THE MASK
Tras el capítulo anterior, el mejor de lo que llevamos de temporada, toca episodio de transición, aprovechando para revisar en cierta forma las consecuencias de lo vivido para nuestros detectives pero sin la profundidad que la situación merecía, sino bordeando lo anecdótico. Veamos con un poco más de detalle lo ocurrido en este episodio que bien podría haberse titulado "Fight club meets Gotham". O incluso "Fight club meets Wall Street".
Un espectacular arranque nos sitúa en una oficina despoblada en la que dos ejecutivos con pantalón de pinza, tirantes y pasamontañas se están zurrando de lo lindo con nocturnidad y alevosía. Hasta que uno de ellos acaba matando al otro a sangre fría. En las sombras, alguien con una máscara diabólica observa y mantiene encerrados en jaulas a otros tres encorbatados. Este será el caso que Gordon y Bullock deban resolver. Un bizarro asesinato que nos devolverá a los peores momentos de investigación de la serie, porque la resolución es de juzgado de guardia. Total, el asesino ha dejado dos pistas insignificantes en el cadáver: Una tarjeta de empresa y, más difícil todavía, su dedo pulgar en la boca del asesino. En fin, un olvido lo tiene cualquiera. Para más inri, Nygma descubre que asesinatos similares se han estado produciendo durante años sin que nadie lo haya advertido. ¿Quién va a relacionar varios cadáveres molidos a palos con rastros de material de oficina vestidos de tirantes? Para terminar de centrar la investigación, una visita a la sede de la empresa sospechosa mostrará que el jefe tiene su despacho cubierto de máscaras rituales y armas blancas decorativas (katanas, sables, ...). Todo de lo más sutil. En fin, volvemos a los casos insustanciales que son de un simplismo que duele. Con lo que podría dar esta serie de sí con tramas un poco más elaboradas, o al menos que consideren que sus espectadores pueden sobrepasar los 12 años... Una buena idea, o al menos cargada de mala leche (el proceso de selección más perverso del mundo) a la que se le saca un partido mínimo. Mira que hubiese sido el caldo de cultivo ideal para presentar a un primigenio Máscara Negra, por ejemplo...
El punto positivo es que el caso nos acerca a una realidad complicada en la comisaría.
Tras haber dejado a Gordon en la estacada sus compañeros le hacen el vacío, ya que su sola presencia les recuerda los ruines que son. El detective tampoco se lo pone precisamente fácil, recordándoles con cada acto que está a un nivel moral superior al del resto. Los acontecimientos del anterior capítulo han hecho mella en Gordon, que se muestra más frío y distante, incluyendo a Bárbara. Evidentemente, la comisaría no perdona esta actitud de superioridad y dejará a Gordon más solo que la una tras la búsqueda del culpable, lo que lleva a un enfrentamiento del detective contra tres nuevos contendientes y su jefe.
Sin embargo, un preocupado Bullock se encargará de poner las cosas en su sitio y soltar un buen discurso motivador que haga reflexionar a la comisaría y dejar de lado sus cuitas personales en pos de apoyar a un compañero. Cosa que finalmente no hará falta, ya que un Gordon cargado de rabia pondrá en su sitio a sus rivales a base de corazón y puños. Ya le hacía falta algo así al personaje, que hasta el momento no había parado de recibir, y una buena terapia a base de repartir jarabe de palo no viene mal para liberar tensiones. Aunque su actitud le costará que Bárbara le abandone. Pasamos en un instante del "te quiero mucho, como la trucha al trucho" al "me voy, qué lástima pero adiós". Sin solución de continuidad, sin una evolución natural. Un mal día, y hasta luego Lucas.
Otra subtrama devolverá a Bruce al cole, aunque su situación personal lo convierte en víctima de bully por parte de un compañero. Evidentemente deberá poner las cosas en su sitio. Siendo como es el germen de alguien con una inteligencia privilegiada, ¿elabora un plan para, por ejemplo, que expulsen a su antagonista, o dejarlo en ridículo delante de todo el mundo? No, alentado por Alfred va a su casa y le revienta la cara de un puñetazo usando el reloj de su padre como puño americano. Ah, y le pide a Alfred que le enseñe a pelear. Contra la violencia, lo mejor es ser más fuerte que tu rival. Simplista y de guión de telefilm de fin de semana. De verdad, esta serie puede dar mucho más de sí que esto. Por cierto, el compañero, un tal Tommy, ¿podría ser Tommy Elliot, amigo de la infancia de Bruce en los comics y conocido como Hush posteriormente?
Finalmente, lo mejor sigue siendo la parte criminal.
Una tensa conversación entre el Pingüino y Fish Mooney acabará mal para el primero, que lleno de furia contenida se plantea la mejor forma de vengarse. Una visita a su madre le dará una idea. Es genial como los consejos de su extrañísima madre le acaban ayudando en sus andanzas. En este caso, ¿qué mejor para recabar secretos sobre Fish que sacárselos a quien actualmente ocupa su antiguo puesto como ayudante de la mafiosa?
De esta forma, obtiene la más que jugosa información de que Fish ha colado a alguien en el entorno de Falcone. Liza, mientras tanto, consigue llevar a buen puerto el encargo de Fish de robar unas páginas de los balances de Falcone. La cosa se mueve en los bajos fondos y cada uno va jugando sus bazas.
El final del episodio nos deja una sensación de deja-vu inevitable al volver a encontrarnos a Selina en comisaría tras ser detenida (de la forma más tonta y absurda) esperando a que llegue Gordon. ¿Esto no lo hemos visto ya? ¿Tan poco jugo se le ha sacado hasta ahora a Selina que es necesario repertir cliffhangers? En fin,
lo mejor, como siempre, los juegos criminales del gran personaje de la serie que sigue demostrando ser el Pingüino, al que se añaden buenos momentos de Bullock, otro personaje que evoluciona muy favorablemente. Esperemos que los siguientes capítulos abandonen la senda de la anécdota, ya que la serie ha demostrado que cuando se centra en lo verdaderamente atractivo puede dar muy buenos momentos.
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).