PILOT
Comienza la apuesta más fuerte de HBO para animarnos un verano que, al contrario que el panorama cinematográfico, promete estar de lo más movidito en cuanto a series se refiere. En este caso, a la calidad garantizada (o casi) del sello HBO se unen un showrunner de la catogoría de Damon Lindelof, que en cuestión de premisas de índole fantástica asentadas en una realidad llena de detalles inexplicables promete hacer planear la alargado sombra de Lost (para bien y para mal) por esta serie, y un director con oficio como Peter Berg tras la cámara del piloto.
El comienzo del capítulo no puede sino pegarnos al sillón y ganarnos para la causa: Un 14 de Octubre, en una ciudad del medio oeste americano, una mujer sale de la lavandería con su bebé que no para de llorar en brazos. El llanto prosigue mientras la deja en el coche hasta que, de repente, cesa. Al volverse, comprueba estupefacta cómo ha desaparecido. Mientras tanto, un niño busca desquiciado a su padre. A estos gritos de búsqueda e impotencia se irán uniendo otros... En un pispás, tenemos plantada la premisa: Un 2% de la población mundial ha desaparecido sin dejar rastro. Sin rayos azules que surgen del cielo, ni restos de ceniza ni auras remanentes. Simplemente en un instante estaban y al siguiente no.
Tres años después, la sociedad vive en un estado de desasosiego y crisis de valores. Las televisiones siguen inundadas de programas, noticieros y tertulias que siguen buscando una explicación al fenómeno. Porque lo peor no es el hecho en sí (como se indica en algunos de estos programas, los efectos son más leves que los de muchas pandemias pasadas), sino la ausencia de razón. No hay un cómo, ni un porqué, ni un criterio evidente de selección de los desaparecidos. La comunidad científica es incapaz de llegar a una solución. Ni tan siquiera existe una explicación consolidada desde la comunidad religiosa. Esto está creando en parte de la población superviviente claros síntomas de frustración y de culpa del superviviente.
En este clima enrarecido y de tensión latente, se nos van presentando los personajes que llevarán el peso de la acción: Un jefe de policía aferrado a una botella de cerveza cuya relación con sus hijos adolescentes es casi inexistente; una pareja de mediana edad que hace planes de boda ante el visible agobio de la novia; una extraña secta pacifista conocida como los GR (Guilty Remnant) cuyos integrantes fuman como carreteros y han hecho voto de silencio, además de seguir continuamente en pareja a ciudadanos seleccionados; y una comunidad secreta liderada por un misterioso chamán llamado Wayne que se dedica a limpiar el espíritu y la conciencia de peces gordos a cambio de cantidades ingentes de dinero.
Una vez puestas las cartas sobre el tapete, queda ir empezando la partida. Poco a poco descubrimos que los GR son cada vez más numerosos, antes el repudio del resto de la población, lo que da lugar a situaciones cargadas de tensión y violencia; hay una creencia de que muchos perros se han vuelto locos en el día del evento, dando pie a una muy buena planificación en forma de espejo deformante, contraponiendo el inicio y el fin del episodio; el misterioso Wayne avisa a uno de sus acólitos, nada menos que el hijo del jefe Garvey, de que una vez que se cumplan tres años de las desapariciones todo se empezará a ir al carajo; la joven novia, acosada por los GR, acabará abandonando su vida para integrarse en la secta; y la revelación de que el jefe Garvey, uno de los más afectados, no ha perdido a su mujer en el evento, sino que ésta abandonó a su familia para irse con los GR.
En general, un episodio con un buen reparto en el que podemos encontrar a caras conocidas como Justin Theroux, Amy Brenneman, Liv Tyler o Christopher Eccleston, que engancha merced a la cantidad de incógnitas que va dejando en el aire, un ritmo lento pero adecuado y una muy atractiva atmósfera que entremezcla lo real con lo onírico. Un arranque atractivo y muchas preguntas que tal vez no encuentren respuesta. Al menos, intentaremos disfrutar del viaje.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).