"NO HAY DOS PALABRAS MÁS DAÑINAS QUE BUEN TRABAJO"
¿De qué va?
Andrew aspira a ser uno de los mejores baterias, fichados por el profesor Fletcher, el más importante y venerado director musical del conservatorio Shaffer, el más importante del país. Sin embargo, Fletcher es un hombre severo que no le pondrá las cosas fáciles a sus alumnos al buscar la perfección y la superación.
Reparto
Miles Teller es Andrew
J.K.Simmons es Fletcher
Paul Reiser es Jim
Melissa Benoist es Nicole
Dirección
Damien Chazelle
Impresiones
Absolutamente impresionante ésta cinta que nació de un corto realizado el año anterior con los mismos protagonistas. Una obra maestra instantánea en un año de cine simplemente espectacular. Hacía mucho que no gozábamos de tan buenos títulos por lo que tendremos un top10 realmente difícil, y esperemos que siga así las próximas temporadas. Whiplash de Damien Chazelle nos ofrece una pareja estelar formada por el joven prodigio Miles Teller y el gran J.K.Simmons al que parece que ahora le están dando más reconocimiento, merecido mucho tiempo antes.
Whiplash es una cinta de interpretaciones que bien podría ser un hecho real por la dureza que se muestra, muy fiel a la vivida en algunos conservatorios de prestigio hoy día. Andrew (Teller) es un joven que desde pequeñito toca la batería, ilusionado con llegar a ser un grande como lo fueron Buddy Rich, Joe Johns o Charlie Parker, auténticas bestias de la música que se dieron a conocer por su trabajo y sus continuas repeticiones. Shafter (Simmons) es el director musical, un come-alumnos venerado por su rudeza y su agresividad a la hora de buscar la perfección en cada nota y tiempo. El encuentro entre ambos los llevará a un despliegue de explosiones que confrontarán sus personalidades en un mismo punto, la música, especialmente en las partituras de Whiplash de Hank Levy o Caravan, conocida mayormente por el gran Duke Ellington pero escrita por Juan Tizol.

"Si no tienes talento acabarás tocando en una banda de rock", decía uno de los escritos que estaba en la pared de Andrew. El jazz más profundo es una música que no está al alcance de todos y eso lo encontramos en las milimétricas medidas de tiempo y los cambios bruscos de las partituras que interpretan los protagonistas. Sin ir más lejos, Miles Teller tuvo que aprender de forma muy dura para su papel. Aunque tocaba la batería desde la adolescencia, las técnicas jazzísticas son muy diferentes a lo que conocía, por lo que se empleó a fondo durante meses para que lo que viésemos en pantalla fuese lo más creíble posible. Tanto es así, que lo que vemos y escuchamos no es ninguna grabación sino música en directo, por lo que el contenido de la obra se nos hace aun más cercano, entre otras cosas porque la música es uno de los protagonistas de Whiplash. Fue un reto para todos, donde Teller quedó a la espera del papel ansiando que Dane Dehaan finalmente rechazó, siendo la primera elección para el director.
La película es brillante y hay poco que reprocharle, ya que ni siquiera se explayan en la relación amorosa del protagonista, cosa que aplaudimos. Las escenas nos dejarán completamente rotos, con la boca abierta, desencajados. Todo tiene que ver por las formas de Simmons, siendo capaz de enseñar a guantazo limpio con tal de obtener el tiempo exacto que desea en cada tema, creando rivalidad entre alumnos, haciendo sudar y estallar sangre de las manos, literalmente. Un J.K.Simmons que se ha entrenado a fondo ya que luce imponente físicamente a sus casi sesenta años de edad. Las escenas de batería cortan la respiración y su presencia acongoja a todos los que tiene a su alrededor. No hay palabras para describir esta joya, que aunque no gane ningún premio importante (aunque esperemos que Simmons levante la estatuilla como actor de reparto) será difícil de olvidar. Una obra maestra instantánea que me ha maravillado, probablemente por lo cercana que tengo esa relación musical con mi vida, y puede que ese sea el punto por el que otros no la vean tan magnífica, por ese mundillo de conservatorio tan cerrado, tan difícil y duro.

No hay más que comprobar como la propia familia de Andrew es un reflejo de la poca importancia que tiene para muchos el hecho de tocar en una banda, o formar parte de una orquesta, encontrándolo casi como una pérdida de tiempo. A mi eso me suena y mucho. En resumidas, una película magnífica, inolvidable, brutal... todos lo que yo diga seguirá siendo poco para lo que merece ésta obra maestra que contiene escenas de auténtico infarto. No se la pierdan y disfruten de su ritmo. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.