DRAW BACK YOUR BOW
Episodio de transición que, a diferencia de otros capítulos de la misma naturaleza en esta serie, no deja de ser bastante intrascendente. No se aprovecha para reforzar a ningún personaje más allá de las idas y vueltas amorosas de los protagonistas. Particularmente de Oliver y Felicity, que parece que habían dejado ya atrás su conato de enamoramiento pero... vuelta la burra al trigo. Ahora con un triángulo amoroso de por medio con el nuevo jefe de la chica, Ray Palmer, que se quiere ganar a la rubia a base de lisonjas y pequeños detalles como collares de diamantes (prestados, eso sí) y vestidos de a 10 euros el centímetro cuadrado. Si uno es billonario, que se note. De la vergonzosa subtrama de Thea viendo la noche inaugural de su disco salvada por un DJ chulazo al más puro estilo Yojimbo versión metrosexual armado con discos de mezclas en lugar de katanas mejor no hablar. Supongo que es el peaje que hay que pagar por residir en CW, hay que darle algún placer culpable a su audiencia mayoritaria de vez en cuando. Que sean las menos veces, por favor.
Fuera de este disparate de hormonas aceleradas tenemos la presentación de Cupido, el álter ego de Carrie Cutter, una ex-SWAT con problemas mentales que se enamora locamente de Arrow después de que éste salve su vida en el transcurso de los disturbios provocados por el batallón de Deathstroke al final de la temporada anterior. Un concepto curioso y tratado de una forma original. ¿Y si un héroe enmascarado de pronto empieza a tener groupies? ¿Y si una de esas groupies tiene además un trastorno mental que hace que se obsesione con su presunto amado hasta más allá de lo razonable? Ya decían Andy y Lucas que eso no puede ser bueno. Cuánta razón... Y más cuando a la chica le da por homenajear a su idolatrado Arrow con flechas con punta de corazón y diversos presentes en forma de maleantes detenidos. Lástima que traspase un poco el límite y en lugar de atados y amordazados se los deje con el corazón partido.... a base de flechas. El juego del gato y el ratón acabará con una pelea (y no precisamente de enamorados) y Cupido puesta a disposición de Amanda Waller para que intente sacarle partido a su lado más salvaje y peligroso. Lo más divertido, una visita de Arrow a la psiquiatra de su acosadora que le acabará sacando los colores, y la referencia a que Cupido no es la chica más trastornada que pasa por el Escuadrón Suicida. ¿Alguien ha dicho Harley Quinn?
Por lo demás, el capítulo nos deja algunos detalles con grandes perspectivas de futuro que se van cocinando a fuego lento, como ese doble juego que Ray Palmer se trae con Felicity. Ya es la segunda vez que la utiliza para conseguir sus propósitos, en esta ocasión la concesión de unas minas de las que quiere extraer "aleación de estrella enana", previsiblemente para construir una armadura cuyo diseño se queda embobado contemplando. ¿Atom está en camino? ¿Tras su brillante fachada esconderá propósitos no tan loables? Por otra parte, los flashbacks nos muestran cómo Tatsu y Oliver van limando sus iniciales asperezas... y cómo la modosa japonesa es en realidad un auténtico torbellino cuando las cosas se ponen feas y saca a relucir su katana.
Indudablemente, lo peor es el parón que están sufriendo las tramas desde hace unos capítulos. La declaración de guerra de la Liga de las sombras se ha quedado en punto muerto y la serie se resiente de la falta de una uniformidad temática y un enemigo de altura, que fue el punto fuerte de la temporada pasada. Esperemos que pronto se retome la buena senda, o al menos que acelere un poco el viaje. Por lo menos, el cliffhanger del capítulo nos deja buen sabor de boca, presentando por todo lo alto a un villano que puede dar la talla en el futuro: el Capitán Bumerang (o Bumerang a secas). Otro futuro integrante de lujo del Escuadrón Suicida está en camino.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).