"PARECÍA UN ALMA VIEJA ATRAPADA EN UN CUERPO JOVEN. FIRMAMOS EL CONTRATO ENSEGUIDA"
¿De qué va?
La vida desde el comienzo de la carrera musical de la fallecida artista Amy Winehouse. Sus relaciones y cómo influía ésto en su vida y música en forma de documental a base de grabaciones de sus amigos, entrevistas y actuaciones.
Dirección
Asif Kapadia (Senna)
Impresiones
Amy Winehouse, nacida en 1983, de familia judía y fallecida a los prematuros 27 años de edad. Se convirtió en toda una estrella de la música gracias a su estilo, su peculiar voz, su forma de expresar sus vivencias en las canciones y también por su estilo de vida. Asif Kapadia, realizador de documentales tan dispares e interesantes como el del piloto Senna, lleva a la pequeña y gran pantalla la vida de Amy Winehouse en un documental de dos horas que principalmente contempla su inicio en la música hasta su fallecimiento. Ya de entrada podemos decir que ésto es un acierto sublime ya que a diferencia de otros largos o biopics, nos encontramos con lo que de verdad nos importa de su vida como estrella. Pongo el ejemplo reciente del biopic de Jimmy Hendrix, donde no solo no hay espacio para las canciones originales ni la creación de sus temas sino que prefieren narrarnos el romance del artista, cosa que no interesa. En Amy, sí encontraremos romance, pero por lógica es una etapa fundamental a destacar porque ésto influía directamente en sus canciones y en su tramo de vida final.

El documental está perfectamente medido para narrar cronológicamente su vida. Por ello resulta interesante comprobar desde su inicio el don que Amy desprendía y cómo consiguió lo que ella deseaba, que era cantar en pubs con poca gente haciendo lo que más le gustaba, el jazz. Su voz era de contralto, una de las voces más difíciles de encontrar en el mundo y con la que sabía jugar para darle un cariz mucho más personal a las canciones, siendo encumbrada hasta el punto de ser comparada a grandes divas de la música como Ella Fitzgerald o Billie Holiday. Tocaba la guitarra y ella escribía sus canciones, siendo éste el punto más importante de su vida. En sus letras narraba vivencias, no era capaz de escribir algo que no le hubiese ocurrido, de ahí que sus temas resulten hoy aún más profundos.
Fueron solo dos discos y uno póstumo en forma de grabaciones recuperadas lo que nos pudo hacer llegar. Una carrera muy corta repleta de excesos. Y el documental se encarga de iluminar al espectador con que tras cada exceso de un artista hay una razón de peso, no una simple pasión por probar nuevas drogas, aunque es probable que ese sí sea el caso de algunos artistas que teniéndolo todo se sienten frustrados y necesitan nuevas experiencias. En el caso de Amy, lo que acabó por condenarla fue el amor. Era una persona que lo daba todo, no quería ser menos y deseaba estar al nivel de su pareja con la que se casó y posteriormente divorció, Blake Fielder.
Fue su segundo álbum, Back to Black, el que la llevó a la fama y a la perdición a pasos iguales. No supo llevar bien el peso de la fama. Era una persona humilde y vulnerable aunque desde fuera pareciese una chica drogadicta. El documental contiene escenas emocionantes gracias al sinfín de grabaciones de su vida personal donde comprobamos como se emocionaba siendo una artista de primera al estar ante su ídolo, Tony Bennett, queriendo no fallar una sola nota, machacándose y sufriendo con los vaivenes de su vida amorosa hasta extremos inimaginables.

Finalmente nos encontramos una banda sonora de la mano de Antonio Pinto, quien hace incluso apropio del tema principal que compuso para la película Snitch y lo extiende en el documental, ofreciendo mayor impacto a lo que vemos. Será secundado por las canciones de Amy, tanto en versión estudio como en directo y grabaciones informales. En resumidas, un documental que no se pueden perder todos aquellos que sean fans de la artista y de interés para aquellos que la veían como una excéntrica porque probablemente cambiarán de opinión cuando se den cuenta que la vida de ésta joven mujer ya fallecida era mucho más intensa emocionalmente de lo que nos pensábamos. No tiene desperdicio. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.