THE RUNAWAY DINOSAUR
Tras el finalazo del capítulo anterior las espadas están en todo lo alto. ¿Cómo continuar tras la barbaridad de desintegrar al protagonista ante todos sus compañeros? ¿Cómo se recompone uno después de semejante trauma? De esto va el episodio de hoy. No sólo eso, sino que también aprenderemos multitud de cosas sobre esa entelequia conocida como "Fuerza de la velocidad"... tal vez más de lo que algunos hubiéramos deseado. Aunque la pregunta más importante es: ¿Qué pinta un dinosaurio en todo este jaleo? Kevin Smith se encarga de agarrar la cámara para satisfacer su frikismo natural y explicárnoslo en el proceso (con cameo incluido de su ínclito Jason Mewes).
Antes de entrar en vereda conviene dejar una cosa clara. Pese a la presencia del famoso director de New Jersey no se trata este de un episodio que vaya a entrar en la historia. Más bien al contrario, por desgracia se trata de una de las entregas más descafeinadas de lo que va de serie. Soso, previsible y de claras tendencias sentimentaloides se llega a hacer un poco cuesta arriba, sin apenas momentos de verdadero interés. Más bien se intenta buscar una explicación metafísica a la desaparición de Barry presentando también una vía de escape asumible para que todo vuelva a la normalidad. Poco lustre puede sacar Smith de un guión tramposo y tontorrón. La pregunta a hacerse sería: Kevin, ¿por qué has elegido precisamente uno de los guiones más claramente de transición para ponerte tras la cámara? The answer, my friends, is blowing in the wind...
Entrando en faena, la aparente muerte de Barry ha puesto patas arriba a Star Labs y todos sus habitantes. Deja viuda virtual, dos padres, varios amigos y dos chavales que también han sufrido los efectos de la exposición a la ecuación Acelerador de partículas + fórmula de la velocidad. No serán los únicos. Mientras todos intentan recomponerse y ayudar a los inconscientes Jesse y Wally, resulta que ha habido otra víctima de los efectos secundarios de la explosión. Nada más y nada menos que el cadáver de Tony Woodward, ese abusón cuyo cuerpo se transformaba en una coraza que protagonizó otro de los capítulos más olvidables de la temporada pasada. El cadáver se ha convertido en una especie de zombie cuya obsesión pasada por Iris se lleva a seguir sus pasos como si de un descompuesto Benny Hill de la (otra) vida se tratase. Tan absurdo como suena. No incidiremos mucho en esta subtrama más allá de constatar que da bastante vergüencita ajena además de poner sobre la mesa que, pese a contar con algunos de los cerebros más privilegiados de ambos mundos, la pandilla científica de Barry no es capaz de detener a tamaño despropósito de villano. Corramos un tupido velo.
Mientras tanto, el propio
Barry (o su esencia) parece haber ascendido a un plano de la realidad gobernado por la mismísima Fuerza de la velocidad, que al parecer tiene consciencia por sí misma convirtiéndose en algo así como una poderosa (y bienintencionada) entidad universal. Pese a que los poderes de Cisco le ponen en situación de rescatar a su amigo de esa dimensión donde se encuentra atrapado, antes deberá hacer las paces con el mundo y consigo mismo si quiere volver a recibir sus dones. De esta forma, la otra subtrama del episodio (más interesante aunque un poco manida y sensiblera) trata del
viaje de aceptación y perdón que tendrá que emprender el héroe al fondo de su propia alma, guiado en el proceso por diferentes manifestaciones de sus seres queridos encarnadas por la mismísima Fuerza de la velocidad como si de fantasmas dickensianos se tratase.
Sin embargo,
aquí sí que se nota la mano del director para extraer emoción verdadera del encuentro final, unos últimos instantes con la madre que vio morir dos veces ante sus ojos, protagonizado por el recuerdo de un cuento de la infancia.
Una recta final llena de emotividad bien entendida que acaba con Barry dejando atrás el pasado, ganando madurez y siendo capaz de perdonarse a sí mismo, que ya está lo suficientemente en paz como para ser rescatado por Cisco e Iris (que ejerce su papel de ancla sentimental del protagonista) y
volver pleno de poder con las bendiciones de su mecenas metafísico. No me convence del todo esta
"fuerza de la naturaleza" preocupada por los problemas sentimentales de su portador... y a la que parece no importar que otro de sus portadores se vaya a cargar cuantos mundos se pongan a su alcance. No sé, está un poco cogido por los pelos...
También cabe destacar el epílogo del episodio, de esos que vuelven a subir las apuestas en un instante. Zoom deja clarito a Caitlin que está un poco harto de bailarle el agua así que tiene dos opciones: volver libremente junto a sus amigos para morir con ellos o quedarse con él y permitir que sus seres queridos vivan. Cruel decisión. La amenaza no es vana: su ejército de metahumanos de Tierra-2 le aclama, dispuesto a conquistar con toda la saña del mundo este nuevo mundo. La cosa está que arde y augura un final de temporada de campanillas.
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).