APERITIVO
Esta semana nos han anunciado tristemente que Hannibal se acaba por parte de NBC. No obstante, tenemos la esperanza de que alguna compañía la compre para continuar, ya que estamos ante una serie que tiene muy buena crítica pero sin embargo, una baja audiencia. Esas han sido las razones para que no llegue la cuarta temporada y sabemos de sobra que no acabaría aquí la historia porque Fuller declaró que había trama para tres temporadas más, así que cruzaremos dedos para que alguien la recobre ya que sin lugar a dudas, estamos ante una maravilla visual en la que un caníbal es el legítimo protagonista de la obra y por fin tenemos una definición clara de la historia que concibió Thomas Harris.
Así pues, vamos con el resumen del episodio de ésta semana. Un capítulo dirigido por Marc Jobst y que tal como reza su título, es tan solo un aperitivo para el teatro que se está montando en relación a la caza de Hannibal. Al grupo se han unido viejas caras conocidas, entre ellas otra "resurrección" por parte del caníbal, el doctor Chilton, a quien vemos ser atravesado por una bala en su cara, en una escena que quita el hipo por completo a forma de recordatorio tras un interrogatorio con Alana Bloom. Ahora, y con prótesis en sus dientes, una lentilla para ese ojo y maquillaje en su rostro, conversa con uno de los pesos pesados de la historia, Mason Verger, quien fue mutilado facialmente por su propia piara de cerdos. Verger es interpretado en ésta ocasión por Joe Anderson, tomando el relevo a Michael Pitt. Del mismo modo obtenemos una escabrosa escena ante la reconstrucción de su rostro. Y sobre caras va todo cuando tanto él como Chilton se muestran sin tapujos. "Ahora podemos hablar cara a cara", dice Verger, quien no deja de mostrar sus fantasías personales sobre la caza de Hannibal, pero por lo que vemos, no quiere colaborar con Chilton, prefiere en éste caso a una psicóloga, a Alana Bloom, que con rehabilitación ha podido salir adelante con el paso de los meses, pero le ha dejado una cojera evidente.
Sin embargo, Chilton no cesa en su caza personal y visita a cada uno de los miembros del grupo para que se unan a él. Poco tiempo antes lo hizo con Will mientras estaba encamado en el hospital. Aunque él seguía trastornado y veía a Abigail (la sigue viendo), era Chilton quien le hacía ver que las formas utilizadas por Hannibal era para dejarlos con vida. Sin embargo, Will sigue fantaseando en su propia locura, imaginando un mano a mano entre él y Lecter, eliminando como equipo con sus propias manos a Jack. Esto se magnifica cuando en su casa, Crawford lo visita y le pregunta que por qué acudió a Lecter. La respuesta de Will es clara: "Porque era mi amigo y porque quería huir con él".
Alana se reúne con Verger. Él la quiere por su "profunda" relación con Hannibal y le hace ver que no quiere venganza, en ese aspecto está perdonado. Sin embargo, Alana, que se muestra implacable accediendo a su colaboración y dejando de lado su unión con el FBI, le dice que a veces la venganza no es tan mala como parece. Es entonces cuando comienzan las primeras pistas por parte de ella. Para cazar a Hannibal hay que recurrir al buen gusto, el vino, las trufas. Puede haber cambiado de ciudad o nombre, pero los gustos nunca cambian. De éste modo, Verger está preparando un teatro para la muerte de Hannibal. Alana, por su parte, hará que entre en escena a su debido momento. Finalmente, nos encontramos ante un Jack compungido por acabar con la agonía de su esposa, Bella. Aunque continuamente la imagina vida, incluso en el día de su boda, la triste realidad es otra, y en su funeral recibe una carta de Hannibal, una nota en la que le da el pésame. Mientras tanto, Will prepara un nuevo viaje -¿para unirse a Hannibal?- y para ello toma un velero y se adentra en alta mar.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.