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Éste episodio se centra en Rick y sobre él planean recuerdos relacionados con Hershell y sus consejos sobre Carl, la vida de granjero y la paz entre todos. Sin embargo, el plano regresa a la actualidad para ofrecernos a un Rick en shock con la cara y toda la barba ensangrentada, sentado al lado de un vehículo. A partir de aquí retrocedemos un poco para saber como ha llegado a esa situación. Seguimos el camino de él, Carl y Michonne. Tras aprender nuevos trucos sobre caza, llega la noche y mientras los dos adultos conversan, aparece Joe con su banda, quienes han seguido su rastro para vengar al que Rick mató en el baño. El mas obeso se dispone a violar a Carl, Michonne es amenazada con un arma y Rick tiene a sus espaldas a Joe quien juega con él. En ese momento, aparece Daryl, quien aprovechó para irse pero decidió volver con el grupo con la suerte de encontrar a sus viejos amigos. Cuando ve la amenaza que cae sobre Carl, apunto de ser violado, Rick arde en ira y pega un cabezazo a Joe. Éste dispara a su lado y de pronto lo deja aturdido, pero Rick actúa como si fuera una fiera y le muerde en el cuello causándole la muerte. Daryl escapa de los que le estaban dando la paliza y Michonne aprovecha la distracción para acabar con su opresor. Acto seguido, Rick acaba con el acosador de Carl y le da una muerte violenta mientras su hijo mira con rabia y firmeza...
"Eres mi hermano", dice Rick a Daryl tras volverlo a tener en el grupo. El otro responde diciendole que el Rick que vio la noche anterior no era él, pero éste se reafirmó al proclamar que por Carl hará lo que sea. Tras esto, retoman el camino y llegan a Terminus. Deciden rodearlo y para ello, Rick esconde unas armas fuera, por si acaso. Saltan la valla y llegan a una sala donde una mujer repite la locución escuchada por radio para reclamar gente. Allí ven a un grupo, liderado por un tal Gareth. Tras las presentaciones, los invitan a comer carne, pero Rick, muy observador, se da cuenta del traje antidisturbios, el poncho y el reloj que Hershell le regaló a Glenn. A partir de aquí estalla una especie de guerrilla urbana, pero los francotiradores les disparan, empujándolos al pabellón A. Llegan a una sala extraña, rodeada de velas, y poco antes una jaula llena de huesos. Al salir, se ven rodeados por un numero considerable y son invitados a encerrarse en un vagón. Al entrar, se reúnen con Glenn, Maggie y los demás. En ese momento, un viejo recuerdo de Hershell ilumina la mente de Rick. Se acuerda del momento en el que podía haber sido granjero, enseñando a su hijo. "Puede ser así... es suficiente" Se alegraba... El flash acaba y respira profundamente con cierto aire de liderazgo y confianza. Sonrie levemente y les hace ver a los demás que hay esperanza. ¿Pero cómo?, preguntan... "Porque se han metido con la gente equivocada"
De ésta manera acaba la cuarta temporada de
The Walking Dead. Ésta temporada que comenzó notable en sus primeros ocho episodios, tuvo por su contra
una segunda parte muy irregular, aburrida y con momentos de relleno absoluto. No se puede decir lo mismo de éste episodio, donde parece que se lo han dejado todo. Lleno de tensión, acción y reunión. Hasta final de año no volveremos a ver al grupo en la quinta temporada. Esperemos que los guionistas trabajen duro para ofrecernos mas interés. De momento, tienen nuestra atención para averiguar de que modo saldrán de allí y qué pasará cuando lleguen Carol y Tyreese. Por otra parte, aun nos queda la incógnita de saber
donde está Beth. Y con respecto a Terminus, creo que está muy claro que el vagón pronto se convertirá en comida. ¿Quien ofrece carne a la barbacoa a la entrada de forma tan alegre? Sí, tienen toda la pinta de ser
caníbales.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.