"¿QUIÉN QUIERE VOLAR COMO UN VAMPIRO?"
¿De qué va?
Después de quedarse embarazada, Mavis da a luz al pequeño Dennis. Su abuelo, Drácula, aprovechará las vacaciones de su hija y su yerno para enseñar a su nieto a ser un auténtico monstruo y continuar la linea vampírica de la familia antes de que decidan llevárselo a la ciudad.
Reparto de voces
Adam Sandler es Drácula
Andy Samberg es Jonathan
Selena Gomez es Mavis
Kevin James es Frankenstein
Steve Buscemi es Wayne
Dirección
Genndy Tartakovsky (Las Supernenas)
Impresiones
Consiguiendo ser la más taquillera en su mes de estreno, la segunda entrega de Hotel Transylvania vuelve con el particular Genndy Tartakovsky a la dirección, y con la sorpresa de encontrarnos a Adam Sandler en el guion. Y no sorpresa por que lo haya escrito, ya que en anteriores trabajos suyos, ha hecho lo mismo. La sorpresa radica en que es un argumento bueno -parece que por fin hace algo en condiciones-, aunque la labor no la ha realizado en solitario pues contaba con el apoyo de Robert Smigel, artífice de la escritura de la primera película.

La primera película fue una sorpresa bien recibida y por tanto, era de esperar una segunda. La ventaja en ésta ocasión ha sido no caer en la monotonía de una cinta sin alma para hacer caja y ofrecer al espectador una historia que vaya al grano y con la locura en la dirección de un fuera de serie como lo es el creador de series tan simpáticas como Las Supernenas o El laboratorio de Dexter. De ésta forma entramos directamente en la nueva vida del matrimonio formado por Mavis y Jonathan y su consecuencia, es decir, Dennis, un pequeñín que mantiene en el hotel la incógnita de si es humano o vampiro. Es por ello que su abuelo, Drácula, empeñado en lo segundo, tratará a escondidas de su madre, hacer lo imposible por entrenarlo como un monstruo aunque esto implique cierto tipo de pruebas de auténtico peligro.
Desde el inicio, la magia de la película nos llega de forma rauda, ya que a base de fragmentos se nos narra todo el inicio hasta el nacimiento del pequeño y risueño Dennis, que es todo un encanto, hay que decirlo. A partir de ahí, comienza todo un carrusel que se transforma en una juerga de amigos, con Drácula y sus secuaces monstruos, como si de una reunión de viejas glorias recordando mejores tiempos se tratase. Pero no es todo, porque cuando la fórmula podría agotarse, entra en escena un nuevo personaje que vuelve a dar vida a la obra, el padre de Drácula. Y es aquí donde encomiamos la labor del doblaje. Si bien hemos dicho muchas veces que el contratar a famosos de la televisión suele producir una debacle en el producto -recordemos que Alaska y Mario Vaquerizo vuelven a poner voces a dos secundarios- en el caso de Hotel Transilvania 2, al igual que en la primera parte, encomiamos la magnífica labor de Santiago Segura en el papel de Drácula, ofreciendo un acento y una gracia al personaje que ningún otro podría hacer mejor. Pero aún más sorprendente resulta el mítico Arturo Fernández en el papel de Vlad, el padre de Drácula -interpretado originalmente por el genio Mel Brooks-, y sí, no falta su peculiar "chatín" en el repertorio.

Por supuesto, todo el humor no es tronchante y hay momentos en que sus chistes no nos hacen gracia, probablemente porque son sumamente infantiles y porque la familia paterna de Jonathan aporta poco. Pero hay otros absolutamente brillantes, como la caída infinita de Dennis, el baile de Drácula y su nieto, la relación "de amor" del hombre invisible, Blandi o todo lo que conlleva la reunión de amigos. Ese toque andaluz que goza la familia loba, o incluso la acertada banda sonora de Mark Mothersbaugh terminan de hacer el resto, convirtiendo la película en un divertimento absoluto para toda la familia. Sí, mientras Disney y Dreamworks siguen arrasando, Sony Pictures, que parece no conseguir el éxito con sus trabajos animados, tiene al menos una puerta abierta con la mano de Tartakovsky y su Hotel Transilvania sí que es capaz de plantar cara en la taquilla a la competencia. ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.