"COGÍ UN TREN A LONDRES EN BUSCA DEL FUTURO... Y UNA NOVIA"
¿De qué va?
Tim acaba de descubrir que tiene el poder de viajar al pasado. De ese modo, hará lo posible por encontrar una chica que le guste y conquistarla.
Richard Curtis (Love Actually)
Es toda una sorpresa encontrarse con una película así, diferente, especial, loca. No es la típica cinta romántica con adornos sobrenaturales, sino que Richard Curtis, director de la bien llevada Love Actually y la divertida Radio encubierta, nos muestra con mucho arte una cosa aparentemente ridícula para contarnos algo profundo, narrado de una forma delicada. En About Time (Una cuestión de tiempo), el director, que narra un guión escrito por él, hila a la perfección y en su justa medida la combinación de comedia romántica con tintes de ciencia ficción. No es excesiva en ambos campos e incluso muestra armonía para conjugar con el drama y a su vez, dejarnos un mensaje brillante y positivo en su tramo final.
Solo tenemos que ver el principio de la película, cuando el padre, interpretado por Bill Nighy, actor fetiche del director, le cuenta a su hijo el gran secreto, el poder que tienen todos los hombres de la familia. Sin mas dilación, el protagonista hace caso omiso y actúa, comprobando que las palabras de su progenitor eran ciertas. De este modo comprobamos como Curtis va al grano desde el minuto uno y no se anda por las ramas. Algo tan sencillo como cerrar los puños y meterse dentro del armario es suficiente para viajar en el tiempo y dejar paso al resto de la trama, aunque tenga que repetir el viaje las veces que haga falta.
En otros términos podríamos asegurar que si la cinta andara por un género más serio, hablaríamos de ridiculez. Pero está tratada con tanto cariño que llegamos a mostrar simpatía por la pareja protagonista. Domhnall Gleeson y Rachel McAdams forman una pareja tierna y cercana. Nos reímos con ellos, como en la escena de su primera relación sexual y la repetición constante para quedar como un auténtico fuera de serie, por mencionar algún detalle. Ver a Bill Nighy bailando en una boda al son de Jimmy Fontana es otro tanto que amplía el gustazo de ver ésta película.
Rachel McAdams parece mostrar simpatía por éste tipo de papeles en los que vive con hombres que viajan en el tiempo. Ya lo hizo anteriormente en Más allá del tiempo, donde compartía reparto con Eric Bana y hacía de esposa de un hombre que desaparecía en momentos inesperados y aparecía en sitios que él no predisponía. Aquí, con algo de más humor, nos vuelve a enamorar y nos demuestra que es una actriz muy capaz. Por otra parte, la banda sonora, que recorre temas comerciales de finales de los noventa y comienzos del nuevo siglo, comparte partitura con Nick Laird-Clowes quien realiza una composición a piano realmente agradable y acertada.
Sin embargo, lo mas brillante lo encontramos en su tramo final, cuando la película nos deja un mensaje positivo sobre la forma en la que hay que ver la vida. Imaginad que teniendo ese poder, podemos repetir el mismo día, uno que haya resultado nefasto, y revivirlo fijándonos en lo positivo de cada persona y cada detalle. De seguro así acabaríamos el día con una sonrisa de oreja a oreja. Pero no es esto lo mas grande, sino que el mayor punto de la obra lo vivimos en su resolución, cuando nos damos cuenta que lo mas importante que tenemos, es nuestra propia vida, disfrutando del presente, "de éste maravilloso viaje", como narraba el protagonista. Tras ésto, nos damos cuenta de que toda esa ciencia ficción ha resultado en una excusa para mostrarnos la verdadera realidad del día a día, haciéndonos meditar sobre lo preocupados que estamos a veces por tonterías y lo mucho que nos molestan otras cosas cuando tendríamos que vivir de una forma más sencilla y sobre todo optimista. Solo por esto, merece la pena perdernos en la historia de Una cuestión de tiempo. No se la pierdan. ★★★★★
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.