Sinopsis: Os presentamos a Pat Peoples, sufre de amnesia y ha desarrollado una teoría muy peculiar según la cual su vida es una película producida por Dios. Y la misión que le ha dado Dios es ponerse en forma y convertirse en un buen tipo para recuperar a su ex esposa. Bueno, Pat es un poco disfuncional y, por esta razón, ha pasado algunos años en un centro de salud mental. Ahora ha regresado al hogar familiar y allí, con la ayuda de su madre (una sufrida mujer que acaba de declararse en huelga de cocina y limpieza), su padre (un hombre gruñón que no tiene otra manera de relacionarse con su hijo que viendo deportes por la tele) y su hermano (un calculador nuevo rico que termina por mostrar su lado sentimental), emprende su particular plan de rehabilitación y reconquista. Pero los caminos del señor son inescrutables, y el final feliz de Pat Peoples está muy lejos de ser como él había imaginado.
Reseña: ¿Nunca te has percatado de que la vida es como una serie de películas? (…) Bueno, tienes las de aventuras. Todas empiezan con problemas, pero luego los admites y te conviertes en mejor persona, después de trabajar duro. Eso es que fertiliza el final feliz y hace que florezca. Como el final de las películas de Rocky, Rudy, Karate Kid, La guerra de las galaxias, la trilogía de Indiana Jones y Los goonies, que son mis películas favoritas
Con esta particular visión de la vida, Pat Peoples se ha propuesto recuperar todo lo que perdió antes de ingresar en un centro de salud mental, aunque no consiga recordar los motivos de su internamiento. Sin embargo, pronto descubrirá que la vida no sigue un guión preestablecido, sino que, en realidad, se basa en una serie de improvisaciones por parte de los actores involucrados, incluido él.
The Silver Linings Playbooks conocida anteriormente como Un final feliz es una novela compuesta por una sucesión de escenas que oscilan entre la tragedia y la comedia, obligando a sus personajes a enfrentarse ante todo tipo de situaciones, algunas reales y otras excéntricas, en las que la amistad, la familia y, sobre todo, el fútbol americano desempeñan un papel fundamental. De hecho, resulta sorprendente comprobar cómo gran parte de la historia se desarrolla alrededor de este deporte. Al igual que ocurría con The Blind Shine (Michael Lewis), se tiene la impresión de que ha sido escrito pensando exclusivamente en el lector estadounidense, pues resulta difícil interpretar algunos detalles de la novela sin conocer en profundidad la cultura de ese país. Es más, la influencia que este deporte tiene en algunos de los personajes, como el doctor Cliff o el padre de Pat, les resta bastante credibilidad.
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Matthew Quick |
Es cierto que durante los partidos se suceden algunas de las escenas más divertidas del libro, pero acaban siendo reiterativas y provoca un estancamiento en la historia. Por este motivo, se agradece la irrupción de Tiffany , quien consigue sacar al personaje de Pat del círculo vicioso en el que estaba inmerso desde su salida del "lugar malo".
Sin embargo, Matthew Quick no solo desaprovecha este personaje, sino al resto de secundarios que intervienen en la novela. O bien se basan en estereotipos demasiado empleados en este tipo de libros; o bien no terminan de desarrollarse, pese a todo su potencial. De hecho, algunos podrían haber eclipsado al propio Pat, pero quedan limitados y su relación con el protagonista resulta, en ocasiones, demasiado fortuita para justificar su presencia en la historia, como Danny. Es más, apenas evolucionan durante la novela. Tras la correspondiente presentación de cada uno, mencionando brevemente su personalidad y algunos conflictos de su pasado, permanecen en el mismo punto de inicio, sin que el autor les conceda la posibilidad de avanzar. Algo incomprensible si tenemos en cuenta todas las experiencias que vive Pat, así como los cambios que va experimentando para conseguir su objetivo. Si él cambia, su entorno también debería hacerlo, pero no es así, siendo el mejor ejemplo su propio padre.
Además, Un final feliz carece de una estructura homogénea. A pesar de que la mayoría de los capítulos son breves, otros se prolongan en exceso y, curiosamente, tienden a coincidir con los partidos de los Eagles. Estos cambios en la narración limitan la lectura de forma negativa, impidiendo que se establezca un ritmo narrativo constante. Es cierto que los finales rara vez satisfacen a todo el mundo, pero la novela de Matthew Quick comete el error de descuidar considerablemente el desarrollo de la historia después de un magnífico inicio, dando lugar a un desenlace con sabor agridulce.
Lo Mejor: Las escenas de Pat enfadándose con los clásicos literarios que no tienen un final feliz. El capítulo donde nos describe los entrenamientos de baile como un montaje de la película «Rocky», con banda sonora incluida. La inocencia del protagonista.
Lo Peor: La mayoría de los personajes están desaprovechados, a pesar de su gran potencial. La incoherencia narrativa. La historia está concebida para el lector estadounidense, amante del fútbol americano y, sobre todo, seguidor de los Eagles.
Por MariCarmen Horcas
Título: El lado bueno de las cosas; 280 págs.
Autor: Matthew Quick
Editorial: DeBolsillo, 2013
ISNB: 9788490323656
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.