◘ ¿De qué va?
Simbad trata de robar el libro de la Paz, pero la malvada diosa Eris urde un plan para que él y su amigo Proteo salgan afectados. De viaje al tártaro, Simbad y la prometida de su amigo, Marina, iniciarán un peligroso camino para recuperar el libro y evitar que Proteo muera.
◘ Actores
♦ Brad Pitt (Seven) es Simbad
♦ Catherine Zeta-Jones (La trampa) es Marina
♦ Michelle Pfeiffer (Lady Halcon) es Eris
♦ Joseph Fiennes (Shakespeare in Love) es Proteo
◘ Impresiones
Dreamworks comenzó en el mundo de la animación con
El príncipe de Egipto, le fue tan bien que repitieron con
La ruta hacia el Dorado, y aunque con menor éxito pero igualmente acertada, decidieron probar suerte con una tercera película, la que tratamos hoy en nuestra reseña,
Simbad: La leyenda de los siete mares. Aunque el éxito en taquilla fue menguando con respecto a la primera película de la casa, hay que reconocer que el trabajo de la factoría estaba dando sus frutos y aunque la otra vertiente de animación de la empresa, la tridimensional, estaba arrasando con
Shrek, ésta
comenzó a tantear en cierta manera el uso de la informática, siendo reconocida como la primera película animada en usar Linux. Aunque ya me he metido de lleno en algunos aspectos, he comenzado con el que menos me gusta, y es que en
Simbad, los secuaces villanos de Eris están completamente realizados por ordenador, y ver animación tradicional mezclada con otra tecnología, me causa un poco de estupor aunque también se usó ordenador en
El príncipe de Egipto pero en menor medida.
Los inventores asociados de ésta artimaña han sido Patrick Gilmore y Tim Johnson, éste último, co-director de HormigaZ (AntZ). Ambos han realizado con acierto una de las adaptaciones de las aventuras de Simbad, extraídas de Las mil y una noches, y que sin agarrarse a una historia concreta, han ideado una mezcla curiosa poniendo a éste en aguas del mediterráneo, plantando cara a dioses griegos, o en éste caso, diosa, con la bella voz de Michelle Pfeiffer en su versión original. De esa forma, Catherine Zeta-Jones y Brad Pitt cierran el círculo de principales, aunque éste último fue prácticamente un fichaje de última hora ya que iba a ser Russell Crowe el que doblara a Simbad pero su libreta de trabajo era sumamente larga. Tras ésto, y hablando de la película, ya que hemos comenzado con el aspecto mas negativo (al menos para servidor) de la película... esos villanos realizados por ordenador, como el Kraken o las sirenas, se ven ensombrecidas por las buenas maneras del film, tanto el resto de la animación como en sus diálogos. Y es que la personalidad de Simbad va muy ligada a la mostrada por Tulio y Miguel en La ruta hacia el Dorado, es decir, una actitud chulesca y altanera que poco después se verá obligada a recular para aceptar el dominio femenino. Éste es el mayor valor principal de una película que no se limita a agradar a los querubines de la casa, sino a hacer reír a los más mayores. Un ejemplo lo tenemos en el chiste de los pepinillos con huevos, que entenderéis en plena conversación de protagonistas.

Un detalle interesante es la evolución musical dentro de la animación. Disney tenía mucho que ver en ésto, y es que sus últimas películas habían roto la unión de canciones interpretadas por los protagonistas a ser vocalizadas de fondo por una voz externa, como era el caso de Tarzán con Phil Collins o Hermano Oso. En el caso de Dreanworks, ésta evolución fue mas rápida. En El príncipe de Egipto los protagonistas cantaban. En La ruta hacia el Dorado, era una voz externa por parte de Elton John y aquí en España por Sergio Dalma. Y en Simbad La leyenda de los siete mares, no hay ni una sola canción. En un principio, por aquella década, se hablaba de la madurez de la animación, pero podemos comprobar como a día de hoy, esa "jugada" sigue funcionando, ya que Disney ha vuelto a traer canciones a sus películas. En cualquier caso, es simplemente un dato, y a Simbad no le hace falta ninguna canción, aunque habría sido curioso escuchar a Brad Pitt interpretar alguna. Por otra parte, muchos nos quejamos del doblaje al español de Simbad con Miguel Angel Muñoz, pero hay que decir que ese tono chulesco se lo ha ganado y tras un rato, nos hacemos a él y al personaje, que es lo que importa.
En resumidas, una película
acertada, muy divertida y entretenida. Para mí, un trío perfecto con
Prince of Egypt, The Road to el Dorado y
Sinbad: Legend of the Seven Seas. Y muchos diréis que me falta por mencionar a
Spirit, la cual se estrenó un año antes, y es que suelo dividir las películas entre personajes y animales, pero ciertamente,
Spirit es otra cinta entretenida (aunque no es de mis favoritas) que llevó a buen puerto el uso de canciones "exteriores", en este caso con
Bryan Adams. Lo dicho,
Simbad de
Dreamworks es una muy buena opción para toda la familia y curiosamente
es una de las películas que no televisan en demasía por lo que no está de mas recordarla.
Harry Gregson-Williams recrea una composición orquestal muy enérgica, perfecta para la aventura ofrecida en la película. No obstante, el leitmotiv de acción es constantemente repetido hasta la saciedad. Menos mal que también ha sabido crear otras armonías como en el caso de la presencia de Eris, que es sombría y elegante, y mucho mejor aún el tema melancólico y romántico de la cinta. Pero el que probablemente se lleve la palma sea el tema de las sirenas, misterioso, coral y con un halo de tenebrosidad y hermosura al mismo tiempo. En resumidas, una buena composición, algo extensa, pero eficaz dentro y fuera de la película.
Eris steals the book
Sirens
Is it the shore or the sea?
•Lo Mejor: La personalidad del protagonista. Para peques y muy divertida para los mayores.
•Lo Peor: La mezcla de ordenador y animación tradicional. Supuso la última gran película de animación tradicional en cines por parte de Dreamworks
•Calificación: 7.5/10
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.