"ASÍ QUE ERES UNA MONJA JUDÍA"
¿De qué va?
Ida está cerca de cumplir sus votos para convertirse en monja, pero recibe la noticia de que su tía ha aparecido y con ella emprenderá un viaje para averiguar cual fue el paradero de sus padres
Reparto
Agata Trzebuchowska es Ida
Agata Kulezsa es Wanda
Dirección
Pawel Pawlikowski (La mujer del quinto)
Impresiones
Es toda una sensación, arrasando en premios, consiguiendo el favor del público y la crítica y haciéndose un hueco como favorita en los Globos de Oro y posiblemente en los Oscars. Ida tiene el beneplácito para quedar como una de las cintas más importantes del 2014, pero, ¿es tan sumamente buena como dicen? Como siempre, todo depende del gusto, pero si una película tiene tanta repercusión, de seguro que nos llamará la atención aunque su sinopsis pueda que no nos llame de primera hora. Ha sido mi caso, casi todo el círculo de críticos la ensalzan a lo más alto de sus listados dentro de lo mejor del año y mi curiosidad solo incrementó las ganas de verla, ya que a decir verdad, probablemente habría pasado de ella si no llega a ser por su "éxito" y por el boca a boca.
Ida es una cinta polaca que nos cuenta una parte de la vida de una joven novicia cercana a hacer sus votos para convertirse en monja. Tras descubrir que tiene una tía viva, recorre con ella la ciudad para averiguar qué ocurrió con su familia. Sin adentrarnos más en la historia, lo realmente interesante lo encontramos en la diferencia entre ambas. La protagonista es una joven que no ha salido del convento, pura y casta como mandan los cánones. Su tía, por contra, es una mujer frustrada que ha sido juez, condenando a la muerte a muchas personas, es alcohólica y fumadora compulsiva, no encuentra la felicidad y comparte su cama con los hombres que encuentra en los bares. Sabiendo de sus actitudes y de la personalidad de ambas, lo que ocurre en el tramo final es lo que probablemente sea lo más satisfactorio de la historia.

El mayor problema reside en que, aunque es una cinta corta ya que apenas sobrepasa los ochenta minutos, condensa su mayor tramo en la búsqueda familiar, y ésto no aporta absolutamente nada, es un relleno. Sus últimos diez minutos apilan todo el significado de la obra, y por ello nos da la impresión de que todo está desaprovechado. Y es que Pawel Pawlikowski ha tratado de experimentar, ofreciendo una cinta ambientada en los años sesenta, con un blanco y negro en formato 4:3. El resultado ha sido fallido, entre otras muchas cosas por su guión, tal y como hemos contado antes, prácticamente nulo y con un final que trata de justificar todo lo que hemos visto y donde no ha pasada absolutamente nada. Su montaje es su mayor traba. Nos encontramos con unos encuadres que ni siquiera un universitario sería capaz de hacer tan mal. Planos en los que las caras se ven debajo de la pantalla, cortadas, con más cabida al fondo trasero, como cuando las protagonistas van al hospital y les vemos sus rostros cortados mientras hablan y vemos de fondo un ventanal gigantesco. Una soberana estupidez que rompe la armonía de la historia y el espíritu de sus protagonistas.
Ante tales errores, donde se podría destacar su fotografía en dos o tres momentos como aspecto positivo, nos damos cuenta que Ida está sobrevalorada hasta el extremo. No cabe en la cabeza de nadie que pueda tener tanta repercusión a nivel crítico y de premios. Es una cinta sosa, pobre, que no aporta nada, exceptuando ese final, que estando justificado (o no) se vuelve tedioso. Se entiende bien, es clara, pero en un cortometraje de veinticinco minutos habría sido más precisa de lo que es. Probablemente sea la mejor película polaca del año, pero ¿cuantas películas de esa nacionalidad vemos? ★★★★★
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.