Continúan las aventuras del arquero esmeralda y en esta ocasión la trama se divide en tres localizaciones diferentes. Por un lado, Laurel y Thea llegan a Nanda Parbat con el cadáver incorrupto de Sara, que como es bajita han debido facturar como equipaje de mano. Mientras tanto, en Star City el Equipo Arrow original aprovecha esta vuelta a los orígenes para resolver sus cuentas pendientes al tiempo que deben enfrentarse a un metahumano la mar de juguetón. Por su parte, los flashbacks seguirán desarrollando (a ritmo de tortuga) las correrías de Oliver infiltrado en el cártel que está aprovechando la isla para recolectar y fabricar una nueva droga. Cada una de estas tres partes tiene un nivel diferente de interés, como detallaremos a continuación.
La subtrama de Nanda Parbat es un poco así, así. Buenas ideas pero ejecutadas de una manera un tanto pobre. Entre lo mejor desarrollado, la forma de atajar el problema de Thea con sus instintos asesinos. La relación de la chica con Malcolm, el nuevo Ra's al Ghul, sigue siendo bastante tirante. El hombre tampoco es que sea la sutileza personificada, aunque sus intenciones no dejen de ser las de ayudar a su hija. Así pues, la solución que le termina ofreciendo previo engaño esperanzador es saciar su sed de sangre ofreciendo a dos fieles de la liga como chivos expiatorios para que su retoño les corte la garganta en un momento en el que no puede controlarse.
La cruda realidad sale a la luz con la contundencia de un martillo pilón: no es posible vencer el efecto nocivo que sobre un alma deja el Pozo de Lázaro. Sólo se puede apagar temporalmente dándole rienda suelta a su sed de sangre. Entre lo positivo, también la tirante relación entre Malcolm y Nyssa, que pese a odiarle a muerte y maquinar la mejor forma de matarle no puede sino serle fiel al ser su líder. Sin embargo, la parte relativa a Sara es un completo despropósito. Un
"ahora no la quiero resucitar, ahora sí, ahora no..." sin orden, lógica ni concierto que acaba como cualquiera que haya visto el avance de
Legends of Tomorrow sabe:
Sara resucita gracias al poder del Pozo, aunque convertida en un ser salvaje y sin recuerdos. Veremos cómo evoluciona. Por lo pronto también nos hemos quedado sin el Pozo de Lázaro, ya que Nyssa lo destruye como venganza por haber jugado con el alma de su chica tan a las bravas.
Ajenos a la movida tibetana, el equipo Arrow original se debe enfrentar de nuevo a las maquinaciones de Damien Darhk.
Este hombre no aprende y sigue delegando en terceros la responsabilidad de acabar con los justicieros que le está tocando la moral, así que lanza contra ellos a un mercenario de Central City conocido como Double Down, a quien la explosión del acelerador de partículas pilló tatuándose una baraja en el cuerpo y ahora es capaz de convertir estos tatuajes en letales naipes capaces de rebanar a sus enemigos. Un poder chulo, sobre todo cuando estás aburrido sin nada que hacer. Un
Bullseye de segunda división, vamos. Como se demuestra más adelante, poco tiene que hacer contra Flecha Verde, que se lo ventila de un plumazo mientras el tío, valiente él, está pillando las de Villadiego para largarse raudo y veloz a su ciudad. De la participación en este embrollo de Felicity y su ametralladora mejor no hablamos.
Al final su participación será la excusa para que Oliver y Diggle se reconcilien y las aguas vuelvan a su cauce en el equipo. Aprobado raspadito, gracias sobre todo a que las escenas de acción siguen rayando a gran nivel.
La peor parte, sin embargo, se la lleva la subtrama de los flashbacks que promete ser de nuevo un compendio de lugares comunes sin demasiado interés. En este caso, el infiltrado Oliver ha de soportar cómo sus nuevos compañeros mantienen a un puñado de esclavos encargados de recolectar y procesar su nueva droga
"Slam", un híbrido de hoja de coca y opiáceo de amapola. Evidentemente, los pobres no están sindicados ni tienen lujos como comida y dúplex con terraza, así que los momentos y muertes violentas se suceden día a día.
Sin embargo, Oliver encontrará la forma de liberar a una de las recolectoras a las que van a dar matarile cargándose a un sicario malvado en el proceso. ¿Suena a visto mil veces? Pues lo es. Aburrido, aburrido. Nada nuevo bajo el Sol. A ver dónde quiere ir a parar esta subtrama y si nos ofrece algo sorprendente.
Como detalle al margen para
comicófilos, asistimos también a la creación de la primera versión de las
esferas T de Mr. Terrific. Aunque el tono que le están dando a quien tiene que prestarle cuerpo y forma, ese Curtis Holt un poco
geek y patoso, no termina de convencer. Esperemos que lo vayan madurando poco a poco.
Otro detalle que nos anticipa la próxima llega de Legends of Tomorrow: las extraños señales que llegan al móvil de Felicity. Ray Palmer está en su camino de vuelta. En fin, el nivel sube con respecto a la temporada pasada, pero aún tenemos bastante que remontar para que el show alcance la potencia y coherencia de la segunda temporada.
Por Antonio Santos