Llega el final y para ello, James Foley, quien ha tenido mayor presencia en ésta ocasión, culmina a la perfección ésta intensa segunda temporada. El episodio comienza con la comparecencia de Linda, siendo interrogada en pleno debate, sobre la medicación del presidente y sobre su dimisión. Sale a relucir el nombre de Frank Underwood. Mientras tanto, el vicepresidente es entrevistado por la CBS. Defiende al presidente, sin embargo, el entrevistador de forma muy aguda le dice "La idea de ser presidente se la habrá pasado por la cabeza alguna vez", sin embargo Underwood lo niega.
El presidente comienza a ver como los indices de popularidad varían y empieza a presentar algunas conjeturas, por lo que se alía con Linda y propone salvar a Tusk, ofreciéndole un indulto, para hundir a Frank. No obstante, Underwood prevé la jugada y por ello prepara una reunión con Tusk. Un encuentro fantasma en una opera en la que se interpreta Madame Butterfly. Entre las paredes laterales, ambos tienen su encuentro y una agitada conversación, aunque breve. Frank le da a entender que quien le puede dar el indulto es él mismo ya que se convertirá en Presidente. Teniendo la oportunidad, Tusk le vuelve la espalda. Al llegar a casa, Claire nota a Frank algo tenso y ésta le dice que tiene que detener a Raymond a toda costa. "Seducele, dale tu corazon, arrancatelo y ponlo en sus putas manos". Le dice mientras cierra la puerta fuertemente. Frank piensa en ese momento y se le ocurre una carta sincera, para ello saca su vieja máquina de escribir de marca Underwood y comienza un discurso conmovedor, acompañado de una carta de confesión de delitos, firmada por su puño y letra. Ésta parece hacer mella en el presidente y se la da a su esposa para que la lea. Al día siguiente, llama por teléfono a Frank. "Una parte de mi quiere creer que eres sincero. La otra no cree ni una palabra" Con ésto, comienzan a trabajar la reconciliación con un nuevo recuento y acumulación de votos. La consecuencia final es clara. El presidente le dice a Linda que avise a Tusk para comunicarle que no va a cooperar y que no habrá indulto. Éste, asustado, regresa al plan inicial, el de aferrarse a la quinta enmienda. Sin embargo, en pleno debate estalla y confiesa su relación con Feng y dice que el presidente estaba al tanto de todo el blanqueo de dinero.

Mientras tanto Frank sigue preparando su camino y preselecciona un nuevo secretario del tesoro que a su vez hará lo posible por ganar mas votos para el partido. Por su parte, Remy y Jackie tienen otro encuentro donde éste aun no tiene claro si va a colaborar o no. Frank se coloca para el presidente como un faro en la oscuridad cuando éste le confiesa que está pensando en dimitir pues no soporta el daño que podría hacerle a su familia si fuera expulsado de forma horrible.
En ese mismo momento, Gavin, que quería un encuentro con Doug, se ve con él en una cafetería. Le dice todo lo que sabe y todo lo que tiene con respecto a Rachel. Se da cuenta que lo que él pide es protección pues no se fía del FBI. Poco después, Doug levanta de la cama a Rachel y se la lleva a otro sitio. Ella, creyendo que le va a hacer daño, huye en mitad del bosque. Éste sale a buscarla pero se ve sorprendido cuando ella le ataca con una piedra en la cabeza. El primer noqueo le da tiempo para preguntar porqué hace aquello pero Rachel vuelve a golpear repetidamente a Doug hasta que finalmente corre y se lleva el coche. Se acaba de escapar un problema y Doug, la mano derecha de Frank, acaba de morir.
Mientras pasa ésto, llega el momento culmen de la temporada. Frank y Claire aterrizan en Camp David para tomar el relevo. El presidente da un último discurso ante la prensa y anuncia a Frank como su sucesor. Mientras éste jura su cargo, Garreth y Tricia marchan "por la puerta de atrás". Justo ahí comienza a rehacer relaciones con China.
A Feng le revocan el asilo y es deportado a su país, donde será ejecutado. En la casablanca,
Seth anuncia la llegada del nuevo Presidente y la primera dama. A unos pasos del despacho oval, Claire le regala una réplica del anillo que Frank enterró. Luego
entra al despacho, aparta la silla y se coloca su anillo, luego pone las manos sobre el escritorio, nos mira desafiante y golpea con fuerza la mesa. Así se despide ésta magnífica temporada que corrobora una vez más que estamos ante una de las mejores series realizadas. La primera temporada no tuvo un solo altibajo y ésta mantiene la intensidad con clase hasta dejarnos pegados en la butaca en todo momento. Será el año 2015 cuando podamos ver las nuevas leyes de éste cerebro despiadado. Da pena que acabe, como todo lo bueno.
Por Dante Martín
Amante del séptimo arte y en especial de la ciencia ficción. Fan incondicional de Stanley Kubrick y Terrence Malick, pero con todo y con eso, soy capaz de disfrutar en colorines de cintas de dudosa reputación. Cantante en mis tiempos libres y apasionado del mundo del cómic. Eso si, siempre con una birra cerca.