidad tras varios trabajos con altibajos y hemos podido disfrutar en su totalidad con el papelón que nos ofreció en
Birdman de
Iñárritu o anteriormente me gustaría recordar que deslumbró antes de su fracaso en una de mis cintas favoritas
, La última noche, de
Spike Lee. Norton tenía en su mano a la productora, que fue quien contó con él como protagonista a pesar de que
Kaye quería a otro, fue una imposición que no le gustó y por estas razones
renegó de la cinta hasta el punto de querer firmar con un seudónimo, cosa que no le permitieron. De hecho, quería acortar su duración pero
Norton tuvo la última palabra para decidir qué hacer. Aun así, el director años después, tras el éxito de la cinta, comentó que se arrepintió de su pataleo y a día de hoy está muy satisfecho, lo cual no es para menos y agradecemos su labor.
En la banda sonora Anne Dudley hace una labor de primera al crear un tema de corte clásico con mucha fuerza y sobre todo emotividad para incrementar el drama de la historia. Fantástica, al igual que el film, que como ya hemos resumido, es una maravilla que todo el mundo debería de ver una vez en su vida. Un clásico instantáneo que siempre será recordado, con mucha garra y un mensaje demoledor. ★★★★★1/2
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.