A FOX, A RABBIT AND A CABBAGE
En lo que llevamos de temporada, es sin duda el capítulo al que más le encaja el título como un guante. O al menos, al que se le pueden sacar más correspondencias con lo que se nos muestra argumentalmente. Un problema que más de una vez se nos ha planteado (de forma teórica, claro): Un hombre que lleva consigo un zorro, un conejo y una col tiene que cruzar un río. A su disposición sólo tiene una barca en la que sólo hay sito para dos (y sí, la col es de tamaño familiar). ¿Cómo se las apaña el buen hombre para cruzar sin tener bajas en sus posesiones? Además de ir descansado, porque se va a pegar una buena panzada a remar... Pues muy fácil, basta con tener un local con dos puertas.
El acertijo es planteado por uno de los agentes del FBI castigados por su "excelente labor" de vigilancia durante la masacre de Fargo con una larga temporada en los infiernos del Archivo. Una buena forma de entretenerse durante las larguísimas jornadas de absoluto tedio es mediante esta clase de chorradas. Hasta que un comentario fortuito desata sus ganas de revancha. Alguien ha llamado asegurando saber quién es el asesino de Fargo. Así que los dos agentes acudirán a hablar con nuestra valiente Molly, incapaz de resignarse a condenar a un falso culpable.
Pero antes tenemos otra apertura brutal de capítulo. Contemplamos a Lorne convertido en un anónimo dentista consagrado a su trabajo y a su prometida, viviendo felizmente una vida de lo más normal. ¿Se ha reformado? Nada de eso, se trata de una tapadera de su nuevo trabajo. Y así enlazamos con el final del anterior. Lester ha visto a Lorne en el bar del hotel. Solo que ya no se trata del viejo y apocado Lester. Y el nuevo y decidido Lester tiene los bemoles para plantarse delante y tocarle las narices al asesino. Cosa que demostrará ser poco sabia, porque si bien un Lorne Malvo sonriente da miedo, cuando la sonrisa se borra puedes estar seguro de que se va a desatar el mismísimo Infierno. Así que la cosa acaba con un baño de sangre inocente y Lester huyendo como una rata mientras a sus espaldas el asesino jura que sus caminos se encontrarán pronto, en un plano que muestra a las claras que es una criatura de furia y sangre.
Y entonces llegamos al momento en el que el zorro Lorne, el conejo Molly y los agentes federales (más que coles, lechuguinos) a punto están de comerse unos a otros antes de cruzar el río en una escena de precisión milimétrica que se desarrolla en el restaurante del padre de Molly y se resuelve de forma brillante. Antes de llegar a este clímax de extrema tensión, una conversación no menos tensa y cargada de simbolismo entre un Lorne en busca de venganza y Lou Solverson pondrá bien a las claras que ambos son perros viejos y están a ambos lados del espectro; uno como ser de luz y el otro como agente de la Oscuridad. Grandes actuaciones de ambos veteranos. Y nos deja un guiño a la ya confirmada temática de la segunda temporada de la serie, centrada en el pasado de Lou como agente de la ley.
Pero no acaba aquí la tensión. De nuevo, el zorro, el conejo y la col estarán a punto de encontrarse en un mismo espacio. Huyendo de la venganza de Lorne, Lester planea un viaje al extranjero junto con Linda, su mujer. Sólo necesitan recuperar los pasaportes de su oficina, donde el zorro Lorne puede estar esperándolos. Solo que Lester, hábil para oler el peligro como buen cobarde, es tan ruin como para engañar al zorro disfrazando a su propia esposa con piel de conejo. Otro inocente más que cae fruto del mezquino juego entre este par.
Un episodio brillante, lleno de tensión y suspense del bueno y que, además de proporcionarnos múltiples detalles y lecturas, deja las espadas bien alto para un final en el que todas las piezas se encuentran en casillas adyacentes del tablero y sólo es cuestión de tiempo que comiencen a encontrarse, con resultados imprevisibles.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).