Muy buen episodio que sigue avanzando con paso firme en todas las líneas argumentales que se están abriendo dejando algunas respuestas y, como debe ser, planteando más interrogantes. En esta ocasión se da un paso importante por ir conociendo detalles sobre los métodos y motivaciones de ese cazador de inhumanos de aspecto monstruoso llamado Lash, además de reforzar las relaciones entre agencias de espionaje y avanzar en los planes de Hunter para acabar con Ward. Sin olvidar seguir desarrollando a los personajes, cosa que siempre es importante y meritoria en esta serie.
El comienzo del capítulo es tan atractivo y sorprendente que engancha sin remedio. Unos jóvenes compañeros de piso preparan una cena, todo perfectamente normal, hasta que descubrimos que se trata de inhumanos. Pero no de los nuevos que van naciendo con la propagación global de los cristales terrígenos, sino de los que ya llevan tiempo entre nosotros.
Todo va bien hasta que Lash irrumpe como un minotauro y acaba con ellos sin que puedan hacer nada por defenderse. Una mala bestia. Entre ellos uno de los clones de Alisha (quien descubrimos que está trabajando para SHIELD) infiltrado en esta pequeña comunidad. Descubierto el incidente, Coulson y Rosalind Price se esfuerzan en colaborar en el caso para reforzar la tregua y demostrar buenas intenciones entre sus agencias... pese a las reticencias de Daisy, que sigue muy mosca después de que le arruinaran el planazo con Lincoln. Feromonas mandan. La investigación les llevará hasta otro inhumano llamado Frye con el desastroso poder de enfermar en presencia de otros inhumanos. También le tocó el gordo al pobre hombre.
Él ha sido quien ha estado localizando al resto de inhumanos mientras colaboraba secretamente con Lash, a quien ve como un "ángel salvador".
Una vez descubierto el origen de la cacería de inhumanos (aunque no sus motivaciones), de nuevo se llega a un pacto de caballeros entre agencias. La ATCU se encarga de retener a Frye en sus instalaciones, no sin que Daisy y Mack les acompañen para comprobar que no han montado su Guantánamo particular. Sin embargo, el viaje será más accidentado de lo previsto.
Algo ataca el transporte salvajemente arrasando con todos los guardias. Se trata de Lack, cuyo objetivo es su antiguo colaborador, a quien mata brutalmente... pero conservando su extraña visión de los hechos. Según esta bestia, lo está haciendo por su bien, como si fuera una especie de liberación. Muchos secretos aún por descubrir en relación a este peculiar inhumano, a los que se añaden dos: ¿por qué parece no interesarse en Daisy siendo también inhumana? ¿Qué implica ese momento final en el que parece convertirse en un humano corriente?
Por su parte, la infiltración de Hunter progresa con rapidez. Pronto es llamado a entrevistarse con el líder de HYDRA lo que, tras un
"cómodo" viaje en un maletero, lo conduce cara a cara con el mismísimo Ward.
La sorpresa no puede ser mayor para el ex-agente de SHIELD y pronto se desatará el mismísimo infierno. Por suerte, Hunter cuenta con la ayuda de May, hasta el punto de tener al malvado agente contra las cuerdas. Sin embargo, Ward cuenta con un as en la manga: Von Strucker Jr. y su equipo están vigilando a Andrew Garner. O sueltan las armas, o el psicólogo sufrirá las consecuencias. Desgraciadamente para May, las ansias de venganza de Hunter superan con mucho su preocupación por la vida de Andrew, lanzando una lluvia de plomo contra su enemigo que, pese a resultar herido, consigue huir mientras en otro plano se nos muestra una imagen del lugar donde han asaltado al psicólogo inundado de sangre. Pintan bastos para el pobre Andrew. Y se plantea una horrible sombra en la relación entre May y Hunter.
En paralelo se sigue desarrollando a los personajes que se quedan en la base. Mientras Bobbi sufre resignada porque se le deje al margen de las misiones, Simmons por fin se sincera con Fitz y le confiesa que
necesita volver al planeta del que la rescató. ¿Por qué? ¿Qué ha dejado allí? Muchos misterios aún sin resolver. Que continúen por esta senda.
Por Antonio Santos