SECONDO
Hannibal quedó totalmente desencajado cuando obtuvo el perdón de Will Graham. Es una relación que se compara al enamoramiento, algo que no se puede controlar y no saben cuando es el momento de parar o avanzar. Bedelia le pregunta por el siguiente paso, ¿donde buscará Will a su alma gemela?. Hannibal lo sabe, un lugar donde él no puede ir, su casa. Y así ocurre, Graham llega a Lituania, a la gran parcela y residencia de los Lecter. Saltando la verja, llega al panteón familiar y nos fijamos en una de las tumbas que tiene el nombre de Mischa Lecter, la hermana de Hannibal, la cual va a ocupar gran parte de base para la realización de éste episodio, dirigido nuevamente por la magistral mano de Vicenzo Natali.
Dos disparos alarman a Will, Es una chica japonesa que reside en la casa, cazando para prepararse la cena. De noche, y aguardando en el bosque cercano, siente una presencia, pero es alarmado por las luciérnagas a las que no duda en seguir. Lo conducen a una fuente repleta de caracoles, una mancha seca de sangre le hace pensar. Es entonces cuando aprovecha una salida de la chica para adentrarse en el sótano. Más caracoles por el lugar y una celda que tiene preso a un hombre. Sin embargo, la chica lo ha encontrado y le apunta con su arma. Un intercambio de palabras le hace ver a ella que retiene al hombre como un animal. "Yo no le haría eso a un animal", responde ella. El por qué del calvario de ese hombre encerrado se debe a algo evidente y esclarecedor, se comió la hermana de Hannibal, Mischa. Aunque aun con inseguridad, llega la hora de las presentaciones, ella se llama Chiyo y quiere saber hasta qué punto es amigo de Hannibal. La palabra es makana, que quiere decir que son amigos "íntimos". Le enseña la herida de su estómago y entonces comprende de qué va todo.
Mientras tanto, Hannibal y Bedelia cenan con el profesor Sogliato. Las malas formas del hombre cogiendo alimentos antes de servirlo y su palabrería terminan por cansar a Lecter así que raudo coge un destornillador y se lo clava en la cabeza, justo en un punto clave que le permite seguir con vida, afectando su organismo produciéndole risa y ceguera. Bedelia no puede ver aquello y se lo saca provocándole la muerte. "Técnicamente tú lo mataste" le dice Hannibal. Ella lo increpa porque está eliminando a demasiada gente de la cúpula. "¿Los estás dibujando, no? A todos ellos", le responde. Al día siguiente ofrece una copiosa cena a dos miembros de la cúpula que se lamentan por la ausencia de Sogliato, quien no podrá disfrutar de suculenta comida. Ambos disfrutan del sabor de la carne "del cordero lechal recién despiezado" mientras Bedelia sufre observando el placer de sus rostros y ella solo come ostras. Ya de noche, ella toma un baño mientras él le masajea la cabeza. "¿Por qué no te vas a casa, Hannibal?" Pregunta ella. Lecter responde que no puede, entre otras cosas porque él es el problema. La siguiente pregunta nos hace temer lo peor por la seguridad de la mujer y ésto desencaja a Lecter: "¿A qué sabía tu hermana?".
De vuelta en la villa Lecter, Chiyo confirma tras ver las heridas de Will, que está allí porque Hannibal le arrebató a alguien y ahora quiere hacer lo mismo con él. "Nunca me he conocido tan bien desde que estoy con él", responde Will, confirmando que quiere encontrarlo. Al respecto de su hermana, Chiyo responde que si el prisionero sigue con vida es porque ella le impidió que Lecter lo matara, es una especie de deuda que la obliga a estar allí. Esa misma noche, Will deja al hombre en libertad, lejos del lugar, sin embargo, el hombre tiene en mente cobrarse su venganza particular y regresa a su celda. Cuando Chiyo le lleva comida, éste la ataca pero la mujer se vale de una especie de puñal que siempre lleva para clavárselo en la garganta y matarlo. Will aparece y ella le dice que se ha comportado exactamente como Hannibal, ha observado para comprobar si lo mataría y disfrutar. Mientras beben vino, claman por Mischa y entonces opta por ayudarlo a encontrar al caníbal ya que ahora nada la ata allí. Will no se marcha sin antes dejar un "regalo" a Hannibal para cuando regrese, el cadáver repleto de caracoles y colgado en forma de insecto, algo que gustará sin lugar a dudas a Lecter.
En la capilla de Palermo, aparece en escena Jack, superviviente con una cicatriz en el cuello como recuerdo. Habla con el inspector Pazzi y le hace ver que no está allí por Hannibal, sino por Will Graham. En la morada donde habitan Lecter y Bedelia, se entabla finalmente una conversación que supondrá el inicio de una caza, y es que al igual que Mischa, Lecter solo puede redimirse de una forma con Will, la respuesta la da él mismo mientras toca el piano: "Tengo que comérmelo".
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.