"TODO EL MUNDO METE LA PATA ALGUNA VEZ"
¿De qué va?
Nobita es un niño patoso y algo gafe. Desde el futuro, el gato cósmico Doraemon lo visitará con una misión por cumplir por lo que lo ayudará en su día a día hasta que pueda poder valerse por sí mismo.
Dirección
Takashi Yamazaki (Space Battleship Yamato)
Ryûichi Yagi
Impresiones
Aunque a España nos llegó bastante más tarde, Doraemon de Fujio Fujiko nació en su versión animada a finales de los años setenta, aunque su origen en la viñeta es de finales de los sesenta. De seguro, aunque nos guste más o menos, hemos visto en la televisión algún episodio cambiando de canal o bien porque los más pequeños de la casa son aficionados. No hay necesidad de profundizar mucho en ellos para averiguar de qué trata: Un gato robótico que ayuda a su joven amigo, Nobita, gracias a su bolsillo mágico del que saca miles de inventos futuristas para salir del apuro. Los personajes son siempre los mismos, Nobita, Doraemon, Shizuka, Gigante y Suneo.

Aunque ha habido a lo largo de los años muchas películas animadas sobre los personajes, al final eran episodios largos directos para televisión. La grandeza de Stand by me Doraemon recae en narrarnos toda la sustancia de la serie desde el origen de cómo llegan a conocerse sus personajes y un viaje al futuro que podría cambiar sus vidas. A ésto se le une la nueva modalidad de 3D animado, tan habitual hoy, que le da un realismo a los personajes muy acertado e incluso más adulto. De éste modo, no es necesario conocer la historia a través de la serie para ver ésta película.
Stand by me Doraemon tiene una pequeña traba al recaer su importancia sobre la insistencia del pequeño Nobita por convertirse en el amor platónico de Shizuka, algo que a ciencia cierta no me parece muy apropiado para los pequeños ya que a fin de cuentas son niños y no deberían centrarse en esos temas. Pero la historia profundiza en ésto ya que de no acabar juntos, el futuro de Nobita podría cambiar, de ahí que los parientes del futuro envíen al gato-robot al siglo XXI. De ésta forma, tras conocerse sus protagonistas, Doraemon hará un despliegue de inventos y tecnología que rememora sus momentos más "épicos" de la serie al usar en apenas cinco minutos casi una veintena de artilugios.

Cometemos un error garrafal en la mayoría de cintas animadas cuando utilizamos a "famosos" que ni siquiera son actores para doblar a los protagonistas. En éste caso, Alaska y Mario Vaquerizo doblan a los Nobita y Shizuka del futuro, más mayores. Es un doblaje horroroso, pobre, que desentona en todo momento y no pega ni con cola. Por suerte, ese reclamo para el público no copa demasiado metraje en pantalla. Por contra y a favor, sí que conservan sus protagonistas el mismo doblaje original de la serie, mucho más cómico y acertado. Volviendo al contenido del film, la cinta a diferencia de la serie de televisión, resulta más adulta siendo un placer para toda la familia, no solo por su estética sino por su contenido, encontrando en sus últimos veinte minutos un sobrecogedor relato humano que nos rompe al contemplar las primeras lágrimas de Doraemon. Se nos caerán unas lágrimas por su emotividad, bien conseguida y reflejada en el film a la perfección. Y aunque pensé que la historia iba a tratar más sobre el polémico final del manga, no le hace falta para llegar a conmovernos. En resumidas, es una cinta agradable que supone una sorpresa más para mayores que para pequeños. Aunque no sean seguidores del personaje por su tono infantil, échenle un vistazo porque puede sorprender al tratar de ciertos valores que nos sirven a todos y sobre todo, el hecho de no olvidar que hay que aprovechar lo que tenemos el tiempo que podamos, tal y como nos recuerda el padre de Nobita con respecto a su mejor amigo, Doraemon, "Aprovecha el tiempo que podáis pasar juntos". ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.