El tercer episodio de ésta magnífica serie ya no es dirigido por
David Fincher aunque se mantiene en la producción al igual que
Spacey. Le toca el turno a
James Foley, director de
Seduciendo a un extraño y también inmerso en otra producción para la televisión,
Hannibal, con
Mads Mikkelsen como protagonista.
En éste tercer capítulo nos trasladamos hacía un caso en particular con el que tendrá que lidiar Underwood cuando en uno de sus estados, muera una chica tras impactar su coche con una fuente con forma de melocotón que el congresista ordenó realizar tiempo atrás.
Ahora, un antiguo político enemigo suyo hará lo posible por ensuciar el nombre de Underwood señalándolo como responsable para hacerse con las votaciones. Por su parte, Francis viajará dejando a medias el libreto de 300 páginas con el que estaba trabajando y mostrará una vez mas ante el espectador de lo que es capaz para conseguir no solo el aplauso del pueblo sino cambiar la tortilla casi sin esfuerzo.
Así podremos deleitarnos con algunas escenas buenísimas como el discurso en la iglesia que logró hacerme reír por momentos y otras delicatessen como la vivida por su mujer mientras corre por el cementerio y nos deja con la intriga al hablar con su marido, y otras subtramas relacionadas con la periodista y la relación con su jefe que cada día muestra su lado mas machista.
En cualquier caso, en éste episodio que bajo su simpleza argumental, nos deleitamos una vez mas en el mayor peso de la historia que son sus protagonistas, queda cerrado por completo para continuar con la trama principal que veremos en el siguiente episodio.
Una vez mas comprobamos que el tejemaneje que el protagonista se lleva entre manos y como éste mueve los hilos es totalmente implacable de cara a la sociedad y nuevamente se desnuda ante nosotros con sus palabras directas a cámara, como cuando habla de su padre y nos dice la verdad.
Por otra parte, cada vez mostramos mas empatía con el personaje de
Robin Wright. Parece fría pero conforme pasan los minutos la vemos mas humana. Algo inverso ocurre con
Kate Mara quien parece que le empieza a coger gustillo a eso de las cámaras aunque su jefe se lo acabe prohibiendo. Le veo un futuro mayor a ésta chica.
Pues bien, la semana que viene mas. Hacía mucho que no estaba tan ansioso con una serie y es que cada episodio supera al anterior.
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.