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"Sólo los salmones muertos siguen la corriente del río." Esta es una frase a la que he dado vueltas muchas veces en mi vida y en la que he visto reflejada a hombres y mujeres a los que admiro profundamente. Personas que decidieron ir contracorriente, arriesgar, creer en sí mismo, apostar por un caballo a priori no ganador. Orson Welles es uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar en la historia del cine. Chaplin fue otro, y ya hemos hablado, y mucho, sobre la personalidad del genial cineasta, pero no por ello vamos a detenernos. En enero de 1931 se estrena City Lights, la primera película de Chaplin desde que el cine sonoro se hubiera impuesto en la industria cinematográfica. El mismo director pronunció una frase sobre dicho adelanto "dadles tres años, no más", ya que no veía gran futuro en esta moda. Por eso, y en contra de lo que le aconsejaban por activa y pasiva, decide realizar una nueva película muda... aunque entre comillas. La cinta incluía banda sonora y algunos efectos sonoros lo que permitía el prescindir de una banda de músicos en cada cine del país. Pero aparte de eso, los diálogos seguían estando presentes mediante intertítulos, y la voz de los actores permanecía silenciada.
La trama nos vuelve a presentar al entrañable vagabundo de Chaplin, que en este caso se enamora de florista ciega que lo confunde por un multimillonario. A su vez, el vagabundo salva la vida a un embriagado multimillonario real de suicidarse, por lo que este se lo agradece llevándoselo de fiesta, para a la mañana siguiente, y con la consecuente resaca, olvidarle. Por una serie de circunstancias, tanto la florista como el millonario se cruzan de nuevo en su camino, permitiendo obrar al vagabundo de la manera más humana posible con ambos: dando a la primera el dinero necesario para una operación de vista, y librando al segundo de un atraco en su casa, aunque posteriormente es detenido. Al final, (spoiler) más pobre y desgraciado que nunca, Chaplin se reencuentra con la florista que ha recuperado la vista, tiene una floristería de éxito, y que se sorprende al encontrar a su salvador como un mísero vagabundo en vez de como el atractivo millonario que imaginaba. Aún así, el amor verdadero es ciego, y terminan al fin juntos y felices. O al menos eso deja interpretar el magnífico final de la película. (final spoiler)

Chaplin no veía la manera de llevar a su personaje del vagabundo al cine sonoro, por lo que realizar la película como llevaba haciendo casi veinte años le pareció la decisión más acertada. Y al público también, ya que fue una de las más taquilleras del año, y de la carrera de Chaplin. Este la consideraba su película más querida. Pero para llevarla a cabo, el director volvió a mostrar su faceta más perfeccionista, tanto como los lugares de rodaje, como con la elección de los actores. Nunca tuvo una buena relación con Virginia Cherrill (la florista ciega) y tuvo que exprimirla al máximo para obtener el resultado deseado. También se las vio con Harry Miers (el excéntrico millonario), que se negaba a lanzarse al agua en su primera escena. El rodaje llevó casi un año, comenzando a finales de 1929, terminando en septiembre de 1930. Durante el proceso de pre-producción y rodaje hubo numerosas interrupciones debido a motivos personales del propio Chaplin. El principal fue la muerte de su madre, lo que supuso un duro golpe para él. Esto es un hecho sobre el que nos aventuramos a afirmar, influyó en la misma historia, ya que nos encontramos nuevamente a una cinta con toques autobiográficos. El personaje de la florista ciega, que se ve impedida, y que vive en el umbral de la pobreza, es ayudada por el personaje de Chaplin, quien siente un fuerte respeto y amor por ella, de la misma manera que el propio hacia su madre, a quien cuidó durante toda su vida. Mientras que el personaje del millonario, solo afable en estado de embriaguez, y que se olvidaba de Chaplin al volver en sí, es un reflejo de su padre.
El amor entre dos personajes siempre se encuentra presente en sus películas, pero quizás sea esta la última en la que podamos afirmar dicho tema como pilar principal de la obra. Es a partir de Modern Times cuando el director decide mostrar algo más, principalmente la denuncia social que hace gala en películas como esta, The Great Dictator o Monsieur Verdoux, por poner un ejemplo. En City Lights, Chaplin habla de su madre y de su padre, de la diferencia de clases, y de la bondad y el amor por encima de todo. Su personaje del vagabundo muestra estas facetas y por ello ha de triunfar. En un mensaje optimista, un Chaplin que demuestra una fuerte desigualdad entre las personas que debería erradicarse no mediante el dinero o la política, sino mediante la humanidad.

Yo afirmo que esta es la mejor película de Chaplin. Lo creo sin duda alguna debido a que seguramente sea el mejor exponente de lo que siempre quiso transmitirnos, amor. Pero, y aunque esto no me dé la razón, no soy el único que piensa, o pensó así: Stanley Kubrick y Orson Welles tenían a City Lights como una de sus 10 películas favoritas. Andrei Tarkovsky era de la misma opinión y afirmó que el principal mérito de Chaplin fue realizar películas que jamás envejecerán. Mientras que Fellini admitió la influencia de esta cinta para Le notti di Cabiria, y Woody Allen el final para su propio final en Manhattan.
•Calificación: 10/10
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.