"DEFENDED TODO LO QUE PODÁIS SER"
¿De qué va?
Han pasado cinco años desde la batalla de Chicago. Tras la desaparición total de los Decepticons, los Autobots fueron mandados al asilo. Sin embargo, éstos acabaran escondidos para evitar ser destruidos por la CIA, quienes con el poder de un nuevo ser llamado Lockdown, eliminan cualquier vestigio de ésta raza. La unión de éste ser superior y la CIA culmina en una tecnología llamada "La semilla" la cual convierte todo del material con el que están hechos los Transformers.
Reparto
Mark Wahlberg es Cade Yeager
Nicola Peltz es Tessa Yeager
Stanley Tucci es Joshua Joyce
Kelsey Grammer es Harold Attinger
Jack Reynor es Shane Dyson
Peter Cullen es Optimus Prime
Ken Watanabe es Drift
Mark Ryan es Lockdown
Frank Welker es Galvatron
Dirección
Michael Bay (La Roca)
Impresiones
Michael Bay regresa a la carga con la cuarta entrega de los muñecos de Hasbro. Transformers La Era de la Extinción logró el récord del año al coronarse como la más taquillera con nada menos que un billón de dolares en taquilla y la cifra sigue aumentando. Evidentemente, su rodaje volcado en China y sobre todo el marketing y la promoción recibida en el país ha resultado en evidente beneficio. ¿Pero era necesaria una cuarta entrega tal y como quedó la anterior? Claro que no, pero el exprimidor "Bay" es capaz de sacar la receta de la inmortalidad para éstos personajes, aunque claro, hay que declarar que sí que ha habido una ligera renovación.

Los personajes físicos ya no son los de la trilogía anterior y por tanto se resta un poco el pesado humor que provenía de las manazas de Shia Labeouf. Aquí ni siquiera se le nombra a él o su familia al trasladar la acción cinco años después, tras la deserción de los autobots. Ahora es Mark Walhberg en el papel de un padre ahogado por las deudas, quien encuentra a Optimus Prime y se cobra parte del protagonismo junto a su hija, sí, una nueva joven que Bay explota aunque en menor medida si la comparamos a Megan Fox o Rosie Huntington-Whiteley. La pequeña es Nicola Peltz y la vimos en la cinta de M.Night Shyamalan, The Last Airbender. De éste modo, se cierra el circulo con las incursiones de Stanley Tucci, más cercano a John Turturro pero sin resultar tan histriónico, y al mítico Kelsey Grammer en su labor como "villano", al mando de la CIA.
Es evidente que a pesar de su llamativo éxito, siempre hay una parte negativa dentro de la crítica general que no tiene miramientos a la hora de catalogarla como cine para tontos. Evidentemente, nosotros somos de los que cuando vamos al cine a ver Transformers, lo único que buscamos es entretenimiento ya que Michael Bay se traduce en cine palomitero, de espectáculo. Quien busque profundidad, es evidente que está muy equivocado. Por eso, somos objetivos ya que a fin de cuentas lo que buscamos es diversión y a una película así no se le pueden buscar los tres pies al gato porque todo es pura fantasía. Pues bien, podemos decir que Transformers La Era de la Extinción contiene una buena dosis de espectáculo y efectos especiales. Recordemos que la primera y la segunda entrega tenían en contra una rapidez de efectos que no nos permitían ver con detalle las batallas de los autobots contra sus némesis. En la tercera y electrizante entrega ésto se arregló, de ahí que el uso de las cámaras lentas fuera justificado en su totalidad y por ello El Lado Oscuro de la Luna es una de las mejores películas de la franquicia, de hecho, a título personal, es mi favorita. Con ésta cuarta entrega, el resultado es similar y por ello acaba siendo satisfactoria.
Hay detalles a destacar que dentro de lo bueno y lo malo, no resultan del todo agraciados. Por una parte, la duración es excesiva. Sí, ya sabemos que una película que no dure menos de dos horas no puede ser una obra de Bay y de hecho, todas las de Transformers superan las dos horas, pero ésta las supera con creces con dos horas y cuarenta minutos de duración. El problema es que ésto se hace largo por esa relación paternofilial entre el personaje de Walhberg y Peltz, resultando cargante en todo momento y demostrando que en esos términos, Bay no sabe dirigir con emociones dentro de una historia de altos efectos. Aunque resulta espectacular, tarda mucho en entrar en acción y aunque su tramo final está indiscutiblemente repleto de acción, no sorprende tanto como lo hizo la tercera entrega. Aun así, es una buenísima cinta de entretenimiento con la que acabar varios paquetes de palomitas Eso sí, la veda queda muy abierta al comprobar que hay muchas especies extraterrestres allá arriba, por lo que podría venir algo más grande en el futuro, aunque sigue sin quedarnos del todo clara la procedencia de Lockdown, el villano de la función.

Una de las grandes maravillas de ésta obra la encontramos en la incursión de los Dinobots. Todo tiene su explicación, tal y como se remontan en el inicio a la era de los dinosaurios. De hecho, en la anterior película, ya tocaron la historia cuando los astronautas que "pisaron la luna" tenían otra misión más importante allí arriba que la de echarse la foto. Parece que a Bay le gusta eso de trastocar la historia. ¡Y vaya momento ese en el que Optimus Prime domina a los gigantes y acaba posándose sobre ellos para adentrarse en la guerra! Es una escena donde la palabra "épica" está perfectamente equilibrada. Por supuesto, Bay se ha asegurado de que la historia perdure y por ello el cierre de ésta obra nos deja con nuevas incógnitas para una nueva entrega aunque no vamos a hacer spoilers de ello. La banda sonora vuelve a ser Steve Jablonsky y en ésta ocasión parece tomar bases de Tron Legacy, algo que está muy de moda en un sinfín de títulos. Aun así, su aporte está bien llevado y conjuga a la perfección con la acción y vuelve a retomar el tema principal que identifica a los Autobots. En resumidas, es una cinta para pasar el rato, divertida, algo larga, pero para disfrutar en la gran pantalla. No busquen profundidad ni seriedad. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.