SERIES | Arrow 4x16 (2016)

BROKEN HEARTS

Episodio regulero que vuelve a dejarnos con sabor agridulce y el cada vez mayor convencimiento de que los responsables ya no saben qué hacer con la serie. De momento llevamos más capítulos de transición que válidos para hilar una trama consistente y adictiva, y este no es la excepción. Volvemos otra vez a lo anecdótico y a lo inerme. Porque no, la dichosa subtrama de la ruptura de ese ente prefabricado a golpe de fan-fiction conocido como Olicity sigue sin tener el menor interés más allá de alimentar espiritualmente a la plañideras del lugar.

Al menos regresa una vieja conocida que, pese a continuar siendo poco interesante, al menos ofrece una divertida vuelta de tuerca a su leit motiv. Se trata de la desquiciada (de amor) arquera Cupido, que ha cambiado su cruzada a favor del amor por una nueva lucha contra los crueles efectos de tan magno sentimiento. Y para no sufrir por amor no hay solución más efectiva que morir, claro está. Por lo demás, el personaje demuestra que ya se le ha acabado la cuerda. No deja de ser una mera excusa argumental, ya que el chiste no da para más allá de un capítulo y ya llevamos tres con ella como antagonista. Máxime cuando las opciones de causarle poco más de un dolor de cabeza a un equipo completo de justicieros son insignificantes. Esto es, la emoción brilla por su ausencia. Por no hablar de que la derrota de la villana constituye uno de los momentos más empalagosos y edulcorados que haya visto en mucho tiempo.

Y si la emoción se echa en falta, la sensiblería y el culebrón rebosan por los cuatro costados. El capítulo de hoy es la confirmación de un hecho que poco a poco se venía anticipando. El arquero esmeralda ha saltado directamente de la sartén del romanticismo teen a las brasas del culebrón desaforado. Cuando en las tribulaciones de un héroe urbano oscuro y recio de corteza comienzan a obtener protagonismo los dimes y diretes melifluos y sentimentaloides más propios de "The O.C." mal vamos. Arrow está siendo fagocitada por las consignas del target mayoritario de la cadena CW y eso no pueden sino ser malas noticias. Más que nada porque personalmente me importa un cuerno si Oliver rompe con Felicity o si se casan haciendo puenting. Este Arrow transformado en un teletubbie está empezando a superar mis límites de tolerancia.

Por otra parte, avanza también la trama de Darhk de una forma tan absurda como risible. Toda una fiscal del distrito poniendo el grito en el cielo porque para encerrar al villano necesitan ¡PRUEBAS! ¡Oh, qué gran imprevisto, no haber caído que se necesitan pruebas para poder juzgar a alguien! Aquí comienza un viacrucis de imprecisiones y barbaridades legales que rebajan la capacidad de Laurel a la altura del betún y nos hacen suponer que le han dado el carnet de abogacía en la tómbola del pueblo. Al menos la subtrama concluye con dignidad. A falta de testigos creíbles y pruebas palpables contra Darhk acaba siendo Quentin Lance quien se pone a sí mismo en la picota y confiesa su pasada relación con el villano para así dar credibilidad a la acusación, aunque suponga tirar su carrera por los suelos. Algo de dignidad para un capítulo desastroso. Más interesantes son los flashbacks. Las motivaciones de Reiter pasan por encontrar una defensa para las penurias de su pueblo, uno de esos emplazamientos africanos que vive bajo la imprevisible guillotina de una guerra civil eterna donde las víctimas se cuentan por millares. Aunque el fin de encontrar un tótem mágico (que se alimenta de almas humanas) conlleve que se convierta en un monstruo mayor que aquellos de los que se pretende defender. Bien llevado. Veremos cómo va evolucionando... si el sueño y el tedio nos dejan.

Por Antonio Santos

@thelordofsounds

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Antonio Santos, Arrow, Series

viernes, 15 de abril de 2016

Escrito por Antonio Santos

Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).

Escrito por Antonio Santos

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