BROTHERHOOD
Como bien indica el título, la trama del episodio va a girar en torno al concepto de "fraternidad", jugando tanto con su vertiente literal como con la metafórica. De esta forma, John Diggle y la búsqueda de la verdad acerca de la oscuridad que rodea el recuerdo de su hermano formarán el puntal argumental de un nuevo capítulo de transición antes del crossover que nos presentará a las Leyendas del mañana pero que ofrece los suficientes alicientes como para hacerlo muy disfrutable. El primero de ellos, todo hay que decirlo, dejar aparcado todo el almíbar inocuo que rodea a todo ese concepto de marketing conocido como Olicity.
Comenzamos a todo gas con el equipo centrado en detener una nueva oleada de asaltos a furgones blindados de los espíritus de Darhk. Parece que el villano vuelve a necesitar pasta gansa y caos para amedrentar al nuevo candidato a alcalde... un tal Oliver Queen. La espectacular pelea (como todas las de este episodio. Este aspecto se está cuidando mucho durante toda la temporada) desemboca en un sorprendente descubrimiento: el presuntamente fallecido Andy Diggle resulta esconderse tras la máscara de uno de los secuaces de Darhk. Sorpresón. Aquí comenzará una lucha interna entre la conservación del recuerdo de un hermano que se creía muerto e impoluto y la evidencia de que la corrupción de Andy es real y palpable. Oliver también intentará aportar su granito de arena para que John no pierda la esperanza. Sabe mucho del tema (control mental, anulación de la voluntad, intereses ocultos, etc) y sigue creyendo en la redención y el perdón. Más que nada porque él mismo la ha necesitado muchas veces (por no hablar de Sara, por ejemplo). John no será tan comprensivo. No puede aceptar que alguien tan cercano a él haya sucumbido de tal forma al poder del Mal. Y no está dispuesto a ofrecerle un perdón que no cree merecido.
Sin embargo, Oliver no está dispuesto a dejar solo a su amigo en este trance ni a perder la esperanza. En primer término, acompañándole a una misión a la que quiere ir en solitario. Básicamente, colarse en una cita de Darhk que el inspector Lance ha conseguido arañar antes de que el propio Damien le haga saber que no confía en él. El hombre no tiene un pelo de tonto y es capaz de sumar 2+2 tras los hechos del episodio anterior. Lance tendrá que quitarse del medio por un tiempo. El encuentro resulta ser con un buen batallón de nuevos reclutas, tíos duros fieles al villano que quieren entrar en la organización. Para reforzar su lealtad también se les administra un producto que hace que obedezcan a Darhk ciegamente. Aquí tenemos el secreto de la facilidad con la que los peones del villano dan la vida por su jefe sin pensárselo ni un instante. ¿Pero puede ser también la razón de que Andy esté a su servicio? ¿Existe la posibilidad de que las acciones inmorales que jalonan su expediente se deban a este control? Veremos.
Por el momento, pese a la reticencia inicial de Diggle, el equipo marcha para rescatar a Andy. Más bien, a sacarlo de las garras de Darhk y al menos darle la oportunidad de explicarse. Una operación de rescate que lleva al equipo a la guarida del villano (localizada de aquélla manera, eso sí) y que está montada de forma muy espectacular.
Puro ritmo y acción que además de la bien planificada ensalada de palos dejará dos detalles: la vital participación del recuperado Atom y la sorpresa que supone el encuentro fortuito entre Darhk y Thea. El villano, tras uno de sus divertidos
speech, intenta matar a la chica utilizando su magia cuando para sorpresa de ambos no ocurre nada. O no tanto, porque su sed de sangre desaparece. Thea ha encontrado un mecanismo para hacer desaparecer su maldición ¿será papá Malcolm capaz de ayudarla? Finalmente el rescate de Andy es exitoso, aunque la relación con John tiene pinta de que va a ser muy conflictiva. De momento parece que tendrá que conformarse con un cómodo apartamento rodeado de rejas.
Mientras tanto, se cierra el círculo abierto al final de la temporada, restableciéndose de forma definitiva la relación entre Diggle y Oliver. Una relación de camaradería y confianza que supone, a su manera, una hermandad más real que la que dicta la sangre.
En paralelo se produce otra batalla entre Darhk y Oliver, pero esta vez a plena luz del día. El villano se acerca al candidato a la alcaldía para intentar metérselo en el bolsillo bajo coacción. Aunque en un principio Oliver se piensa si reemplazar a Lance como
topo a las órdenes de Darhk, Diggle le hará ver que esa no es la batalla que la ciudad necesita, sino contar con su baluarte que a plena luz sea capaz de sobreponerse a cuantos intenten derribarlo.
Nada mejor que un golpe sobre la mesa para hacer notar a su mística némesis que no lo va a tener tan fácil si quiere seguir haciéndose con Star City para sus misteriosos fines. Un buen final a la espera del crossover con Flash que ya se cocina.
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).