Continua la linea ascendente de esta serie, explorando un nuevo concepto que aún no se había desarrollado. Hasta el momento, los afectados por la onda expansiva del acelerador de partículas de Laboratorios STAR habían utilizado sus nuevos poderes con fines poco altruistas; o al menos, demasiado altruistas para sus propios bolsillos.
Sin embargo, aparece un nuevo meta-humano que nos lleva a un planteamiento totalmente distinto. Se trata esencialmente de una buena persona que ha visto cómo su vida se vuelve del revés por un peligroso poder que le ha caído sin comerlo ni beberlo. Alguien perdido que necesita que alguien le eche una mano, es decir, con quien Barry se sentirá más que identificado.
Una explosión provocada en lo que parece un robo a una oficina tiene como efectos secundarios la caída al vacío de un limpiaventanas, que será rescatado de forma espectacular por Flash. Al final, tendrá que investigar el mismo suceso como parte del CSI de Central City, descubriendo una importante pista de quién es la causante de la explosión. El robo se ha producido en un archivo, y sólo faltaba un expediente, el de Bette Sans Souci, una militar experta en explosivos que fue gravemente herida en combate en Afganistan y se recuperaba de sus heridas cuando la onda expansiva del acelerador de partículas la alcanzó y fusionó su cuerpo con la metralla que aún tenía dentro, dándole el don (o maldición) de hacer explotar todo aquello que toca. Cisco Ramón, enamorado hasta las cejas de la bella militar, tendrá muy claro el alias del nuevo meta-humano: Plastique, en honor al explosivo plástico al que se asemejan sus poderes. Barry la convence (tras un
"explosivo" encuentro en el que su traje sufrirá las consecuencias) para dejarse ayudar por sus amigos de Laboratorios Star, pero pronto surgirán las dificultades.
Lo que la chica pretendía con el robo era hacer desaparecer su expediente y pasar a las sombras ya que un militar de alto rango, el General Eiling (interpretado por el siempre contundente y genial malvado Clancy Brown), piensa utilizarla cueste lo que cueste como mortífera arma humana en contra de su voluntad. Lo que demuestran al no reparar en tropas para detenerla y hacerse con sus servicios.
La primera sorpresa viene cuando se revela que Eiling y Harrison Wells han compartido un pasado. Mientras Barry huye con la chica, Eiling se presentará en el laboratorio para reclamarla. El enfrentamiento verbal entre el general y Wells es tan tenso que se podría cortar con un cuchillo y queda bien claro que la colaboración entre ambos se rompió de forma poco amistosa y son dos tipos obstinados y peligrosos que no darán su brazo a torcer para lograr sus objetivos. Lo que se constata poco después. Una mala noticia espera a Bette. El accidente ha unido la metralla a su ADN, por lo que es imposible
"quitarle" sus poderes. Eso deja una opción clara a Barry: que se una al bando de los "buenos". Cosa que Wells no está dispuesto a tolerar. Demasiado peligrosa.
De forma maquiavélica, se las arregla para convencer a Belle de que la única opción que tiene para que Eiling los deje en paz es acabar con él. Así mata tres pájaros de un tiro: librarse del general, proteger a su proyecto más preciado (Flash) y, con un poco de suerte, provocar la muerte de Belle. Al final, Barry llegará a tiempo de evitar que la chica provoque una matanza, aunque el general acaba matando a la chica de un disparo en el pecho, lo que provoca una reacción en cadena.
Incapaz de controlar su poder, su cuerpo se dispone a explotar de forma fulminante, por lo que Barry deberá forzar al máximo su poder para abandonar su cadáver a millas de la costa, donde la explosión no tenga efecto, y volver a tiempo de evitar la onda expansiva. Una escena espídica y muy bien rodada, cargada de tensión y dramatismo. Los efectos especiales de esta serie están siendo impresionantes. Evidentemente, nadie puede asegurar que no volvamos a ver a Plastique en el futuro, aunque aparentemente haya muerte. Ya se sabe que en este mundo de superhéroes las puertas al
Otro barrio suelen ser giratorias...
De esta forma, estamos ante un muy buen capítulo que sigue la linea de apostar por la diversión de la serie, pero profundizando en los personajes. Barry conocerá nuevas habilidades (impresionantes las escenas de carrera por la fachada de un rascacielos y sobre el agua), aprenderá que su metabolismo acelerado le impide emborracharse, lo que viene muy mal cuando se sufre mal de amores, y descubrirá que el detective West conoce sus sentimientos hacia Iris. Más aún, le da su bendición, aunque el hombre más rápido del mundo sea demasiado lento para las cosas más importantes. Gran escena entre padre e hijo adoptivos y una ruptura temporal con Iris, que es incapaz de dejar su blog sobre
"el rayo", aunque Barry se lo suplique una y otra vez. Y la causa lo merece, ya que muestra que lo quiere lo suficiente como para intentar demostrar que lo imposible existe, que no está loco cuando proclama que un ser así mató a su madre. Pero la gran revelación del capítulo llega, como de costumbre, en su final.
Una nueva visita de Eiling retrotraerá al pasado de Wells, cuando el doctor se niega a seguir con los experimentos militares en los que colaboraban ya que lo están forzando a ir demasiado lejos. Unos experimentos que pretenden permitir leer la mente al enemigo en los interrogatorios, y en los que está involucrado como cobaya un gorila en cuya jaula podemos leer el nombre de Grodd. Mandíbula hasta el suelo. ¿Tendremos pronto por aquí a uno de los más sanguinarios y poderosos enemigos de Flash? ¿Qué hará Wells cuando se tengan que enfrentar dos de sus
"criaturas"? Estaremos expectantes ante lo que nos siga ofreciendo esta serie.
Por Antonio Santos