"¿DONDE ESTÁ EL JODIDO ESPANTAPÁJAROS, JOSH?"
¿De qué va?
Un matrimonio adopta a los pequeños Eli y Joshua, quienes han quedado huérfanos. Lo que no saben es que uno de ellos es el causante de la muerte de su verdadero padre
Reparto
Daniel Cerny es Eli Porter
Ron Melendez es Joshua Porter
Jim Metzler es William Porter
Nancy Lee Grahn es Amanda Porter
Dirección
James D.R. Hickox (Dientes de sable)
Impresiones
He aquí una de las mejores entregas de la serie junto con la cuarta parte y el punto final antes de romper definitivamente la frágil continuidad de la serie. Dirigida por James D. R. Hickox, esta tercera parte, aún con sus clarísimas incoherencias argumentales, cuenta una historia que se preocupa por innovar medianamente con respeto a las dos películas previas y se eleva por encima de la entrega anterior. En Los chicos del maíz III, un matrimonio que reside en Chicago adopta a dos chicos del campo, Eli y Joshua, concretamente dos residentes de Gatlin. Lo que todo el mundo ignora, su propio hermano incluido, es que Eli ha matado salvajemente a su padre, siendo éste la primera víctima de un diabólico plan que consiste en trasladar a la ciudad el poder del maíz para empezar de nuevo una oleada de crímenes contra los adultos.

La historia tiene tirón, de eso no cabe duda, pero hace que te plantees una inmensa cantidad de preguntas: ¿No se había marchado todo el mundo de Gatlin y se había trasladado la maldición al pueblo vecino? ¿No habían acabado con los dos antiguos predicadores? ¿A cuánta distancia está Gatlin de Chicago? ¿Cuándo nace Eli exactamente y con qué objetivo? ¿Le conocía Isaac? ¿No tiene Joshua edad suficiente como para conocer la masacre que tuvo lugar en el pueblo en el que vive? Son, como veis, bastantes preguntas que no tienen respuesta y que dejan claro que, pese a la interesante historia que se nos quiere contar, poco se esforzaron en intentar ligarla con la de las dos primeras películas al querer estrenar la película a toda prisa.
Por ende, hay que hacer un verdadero acto de fe y vaciar nuestra mente de preguntas, planteando el film como si hiciese borrón y cuenta nueva, aunque esto sea algo complicado debido a los numerosos flashbacks que hay a lo largo de todo el metraje y que te recuerdan que Los chicos del maíz y Los chicos del maíz II: El sacrificio final existieron. Al menos, estas terribles lagunas argumentales a las que hago referencia son subsanadas en cierto modo con una historia que funciona a las mil maravillas, quizás por esa temprana necesidad de innovación. Además, la incorporación de nuevos personajes como el del Padre Nolan y el conflicto entre Joshua y su hermano Eli aporta cierta solidez al conjunto, no limitando la película a una mera sucesión de crímenes. En este sentido, conviene resaltar que las fechorías de los chicos son cada vez más truculentas y los responsables del film no se cortan un pelo aunque muchas situaciones resulten políticamente incorrectas. Y, aunque llega un punto en el uno se plantea qué interés puede tener ver a un grupo de chicos masacrar adultos de las más variopintas formas, el espectador puede darse cuenta que hay más Stephen King en esta tercera entrega que en la película anterior, e incluso que en la primera, a pesar de su injustamente cuestionada calidad. Todo es una gran tragedia al más puro estilo King.

En el apartado técnico también se nota una clara mejoría, especialmente gracias a los FX de Screaming Mad George, pese a que en el tramo final deslucen un tanto con ese rocambolesco monstruo nacido del maizal (en las dos entregas previas tan solamente sugerido) y las terriblemente cutres miniaturas, y por la banda sonora, que pega un aumento de calidad más que notable.
Sin ser una gran película, Los chicos del maíz III es una interesante propuesta para todo aficionado al terror charcutero entre maizales y al universo de Stephen King. Ah, y además sale Charlize Theron en su primer papel, aunque no figura acreditada en la película. Ahí es nada para una cinta representativa de lo que en su momento fue el terror noventero de puro videoclub. ★★★★★
Por Pablo Rodríguez
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.